Una mañana a fines de noviembre de 2016, el esposo de la hermana Susan H. Porter, el élder Bruce D. Porter, se despertó en su casa en Moscú, Rusia, sintiéndose sin aliento. El élder Porter presidía el Área Europa Este como Setenta Autoridad General en ese momento.
Los médicos determinaron que tenía neumonía. Esa noche, su salud empeoró y fue puesto en coma inducido. Aunque esto y lo que sucedió en las semanas siguientes le sorprendió, “nunca tuve la sensación de que iba a morir”, recuerda la hermana Porter.
Ya habían superado circunstancias difíciles anteriormente. Quince años antes, un médico le dijo que el élder Porter no saldría del hospital y, una semana después, salió con buena salud. Mientras recordaba este milagro y otros dijo, “Creo que ese fue el Señor protegiéndome”.
Durante los siguientes 12 días, la hermana Porter viajó al hospital para estar al lado de su esposo en la unidad de cuidados intensivos. Aunque estaba sola por las noches, y a más de 8.046 kilómetros de distancia de su familia — nunca se sintió sola.
Se hicieron preparativos para regresar a los Estados Unidos para recibir más atención médica. El élder Porter pasó dos semanas en un hospital de Utah antes de morir en su casa, rodeado de su familia, el 28 de diciembre del 2016.
Unos días más tarde, la hermana Porter recibió una impresión que ha continuado ayudándola a superar su dolor: “No pienses en lo que has perdido. Recuerda los milagros”.
Entre esos milagros se encuentra el que el élder Porter pudo sellar a sus cuatro hijos en el templo y disfrutar del amor de 12 nietos. Más tarde se daría cuenta de que la paz que sentía y la sensación de que no estaba sola también eran milagros.
El élder Porter, quien había luchado contra la insuficiencia renal durante casi 15 años, enseñó durante la conferencia general de abril de 2013: “No debemos temer el futuro, ni flaquear en la esperanza y el buen ánimo, porque Dios está con nosotros. …
“Las pruebas llegarán, y tal vez no entendamos todo lo que nos pasa a nosotros y a nuestro alrededor. Pero si confiamos en el Señor con humildad y con calma, Él nos dará la fortaleza y la guía en todos los desafíos que enfrentemos. Cuando nuestro único deseo es agradarlo, seremos bendecidos con una profunda paz interior”.
Ocho años después, en la conferencia general de abril del 2021, la hermana Porter fue sostenida como primera consejera de la presidencia general de la Primaria. En las semanas transcurridas desde su llamamiento, la hermana Porter también ha testificado de la ayuda del Señor en momentos de necesidad.
“Durante esos momentos, doy mi testimonio de que Dios, nuestro Padre Celestial, está con nosotras”, dijo durante la Conferencia de Mujeres de BYU el 29 de abril. “Incluso cuando no podemos sentir Su presencia, Él está allí”.
Susan Elizabeth Holland Porter nació el 31 de julio de 1955 en Ponca City, Oklahoma, hija de Hans J. y Charlene Coleman Holland.
Al crecer en una pequeña rama de los Santos de los Últimos Días en las verdes colinas del oeste de Nueva York, la hermana Porter solía ser, la única miembro de la Iglesia en su escuela, además de sus hermanos.
“Mis amigos eran de todos los credos o no tenían religión”, dijo. “Mi padre no era miembro de la Iglesia. Mi madre era una miembro muy fuerte. Y la Iglesia era nuestra familia”.
La profesión de su padre como químico investigador influyó en el interés de la hermana Porter por las matemáticas y las ciencias. Obtuvo una licenciatura en química de la Universidad Brigham Young.
En una clase de religión de BYU impartida por Bruce C. Hafen, quien más tarde fue llamado como Setenta Autoridad General, la hermana Porter conoció a su futuro esposo. El élder y la hermana Porter se casaron el 2 de febrero de 1977 en el Templo de Washington D.C.
Poco después de su matrimonio, la hermana Porter comenzó a trabajar como asistente de laboratorio en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, mientras que el élder Porter hacía su posgrado.
En su primer día de trabajo, mientras viajaba en el autobús, su mente estaba consumida por pensamientos de insuficiencia. “¿Qué pasa si no soy lo suficientemente buena?” pensó mientras reflexionaba sobre el hecho de que todos en el laboratorio tenían más educación y experiencia que ella. Entonces vino un sentimiento: “Incluso si te quedas corta, hay alguien que te ama”.
Al reflexionar sobre esta experiencia y lo que el presidente Russell M. Nelson enseñó a las mujeres de la Iglesia en la conferencia general de octubre de 2020 sobre la creación de plazas fuertes, la hermana Porter dijo que espera que la Primaria pueda ser un lugar de seguridad donde los niños sientan el amor del Padre Celestial y el Salvador Jesucristo.
“Si Jesús estuviera con ellos ahora, los tomaría uno por uno, los bendeciría y oraría por ellos, tal como lo hizo con los niños nefitas hace mucho tiempo”, dijo, haciendo referencia a 3 Nefi 17:21. “Espero que cada niño ore por Su ayuda y pida ver Su mano amorosa en su propia vida”.
El élder y la hermana Porter criaron a su familia en Massachusetts, Virginia y Alemania antes de mudarse a Provo, Utah, cuando el élder Porter fue contratado como profesor en BYU en 1993.
“Les dijimos a nuestros hijos: ‘Nos hemos mudado mucho. Aquí es donde nos quedaremos’. Y menos de dos años después, Bruce fue llamado a los Setenta y estábamos en un avión a Frankfurt”, dijo la hermana Porter con una sonrisa. Aunque sería la tercera escuela secundaria de su hijo mayor, cada uno de sus hijos recibió bendiciones de las experiencias que tuvieron en Alemania.
“Espero que cada niño ore por Su ayuda y pida ver Su mano amorosa en su propia vida”.
Aproximadamente dos años después de su asignación como consejero en la presidencia del Área de Europa Este, los riñones del élder Porter fallaron y la familia regresó a Utah. La hermana Porter lo apoyó mientras estaba en diálisis desde 1997 al 2010, lo que ella describió como — “una oportunidad sagrada”.
El élder Porter continuó sirviendo como autoridad general en la sede de la Iglesia en Salt Lake City y tuvo dos trasplantes de riñón que fallaron. Un tercer riñón, donado por su hijo mayor, permitió al élder Porter servir como presidente del Área Europa Este, en Moscú, a partir de agosto de 2014.
La hermana Porter recuerda con agradecimiento la oportunidad de servir en el Área Europa Este — dos veces — y todo lo que aprendió de los santos allí.
“Son un pueblo muy espiritual”, dijo la hermana Porter. “Aman el templo. … Han pasado por muchas cosas como pueblo, muchas dificultades en su historia, pero resuenan con el Evangelio. Me sentí muy honrada de estar en su presencia y ver su fuerza y fe”.
Como viuda, la hermana Porter sabe lo que se siente al entrar a una capilla sola, buscando un lugar para sentarse entre las familias reunidas en los bancos.
Ella ofreció dos pensamientos de consejo para los miembros solteros: “Uno es, enfóquese en el hecho de que la familia más grande de todas es la familia de Dios. Cada persona que ve es su hermano o su hermana”. Haga la pregunta, “¿Qué amor puedo ofrecer?”
El segundo es, “sea proactivo”. Cuando comenzó el plan de estudios integrado “Ven, sígueme”, la hermana Porter abrió la lista del barrio e identificó a todas las mujeres que eran solteras y no tenían niños pequeños en su hogar. Ese año se reunieron mensualmente para estudiar las Escrituras y compartir sus ideas de “Ven, sígueme”.
Antes de la pandemia, la hermana Porter y otras hermanas que asistían solas a la iglesia se sentaban juntas en la capilla los domingos. “Pensé que teníamos la fila más divertida de toda la capilla. Todo el mundo sabía que ésa era nuestra banca”, dijo.
Al reconocer a los muchos Santos de los Últimos Días de todo el mundo que han perdido a familiares y amigos y están sufriendo de dolor, la hermana Porter dijo: “Nuestros seres queridos que han fallecido están tan interesados en nosotros y en nuestras familias como cuando estaban aquí. Ahora pueden servirnos de diferentes formas. …
“Cuando mis hijos tienen desafíos, cuando yo tengo desafíos, oro para que el Espíritu nos bendiga, y también oro para que Bruce pueda ministrar a mí o a ellos de cualquier manera que pueda, a través del velo. Y lo sé, he tenido testigos de que eso sucede”.
En el momento de su llamamiento a la presidencia general de la Primaria, la hermana Porter había estado sirviendo en el consejo asesor general de la Sociedad de Socorro desde el 2017. También se ha desempeñado como consejera de la presidencia de la Sociedad de Socorro de estaca y presidenta de la Sociedad de Socorro de barrio.
Aunque no ha tenido muchos llamamientos en la Primaria, le encantó la oportunidad de enseñar el Evangelio a los niños a través de la música mientras se desempeñaba como directora de música de la Primaria. La hermana Porter también ha visto cómo su experiencia en la Sociedad de Socorro le servirá muchísimo en su nuevo cargo en la Primaria.
“Las hermanas de la Sociedad de Socorro son las madres, abuelas, tías y vecinas de los niños de la Primaria”, dijo. “A medida que ayudemos a las mujeres a fortalecer su testimonio del Padre Celestial y a aumentar su amor por el Señor y Su Iglesia, estarán mejor preparadas para ayudar a guiar a los niños hacia el Salvador”.
Información biográfica
Familia: Nacida el 31 de julio de 1955 en Ponca City, Oklahoma, hija de Hans J. y Charlene Coleman Holland. Se casó con Bruce D. Porter el 2 de febrero de 1977, en el Templo de Washington D.C. Tienen cuatro hijos.
Educación: Obtuvo una licenciatura en química de la Universidad Brigham Young en 1976.
Empleo: Trabajó como asistente de laboratorio en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, profesora de matemáticas de medio tiempo en un colegio privado y profesora de piano. Fue voluntaria con varias organizaciones comunitarias.
Servicio en la Iglesia: miembro de la mesa directiva general de la Sociedad de Socorro, consejera de la presidencia de la Sociedad de Socorro de estaca, presidenta de la Sociedad de Socorro de barrio, presidenta de las Mujeres Jóvenes de barrio, maestra de Doctrina del Evangelio, líder de música de la Primaria.