Resumen del discurso:
Más de la mitad de los adultos de la Iglesia en la actualidad son viudos, divorciados o aún no casados. “Algunos se preguntan acerca de sus oportunidades y su lugar en el plan de Dios y en la Iglesia. Debemos entender que la vida eterna no es simplemente una cuestión del estado civil actual, sino de discipulado y de ser ‘valiente en el testimonio de Jesús’ (Doctrina y Convenios 76:79).
Hay cinco principios que todo miembro debe comprender.
“Primero, las Escrituras y los profetas de los últimos días confirman que todo el que sea fiel en guardar los convenios del Evangelio tendrá la oportunidad de ser exaltado”.
Segundo, se desconoce el momento y la manera en que las bendiciones de la exaltación serán otorgadas, pero están aseguradas.
Tercero, esperar en el Señor implica obediencia continua y progreso espiritual.
Cuarto, “todos aquellos que acepten el don del arrepentimiento del Salvador y vivan Sus mandamientos recibirán la vida eterna, aunque no alcancen todas sus características y perfecciones en la mortalidad”.
Quinto, la confianza en estas promesas se basa en la fe en Jesucristo, por cuya gracia se corrigen todas las cosas que pertenecen a la vida terrenal.
Los líderes de estaca y de barrio deben llamar a los miembros solteros “para servir, edificar y enseñar. Haga caso omiso a las viejas nociones e ideas que a veces involuntariamente han contribuido a sus sentimientos de soledad y de que no pertenecen o no pueden servir”.