Esperanza, sanación, progreso y gozo. Estas son palabras que el presidente Russell M. Nelson usó para describir el proceso de cambio — el cambio que podemos experimentar gracias a Jesucristo.
El presidente Nelson proclamó durante la conferencia general de abril de 2021: “Gracias a la expiación del Salvador, Su evangelio nos invita a seguir cambiando y creciendo, y a llegar a ser más puros. Es un Evangelio de esperanza, sanación y progreso; por tanto, ¡es un mensaje de gozo! Nuestros espíritus se regocijan con cada pequeño paso hacia adelante que damos”.
El programa Niños y Jóvenes anima a todos a aumentar la fe en Jesucristo y a llegar a ser más como Él progresando individualmente. Esto sucede a medida que aprendemos el evangelio de Jesucristo y participamos en el servicio y las actividades, y nos desarrollamos personalmente. Seguimos el modelo de Jesucristo como se describe en Lucas 2:52 — creciendo como lo hizo el Salvador —social, espiritual, intelectual y físicamente.

Establecer y alcanzar metas nos ayuda a progresar y alcanzar nuestro potencial. Cuando escuchamos la palabra “meta”, ¿qué les viene a la mente? ¿Les hace sentir ansiosos o lo ven como una oportunidad para progresar?
Animar a tener metas no significa abrumar. Tratar de comprender en qué desea nuestro Padre Celestial que trabajemos aumentará nuestra fe y nuestra dependencia del Salvador, Jesucristo. Esto es algo que muchos de nuestros jóvenes y adultos están aprendiendo a hacer. Todos estamos aprendiendo y progresando a diferentes velocidades, y eso está bien.
Conozcamos a una joven que ha modelado su vida según algunos principios importantes. Tessa Turner, de 15 años, de Enid, Oklahoma, se motiva a sí misma, es sociable, ama la vida y le apasiona el ballet. Toca el violonchelo, está ocupada en la escuela, ama el teatro musical, sirve en la presidencia de su clase de Mujeres Jóvenes y ama a su familia. Tessa también establece metas. Ella y su familia llevan a cabo consejos familiares mensuales para hablar y establecer metas personales y familiares. Cuando se le preguntó sobre el proceso de establecimiento y mantenimiento de metas, Tessa compartió las siguientes ideas de su experiencia:
- Consideren en oración cómo mejorar física, social, espiritual e intelectualmente. Entonces hagan una lista.
- Pídanle ayuda a nuestro Padre Celestial y escuchen al Espíritu en busca de dirección y consejo.
- Escríbanlo. Determinen el plazo para trabajar en la meta, enumeren los logros paso a paso y dependan de la ayuda del Padre Celestial y de la familia. Identifiquen cómo la meta los ayudaría a llegar a ser más semejante a Jesucristo.
- Traten de ser equilibrados. El establecimiento de metas tiene que ver con la superación personal en todas las áreas de la vida. El Salvador quiere que nos convirtamos en lo mejor de lo que podemos llegar a ser. Muchas de las metas que establecemos se convierten en hábitos que, si se hacen de manera constante, nos ayudan a ser cada vez mejor.
- La verdadera mejora requiere hacer cosas difíciles.
Una de las metas de Tessa era hacer ejercicios cada noche durante 10 a 15 minutos con ejercicios de fuerza corporal para mejorar su ballet. Algunas noches esto no era posible, y tenía que reevaluar su rutina y su meta para hacerlo viable pero no abrumador. Descubrió que si la meta era demasiado difícil, empezaba a flojear y a perder interés, así que se hizo un ajuste para ayudarla a progresar, ser constante y sentirse bien consigo misma.

Tessa compartió que tiene problemas de ansiedad en algunas cosas, por lo que se fijó una meta que la ayudara a aprender habilidades para superar su ansiedad. Ella identifica lo que le trae ansiedad, como hablar en público y preocuparse por ser perfecta. Su papá la ayuda. Ha encontrado libros de trabajo con herramientas para ayudarle a controlar su ansiedad. La oración y el estudio de las Escrituras la ayudan en su servicio como consejera en la presidencia de la clase de Mujeres Jóvenes. Ha tenido la oportunidad de servir en reuniones semanales de coordinación de “Compartir el Evangelio” con líderes adultos. Ha ganado confianza al compartir sus ideas con los adultos y ha descubierto que el Señor la ha bendecido con su ansiedad.
Al resumir su jornada hacia el establecimiento de metas, Tessa dijo: “Confíen en nuestro Padre Celestial. Pidan mucho Su ayuda. Están aquí para traer luz al mundo. Cuanto más confíen en nuestro Padre Celestial y en Jesús, más lejos llegarán. He podido ‘escucharlo’ más. Me he sentido más digna de pedirle ayuda”.
Establecer metas no es fácil para todos, pero es posible gracias a la ayuda del Señor. Les aconsejamos que se arrodillen y oren pidiendo un deseo (Alma 32:27). Pregunten con un corazón sincero qué desea nuestro Padre Celestial que hagan. Una joven, que quería experimentar este consejo, oró para que el Señor le hiciera saber lo que quería que hiciera. El Espíritu le dio la impresión de que debía levantarse y limpiar su habitación. No esperaba esta respuesta, pero se levantó e hizo lo que se le indicó. Mientras trataba de mantener limpia su habitación, se dio cuenta de que estaba más feliz y podía sentir más el Espíritu. A menudo Dios responde a las oraciones de formas inesperadas.
Las metas que establecen son para ustedes. Nuestro Padre Celestial los dirigirá cuando pidan con fe. Comiencen con algo sencillo, pero sean intencionales al establecer sus metas. Determinen los pasos específicos que deben seguir cada día para ayudarlos a lograr su meta. No se limiten a decir, “Bueno, ya estoy haciendo algo, así que lo contaré como mi meta”. En lugar de tener una mentalidad de lista de verificación, recuerden que la experiencia de establecer y mantener metas los ayudará a llegar a ser semejantes al Salvador. No hay dos personas que tengan exactamente las mismas experiencias o que tengan éxito con los mismos métodos. Ajusten si es necesario y aconsejen con frecuencia con amigos de confianza, familiares y con nuestro Padre Celestial (Alma 37:37). Somos hijos e hijas amados de Dios. Él no busca la perfección; Él busca la mejora. Al esforzarse por llegar a ser como Él y Su Hijo, busquen la revelación personal y actúen de acuerdo con ella, valoren el don del arrepentimiento y procuren mejorar cada día (véase el lema de las Mujeres Jóvenes).
Nuestras vidas ocupadas nos obligan a centrarnos en las cosas que hacemos día a día, pero el desarrollo del carácter se produce solo cuando nos centramos en lo que estamos llegando a ser. Nuestro Salvador es nuestro modelo y guía. Al enfocarnos en la revelación personal, nuestro Padre Celestial nos guiará en el establecimiento de metas para llegar a ser semejantes a Jesucristo.