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La decisión que cambió la trayectoria e instauró un modelo en la vida del élder Carlos G. Revillo

Carlos G. y Marites F. Revillo. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Élder Carlos G. Revillo Jr. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Ha sido debido a traslados internacionales, una difícil decisión de servir una misión cuando era joven y el llamado para presidir una misión cuando estaba en medio de una exitosa carrera que el élder Carlos G. Revillo Jr. ha visto surgir un modelo en la vida de su familia.  

“Es la historia de nuestras vidas. Pensamos que era un sacrificio, pero luego nos dimos cuenta de que ciertamente no lo era”, dijo el élder Carlos G. Revillo Jr., quien fue sostenido como Setenta Autoridad General en la conferencia general de abril de 2021.  “De hecho, recibimos más bendiciones de las que pensábamos que estábamos renunciando”. 

Cómo se unió a la Iglesia

Los padres del élder Revillo se unieron a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuando él tenía seis años.  

Su padre fue el primero en conocer a los misioneros y ser bautizado. Su madre se bautizó dos meses más tarde. “Él nunca miró atrás”, dijo el élder Revillo refiriéndose a su padre, quien falleció pocas semanas antes de la conferencia general de abril. “Él llevaba una vida muy diferente antes de conocer a los misioneros”. 

Antes de conocerlos, su padre solía fumar. Cuando su padre aprendió sobre la Palabra de Sabiduría, “me dijo que destruyó todos los cigarrillos que tenía y nunca más volvió a tocar un cigarrillo”, dijo el élder Revillo. “Su legado nos estaba acercando a la Iglesia. Ahora somos cuatro generaciones”.  

Sus padres, Carlos C. Revillo Sr. y Amparo G. Revillo, sirvieron como presidente del templo y directora de las obreras en el Templo de Manila, Filipinas.  

“Crecí en un hogar en donde se vivía el evangelio”, dijo el élder Revillo, el mayor de seis hijos. Creció en Mindanao, una de las islas en el sur de Filipinas. “Siempre supe que esta Iglesia es verdadera. Siempre tuve un testimonio”.  

La decisión de servir una misión 

Desde que era niño tuvo el deseo de servir en una misión de tiempo completo para la Iglesia, pero ese deseo fue puesto a prueba cuando asistió a la universidad. Decidió posponer su misión un año para finalizar la carrera de ingeniería química de cinco años y pasar los exámenes de certificación de la comisión.  

Salió calificado entre los mejores cinco en los exámenes de la comisión y recibió varias ofertas buenas de trabajo por parte de empresas multinacionales. Debido a esto, dudó respecto de su plan de servir una misión. 

La Iglesia era aún bastante nueva en las Filipinas y, en ese momento, no era tan común que los jóvenes y jovencitas sirvieran misiones, recordó su esposa, la hermana Marites Enriquez Fernando Revillo, quien es una ex misionera. 

El élder Revillo sabía que tenía que evaluar su testimonio y sus creencias. 

“Tuve que preguntarme: ‘¿Realmente quiero servir una misión?’”, dijo el éllder Revillo. “Tuve que orar y considerar seriamente lo que creía. … ¿Realmente sé que José Smith fue un profeta y que el Libro de Mormón es verdadero?” 

Más tarde, supo también que su madre había estado orando y ayunando por él. 

El élder Revillo dijo que el Espíritu le tocó el corazón y decidió servir una misión. 

“Mi testimonio fue completamente fortalecido cuando serví una misión de tiempo completo”, dijo. “Todas las bendiciones que tengo ahora se las atribuyo a esa decisión trascendental”. 

Una de esas bendiciones fue conocer a su futura esposa, que también era misionera. 

La hermana Revillo y su hermano menor estaban preparando sus papeles misionales al mismo tiempo y tuvieron sus entrevistas con el presidente de misión antes de enviarlos. Unas pocas semanas después, su hermano recibió su llamamiento misional y su asignación, pero la suya no llegó. Más adelante, volvió al edificio de la Iglesia donde había tenido la entrevista y su solicitud aún estaba sobre el escritorio.  

“Me contacté con el líder de zona y le pregunté, ‘¿Qué pasó con mi solicitud?’”, dijo la hermana Revillo, quien creció en Bulacán, al norte de Manila.  Entonces, comenzó a dudar sobre su decisión de servir una misión. Luego de orar nuevamente al respecto, decidió avanzar con su solicitud.  

Cuando llegó su llamamiento misional, la fecha para presentarse en el Centro de Capacitación Misional en Manila, Filipinas, era luego de la fecha de llegada de su hermano.  

Pero era la misma fecha que la del élder Revillo. Y, debido al reducido número del grupo de misioneros que ingresó al mismo tiempo, todos los misioneros pudieron conocerse.  

Luego de ser relevado, el élder la visitó y empezaron a salir en citas. Tres meses después de que él terminara su misión, se casaron en el Templo de Manila, Filipinas.

La hermana Revillo dijo que fue por designio divino que su solicitud misional se demoró, para que pudiera conocer al élder Revillo.

Experiencia internacional  

Luego de completar su misión, él comenzó a enviar solicitudes para trabajar en la región metropolitana de Manila. La empresa Procter & Gamble lo contrató en su planta de fabricación, y él pudo hacer uso de su título en ingeniería química.  

Luego de menos de un año de matrimonio, a los veinticuatro años, fue llamado como obispo. Y al año siguiente, a los veinticinco años, fue llamado como presidente de estaca. El élder afirmó que ha visto cómo el Señor lo ha ayudado a guiar su vida.  

“Aceptamos lo que sea que el Señor desee que hagamos, incluso si sentimos que quizás no estamos preparados para eso”, dijo él. “Pienso que así es como aprendemos. Así es como aprendí cuando era un obispo joven y un presidente de estaca joven”.  

Élder Carlos G. Revillo Jr.
Élder Carlos G. Revillo Jr. | Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Una transferencia laboral llevó a su familia a Japón durante cinco años y también a Cincinnati, Ohio, en Estados Unidos, durante tres años y medio.

“Algo que he aprendido es que la Iglesia es la misma, donde sea que estés”, dijo él. “Y eso es maravilloso”.  

La familia Revillo también vivió y trabajó en Singapur durante cinco años, antes de aceptar una asignación como presidente de misión y su compañera en la Misión Filipinas Ciudad Quezón.  

“Así que, a pesar de venir de diferentes contextos y culturas, la cultura del evangelio es la misma, donde sea que estés. Y se siente como una familia”, dijo. “La Iglesia ha sido nuestro apoyo, donde sea que vayamos”.  

Un llamamiento para servir en Filipinas 

Cuando recibieron el llamamiento de presidente de misión y su compañera, el élder Revillo tenía cuarenta y siete años, y tres de sus cuatro hijos aún vivían en su hogar. Muchas personas de la empresa no entendieron la razón por la que dejaría su carrera.  

“Ciertamente fue un salto de fe para nosotros”, dijo la hermana Revillo. “Y fuimos bendecidos al aceptar ese llamamiento. … Es la felicidad de servir al Señor”. 

Y eso ha sido una prueba del modelo de servicio al Señor, el cual establecieron al servir misiones de tiempo completo en su juventud.  

“Con el resto de mis llamamientos, nuestra vida ha sido moldeada en base a que, si buscas al Señor y lo pones en primer lugar, recibirás bendiciones”, dijo el élder Revillo. “El Señor nos está dirigiendo, solo tenemos que dejar que lo haga”.  

Luego de su servicio misional en Ciudad Quezón, permanecieron en Filipinas, donde él ha trabajado como gerente de bienestar y autosuficiencia.  

“Somos uno de esos países propensos a los desastres”, dijo refiriéndose a los tifones, terremotos y erupciones volcánicas que han tenido lugar en los últimos años.  

“Los filipinos son muy fuertes”, agregó el élder Revillo. “Cuando hay un tifón, queremos ponernos de pie y sonreírle. Incluso si los techos ya no están o si nuestras casas han desaparecido por completo, aun verás a un filipino sonriendo. Ellos recogen las partes y construyen un nuevo hogar”.  

La hermana Revillo añadió que ellos “no cuentan los problemas, sino las bendiciones”.  

Siendo tantos los que luchan con las finanzas y los ingresos, el élder Revillo ha visto la forma en que los programas de autosuficiencia los han ayudado a ser más independientes.  

“Estamos progresando en el proceso de ayudar a los miembros a llegar a ser autosuficientes. Es emocionante”, dijo él.  

“Los programas humanitarios de la Iglesia y otras ayudas en tiempos de desastres y emergencias han sido muy valorados”, añadió. “Tenemos buena relación con varias (organizaciones no gubernamentales) y también con funcionarios del gobierno. Ciertamente, es una bendición poder ayudar”.  

Están emocionados por el aniversario N° 60 de la Iglesia en Filipinas y han visto su crecimiento en su país natal a lo largo de sus vidas.  

“Pienso que el Señor nos brinda todas estas experiencias, pero, de algún modo, aún nos sentimos inadecuados. Sin embargo, como en la historia de nuestras vidas, vamos y hacemos lo que sea que el Señor desee que hagamos”, dijo el élder Revillo.   

El élder Revillo es uno de dos Setenta Autoridades Generales provenientes de las Filipinas. El élder Michael John U. Teh fue sostenido en 2007. 

Información biográfica 

Familia: Nació en la ciudad General Santos, Filipinas, el 8 de noviembre de 1965; es hijo de Carlos C. Revillo Sr. y Amparo Garcia Revillo. Se casó con Marites Enriquez Fernando Revillo en el Templo de Manila, Filipinas, el 12 de septiembre de 1989. Tienen cuatro hijos.  

Educación: Licenciatura en Ingeniería Química de la Universidad de Santo Tomás en 1986.  

Empleo: Trabajó durante 22 años en varios puestos gerenciales para Procter & Gamble en las Filipinas, la región de Asia-Pacífico y en la sede global de la compañía en los Estados Unidos. Fue director de calidad, seguridad alimentaria y asuntos regulatorios en Asia para Kellogg Co. desde 2011 hasta 2013. Al momento de su llamamiento, trabajaba como gerente de bienestar y autosuficiencia de la Iglesia en Filipinas. 

Servicio en la Iglesia: Al momento de su llamamiento, servía como Setenta de Área en el Área Filipinas. Ha servido como presidente de la Misión Filipinas Quezón City (2013-2016), obispo, presidente de estaca, maestro de seminario, miembro del sumo consejo y misionero de tiempo completo en la Misión Filipinas Bacolod.  

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