Resumen del discurso:
Existe injusticia en el mundo de varios tipos. Si bien algunas pueden explicarse a través de elecciones de individuos y circunstancias, otras son más complicadas y otras no tienen explicación.
“Jesucristo comprende la injusticia y tiene el poder de proporcionar un remedio. Nada se compara con la injusticia que Él sufrió”. Esa injusticia incluye los dolores y aflicciones de la humanidad que Él experimentó como parte de la Expiación. El Salvador eligió hacerlo por amor.
“En las eternidades, nuestro Padre Celestial y Jesucristo resolverán toda injusticia”. En lugar de preguntar cómo y cuándo se resolverá la injusticia, concéntresen en desarrollar fe en Cristo. El Salvador puede ayudarnos a encontrar la paz en este mundo y no sólo a restaurar lo que se perdió, sino también a “usar la injusticia para nuestro beneficio”.
A medida que esa fe se desarrolle, esfuércesen por llegar a ser como el Salvador y “traten de hacer las cosas bien dentro de nuestra esfera de influencia”.
Tratar de comprender la perspectiva de otros y trabajar para ver las cosas desde un punto de vista eterno, puede ayudar a aclarar e iluminar. En una situación injusta, en lugar de permitir que la situación cree un corazón endurecido o corroa la fe, pidan ayuda a Dios.