Gracias a los estudiantes comprometidos y una base de fanáticos leales en todo el país, la Universidad Brigham Young sabe muy bien de la fuerza que proviene de la ventaja de jugar en casa.
Haciendo hincapié en la importancia de todos y cada uno de los fanáticos, la hermana Liz Darger planteó una pregunta durante el devocional del campus el martes, 18 de mayo: “¿Cómo podemos crear una ‘ventaja en casa’ no solo para nuestros equipos atléticos, sino para cada miembro de nuestra comunidad del campus de BYU?
La hermana Darger, directora atlética asociada de BYU y miembro del consejo asesor general de las Mujeres Jóvenes, usó tres palabras del Lema de las Mujeres Jóvenes — recibir, guardar los convenios y ministrar — para alentar a los oyentes a hacer su parte para ayudar a crear un sentido de pertenencia para todos.

“Si bien mis comentarios de hoy se prepararon con oración teniendo en cuenta a la comunidad del campus de BYU, creo que los principios que discutiré son universales para todos los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, dijo ella.
Recibir
Recibir es una habilidad que puede y debe desarrollarse, dijo la hermana Darger. “Como discípulos de Jesucristo, podemos convertirnos en receptores confiables si nos preparamos y practicamos de manera constante y continua”.
El presidente Russell M. Nelson enseñó que entre todas las bendiciones y dones que uno puede recibir, “el privilegio de recibir revelación es uno de los mayores dones de Dios para Sus hijos”.
“¿Está su corazón preparado para recibir?” preguntó la hermana Darger. “¿Está preparado para recibir revelación personal? ¿Está preparado para recibir un llamamiento o asignación desafiante? ¿Está su corazón preparado para recibir corrección, cuando sea necesario?”
Convenios
Dios promete grandes bendiciones a quienes hagan y guarden convenios sagrados con Él, incluyendo el acceso a Su poder, dijo la hermana Darger.
El presidente Nelson enseñó: “Toda mujer y todo hombre que hace convenios con Dios y guarda esos convenios, y participa dignamente en las ordenanzas del sacerdocio, tiene acceso directo al poder de Dios”.
Los discípulos de Jesucristo tienen la responsabilidad que viene con el convenio de ministrar personalmente a otros, dijo la hermana Darger. “Con un corazón humilde y agradecido, cuando pedimos con fe, recibiremos revelación para guiarnos en nuestros esfuerzos de ministrar”.
Ministrar
BYU tiene varios esfuerzos organizacionales diseñados para velar y cuidar a los estudiantes, dijo la hermana Darger, incluyendo los servicios para estudiantes multiculturales, los servicios de consejería y psicológicos, el centro de accesibilidad universitaria, la oficina para el éxito e inclusión de los estudiantes, los servicios y recursos para mujeres, y el recién formado Comité de Raza, Equidad y Pertenencia.
Para crear una ‘ventaja de jugar en casa’ para cada miembro de la comunidad del campus, los esfuerzos organizacionales deben ir acompañados de esfuerzos individuales, dijo la hermana Darger.

La hermana Darger invitó a todos a hacer una autoevaluación de sus esfuerzos individuales para apoyar a quienes los rodean. “Mientras escuchan las siguientes preguntas”, dijo, “por favor, tomen nota de los pensamientos y sentimientos que les viene a la mente y a su corazón:
- ¿Cómo trato a otros miembros de la comunidad del campus de BYU?
- ¿Animo a los demás, fomentando su éxito?
- ¿Soy paciente con los demás cuando cometen un error o me ofenden?
- ¿Invierto en relaciones con aquellos a quienes percibo como diferentes a mí?
- Cuando no estoy de acuerdo con los demás, ¿lo hago de manera respetuosa?
- ¿Todas mis relaciones dentro de la comunidad de BYU reflejan un amor devoto por Dios y una preocupación genuina por el bienestar de mi prójimo?
“Para mis compañeros de BYU, ahora es el momento de comprometernos a ser propietarios de boletos de temporada y fieles fanáticos de quienes nos rodean, incluyendo aquellos a quienes percibimos como diferentes”, dijo la hermana Darger.
“Los esfuerzos organizacionales son importantes, pero no suficientes. Busquen lo bueno. Lleguen temprano y a menudo. Y animen con fuerza. A medida que nos convertimos en ministros personales, podemos crear una ‘ventaja de jugar en casa’ para cada miembro de nuestra comunidad universitaria de BYU”.