Un juez, un hombre arrestado y dos misioneros mayores sirviendo a 14.500 kilómetros de su hogar, fueron fundamentales en la conversión del élder Alfred Kyungu, quien fue sostenido como Setenta Autoridad General en la conferencia general de abril de 2021.
En 1991, un hombre congoleño fue arrestado y llevado ante el juez Polydor Ngoy, el tío del élder Kyungu, en Lubumbashi, República Democrática del Congo. Al relatar el incidente al Church News, el élder Kyungu no estaba seguro de cuál era el delito del que se acusaba al hombre, pero sabía de la sorpresa de Ngoy cuando un par estadounidenses se presentaron para hablar a favor del arrestado.
“Por favor, díganme ¿quiénes son ustedes y cuál es su relación con este hombre?” preguntó Ngoy. “Preséntense”.
La pareja explicó que ellos eran misioneros de Utah y el hombre era un miembro de su congregación y su traductor.
Esa noche, cuando Ngoy regresó a casa, le explicó a su sobrino de 24 años y estudiante universitario, Alfred Kyungu Kibamba, sobre una reunión que tenía con unos misioneros que le explicarían más sobre su iglesia — La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. “No te pierdas esta gran oportunidad”, le dijo su tío.
Pronto, tanto el joven Alfred Kyungu como su tío comenzaron a reunirse frecuentemente con la pareja de misioneros mayores. Pasaron los siguientes seis meses en profundas conversaciones.
“Yo tenía muchas preguntas”, recuerda el élder Kyungu. Como hijo de un pastor cristiano, el élder Kyungu era un “gran lector de la Biblia” y ya se consideraba cristiano. Entonces, ¿por qué tenía que unirse a esta nueva religión extranjera?
Además, la Iglesia era relativamente nueva en su país y muchos en la comunidad desconfiaban y se preguntaban si los Santos de los Últimos Días eran místicos o incluso verdaderamente cristianos.
Finalmente, Ngoy le sugirió a su sobrino que no podrían entender verdaderamente todo lo relacionado con la Iglesia desde afuera. Decidieron que necesitaban obtener sus propias experiencias, y si descubrían que la Iglesia realmente “no era sobre Jesús”, entonces se irían. El élder Kyungu y su tío se bautizaron el 21 de septiembre de 1991.
“Desde ese momento, nunca he estado fuera de la Iglesia”, dijo el élder Kyungu con una sonrisa.
Los miembros de la pequeña rama en Lubumbashi fueron amables y afectuosos y el élder Kyungu y su tío se sintieron fortalecidos por las enseñanzas que estaban recibiendo. “Sabíamos que nos estaban enseñando los principios enseñados por Jesucristo”.
El élder Kyungu conoció a Lucie Malale Kabulo a través de su primo. Este primo también era miembro de la Iglesia y le dijo a Lucie, quien estaba en Lubumbashi estudiando en el Instituto Pedagógico Superior, que él era maestro de la Escuela Dominical y la invitó a ir a la iglesia.
La sorprendió, dijo, que su joven amigo fuera un maestro. Según su experiencia al asistir a los servicios de su congregación cristiana, solo los sacerdotes de alta jerarquía eran maestros. Ella aceptó.
Era la primera vez que era parte de un entorno donde los asistentes podrían hacer y responder preguntas. Se dijo a sí misma, “Aquí, espero, poder encontrar respuestas a mis preguntas”.
La primera vez que le hablaron del Libro de Mormón, incluso antes de leerlo, dijo que podía sentir que se trataba del evangelio de Jesucristo. Se bautizó el 18 de junio de 1996.
Ella y el élder Kyungu fueron novios por tres años y se casaron el 28 de noviembre de 1998, en Lubumbashi. Se sellaron en el templo de Johannesburgo, Sudáfrica el 18 de noviembre de 2004.
Tanto él como la hermana Kyungu deseaban formar una familia de inmediato, pero después de cuatro años todavía no tenían hijos. “Esto fue muy duro para nosotros” recordó el élder Kyungu. Confiaban en las promesas de sus bendiciones patriarcales, y gracias a su fe y al sacerdocio pudieron concebir milagrosamente.
A lo largo de los años, han aprendido que el evangelio trae paz, alegría y soluciones a los problemas. “Aunque tengamos algunos problemas, algunos desafíos, estemos pasando por algunas pruebas, a través del Evangelio sabemos que podemos acudir a Jesucristo. Tenemos a nuestro Padre Celestial, que está ahí, que nos ama y nos conoce”, dijo.
Como pioneros de la Iglesia en sus familias y en su país, los Kyungus han sido testigos del enorme crecimiento de la Iglesia en los últimos años. Cuando se unieron a la Iglesia en Lubumbashi, había una rama que se reunía en una casa para los servicios dominicales. Los miembros se reunían en la sala para la reunión sacramental y utilizaban los cuatro dormitorios como salones de clase.
Hoy, hay muchas unidades de la Iglesia en Lubumbashi — la segunda ciudad más grande de la República Democrática del Congo — y tienen la promesa de un templo que anunció el presidente Russell M. Nelson en la conferencia general de abril de 2020.
“Realmente está creciendo muy rápido” dijo el élder Kyungu, lo cual atribuyó, en gran parte, al ejemplo que dan los miembros de la Iglesia a sus amigos, familiares y vecinos. “Cuando vivimos el Evangelio, la gente ve la luz, el buen comportamiento, entonces quieren acercarse a la Iglesia”.
El élder Kyungu tiene una licenciatura y una maestría ambas en ciencias sociales y relaciones internacionales de la Universidad de Lubumbashi. Trabajó en varios puestos para el gobierno de la República Democrática del Congo y para la Iglesia como coordinador y director de Seminarios e Institutos, y como director de historia familiar.
Los Kyungus ahora tienen tres hijos, dos hijas y un hijo. La mayor, de 19 años, se graduó de la secundaria y le gusta cantar, mientras que, a su hijo de 16 años le encanta tocar la guitarra y jugar fútbol. A la hija menor, de 12 años, le encanta cocinar como su mamá y está aprendiendo a tocar el violín. Como familia les gusta pasar tiempo juntos, ya sea cocinando, limpiando, mirando una película o jugando a juegos de mesa.
Los Kyungus han tratado de difundir el Evangelio en su hogar leyendo el Libro de Mormón y poniéndose de rodillas para orar en familia todos los días.
Una de las grandes bendiciones de sus vidas, dijo la hermana Kyungu, es ver a sus hijos adolescentes vivir el Evangelio.
“El tratar de vivir el Evangelio en el hogar, y en nuestra vida, nos ayuda a ser bendecidos” dijo el élder Kyungu, “porque sin él no sabemos qué clase de vida deberíamos vivir”.
Al momento de su llamamiento era un Setenta de Área que sirvió como maestro de Institutos, maestro de Escuela Dominical, consejero de obispado, sumo consejo, consejero de una presidencia de estaca y presidente de la misión Mbuji-Mayi, República Democrática del Congo desde 2016 hasta 2019.
La hermana Kyungu ha servido como presidenta de las Mujeres Jóvenes y de la Sociedad de Socorro del barrio, como maestra de Primaria y de la Escuela Dominical, y como obrera de ordenanzas en el templo de Kinshasa, República Democrática del Congo, que fue dedicado en 2019.
La hermana Kyungu dijo que en cada uno de los varios llamamientos que han tenido a lo largo de los años en la Iglesia, han tratado de magnificarlos con todo su corazón. Este tipo de consagración les ha ayudado a prepararse para este nuevo llamamiento, dijo.
El élder Kyungu dijo que espera poder compartir tres lecciones con los miembros de la Iglesia del mundo. La primera, “[que] cuando uno se esfuerza para guardar los mandamientos del Señor, todo estará bien”. La segunda es confiar en el sacrificio expiatorio de Jesucristo. “Porque el Salvador puede ayudar a las personas a superar cualquier desafío y encontrar paz”.
La tercera lección es seguir a los líderes, al profeta viviente y a los apóstoles. “Porque sus enseñanzas provienen de Dios, nuestro Padre Celestial”.
Datos biográficos
Familia: Nació en Kamina, República Democrática del Congo, el 31 de octubre de 1966, hijo de Domitien Kyungu Nkimba y Celestine Ngoy Mbuyu. Se casó con Lucie Malale Kabulo el 28 de noviembre de 1998, en Lubumbashi. Se sellaron en el templo de Johannesburgo, Sudáfrica el 18 de noviembre de 2004. Son padres de dos hijas y un hijo.
Educación: Licenciatura y maestría, ambos en ciencias sociales y relaciones internacionales de la Universidad de Lubumbashi.
Empleo: Trabajó en varios puestos para el gobierno de la República Democrática del Congo y para la Iglesia como coordinador y director de Seminarios e Institutos y como director de historia familiar.
Servicio en la Iglesia: Sirvió como maestro de Institutos, maestro de Escuela Dominical, consejero de obispado, sumo consejo, consejero de la presidencia de estaca, presidente de la misión Mbuji-Mayi, República democrática del Congo de 2016 a 2019 y como Setenta de Área en las áreas de África Sureste y África Central.