Reunida virtualmente con distinguidas líderes de todo el mundo en el Día Internacional de la Mujer para celebrar la resiliencia y el ingenio de las mujeres en la diplomacia, la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Jean B. Bingham, elogió a las mujeres por su fortaleza el año pasado.
“Algunas de ustedes han perdido a sus seres queridos, otras han experimentado una mayor ansiedad o depresión, y algunas están lidiando con los efectos financieros, todos problemas que pueden afectar nuestra salud mental y física”, dijo. “Me quito el sombrero ante ustedes —o debería decir, mi cabeza está inclinada ante ustedes— por todo lo que están logrando en estos tiempos difíciles”.
Un lado positivo de la pandemia del COVID-19 ha sido tener tiempo para reflexionar sobre cómo se están gastando los recursos y redescubrir las pasiones que “nos han llevado a donde estamos hoy”, dijo la presidenta Bingham.
“De una mujer a otra, me alegro de nuestra visión compartida de ayudar a mejorar la vida de las mujeres sin importar dónde vivamos”.
El discurso de apertura de la presidenta Bingham dio inicio al quinto evento anual del Día Internacional de la Mujer en la Diplomacia, el lunes, 8 de marzo, presentado por Mame T. Mbaye, Cónsul General Honorario de Senegal. El evento también incluyó mesa redonda con diplomáticos, líderes empresariales y otros sobre cómo mejorar los desafíos que enfrentan las mujeres en todo el mundo.
En representación de la organización de la Iglesia de 7.5 millones de mujeres en 220 países, la líder general de la Sociedad de Socorro enfatizó su creencia de que “cada mujer y niña en esta Tierra es una hija amada de Dios”.
“Esa creencia me da la esperanza de que las circunstancias que oprimen a tantos puedan superarse si recordamos nuestro origen común”, dijo la presidenta Bingham. “Mi fe en el poder del bien me impulsa con optimismo”.
Falta de educación
La presidenta Bingham reconoció que uno de los mayores impedimentos para el éxito y la felicidad es la falta de educación, específicamente la inhabilidad para leer y escribir.
Aproximadamente el 14% de la población mundial es analfabeta, y dos tercios de los analfabetos son mujeres, señaló. Solo el 30% de los países del mundo brindan igualdad de oportunidades educativas para niños y niñas.
Un estudio de Citi Global Perspectives & Solutions en cooperación con Plan International, informó que alcanzar el 100% de las tasas de finalización de la escuela secundaria superior para las niñas para 2030 a través de una serie de intervenciones podría elevar el PIB en las economías emergentes en un promedio del 10% — e incluso mayores retornos económicos después de 2030.
Los beneficios de educar y dar poder a las niñas tienen un mayor alcance en sus familias y comunidades, según el informe. Mejorar la educación y la salud de las niñas conduce a “una disminución en las… tasas de mortalidad, costos de salud reducidos, niños más sanos y educados y también puede ayudar a reducir la pobreza intergeneracional”.
Los autores de este estudio pidieron la cooperación entre gobiernos, ONG, la comunidad financiera y el sector privado, dijo la presidenta Bingham. “Entienden que el verdadero propósito de la educación es encender el fuego del potencial, no llenar el balde con conocimiento”.
La presidenta Bingham destacó el programa de alfabetización del Evangelio como un ejemplo de cómo abordar el tema de la educación.
El objetivo del programa, que comenzó en África Occidental y se está expandiendo a otras áreas — es ayudar a las mujeres a obtener suficientes habilidades para poder ayudar a sus propios hijos con su escolarización y tener la educación suficiente para servir como maestras o líderes en sus congregaciones locales, explicó.
Ella compartió la historia de una mujer que conoció, Martha Lusenie Kongoley, que se vio obligada a abandonar la escuela antes de aprender a leer o escribir porque sus padres no podían pagar las matrículas escolares. Como madre joven, Martha necesitaba ganar dinero para comprar comida para sus hijos. Al inscribirse en el programa de Alfabetización del Evangelio, adquirió las habilidades y la confianza para comenzar una pequeña empresa cosechando nueces.
“También aceptó la invitación para servir como mentora de las adolescentes de su congregación. Su ejemplo es motivador para aquellas niñas que han sido testigos de la transformación en la vida de Martha”, dijo la presidenta Bingham, mostrando una foto de Martha sosteniendo una tarjeta de registro de votante que recibió después de pasar un examen de ciudadanía.
Además de pasar tiempo en Sierra Leona y Ghana, la presidenta Bingham ha tenido la oportunidad de ayudar a otras mujeres a mejorar sus habilidades de alfabetización, incluyendo una refugiada y su hija adulta de Afganistán que se relocalizaron en Salt Lake City, a quien la hermana Bingham ha asesorado por los últimos 10 años.
“Una y otra vez, tanto en mi vida profesional como personal, he visto a las mujeres tomar el poder cuando se les dio —y aceptaron— la oportunidad de educarse”.
“Vale la pena nuestra lucha”
El analfabetismo, la pobreza y la violencia contra las mujeres nunca se resolverán hasta que hombres y mujeres aborden juntos las actitudes culturales negativas, dijo la presidenta Bingham.
Citó a la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, quien dijo en el Día Internacional de la Mujer en 2016: “… Las barreras para la educación de las niñas no son solo recursos. No se trata solo de acceso a becas, transporte o baños escolares. También se trata de actitudes y creencias — la creencia de que las niñas simplemente no son dignas de una educación”.
La presidenta Bingham dijo que reconoce “la profunda necesidad” de valorar lo que las mujeres aportan a la mesa comunitaria, y aunque el camino por delante está lleno de obstáculos, el cambio social en torno a la educación de mujeres y niñas “vale absolutamente nuestra lucha”.
“Sé que el poder de las buenas mujeres y los buenos hombres que trabajan juntos puede crear oportunidades donde alguna vez fueron limitadas … Conozco el poder en una comunidad que resuelve proteger y luego empoderar a su recurso más vulnerable y también más valioso — la próxima generación”.
Ella hizo eco a las palabras de la sufragista y una de las primeras presidentas de la Sociedad de Socorro, Emmeline B. Wells: “Creo en las mujeres, especialmente en las mujeres pensantes”.
La presidenta Bingham concluyó sus comentarios expresando gratitud a quienes buscan brindar seguridad, recursos y oportunidades a las mujeres de todo el mundo. Ella también extendió una invitación para actuar.
“Tengo la ferviente esperanza de que cada uno de nosotros acepte el desafío de volver a comprometernos con el fortalecimiento de nuestras comunidades y sociedades”, dijo. “Como líderes, estamos en una posición única para influir en quienes crean las políticas que abrirán las puertas a la educación para mujeres y niñas”.
“Extiendo una invitación a cada una de nosotras para que aprovechemos las ventajas que disfrutamos a fin de crear más oportunidades para nuestras hermanas en todo el mundo. Que tengamos el valor y la sabiduría para hacerlo, con urgencia y eficacia”.