Hace más de 50 años, cuando el presidente Henry B. Eyring, segundo consejero en la Primera Presidencia, fue inaugurado como presidente de Ricks College, ahora BYU-Idaho, expresó una visión para la educación que parecía imposible en ese momento.
“También debemos encontrar formas para que esta universidad sirva a jóvenes cuyas necesidades están determinadas por una gran variedad de culturas y situaciones, y que tal vez no pueden venir a este campus”, dijo. “Encontraremos formas directas de trasladar la bendición de la educación… de este campus a las vidas de hombres y mujeres en todas partes”.
Hoy, las palabras del presidente Eyring se están cumpliendo ya que la universidad en línea de la Iglesia, BYU-Pathway Worldwide, brinda a costo reducido, una educación de calidad a aquellos que de otra manera no tendrían la oportunidad de poner un pie en un campus universitario.
“Por mucho tiempo el Señor había estado preparando el Sistema Educativo de la Iglesia para hacer esto”, dijo el presidente de BYU-Pathway Worldwide, Clark Gilbert. “Pero ha sido en este tiempo y temporada que ha acelerado el trabajo. Y creo que es porque Él está usando la educación como parte del gran recogimiento en estos últimos días. Vemos que esos milagros suceden en toda la Iglesia”.
En un podcast del Church News publicado el 12 de enero, el presidente Gilbert reflexionó sobre el desarrollo innovador de la educación de la Iglesia y el importante papel de la educación en la obra del Señor.
Una visión de lo que puede ser
Antes de que el presidente Gilbert pusiera un pie en el campus de BYU-Idaho, donde eventualmente se desempeñaría como presidente desde 2015 a 2017, trabajó como profesor en la Escuela de Negocios de Harvard, mientras que Kim B. Clark se desempeñaba como decano. En el 2005, cuando Kim B. Clark dejó Boston para tomar el mando de BYU–Idaho, le preguntó al presidente Gilbert qué podían hacer en BYU–Idaho que sería único. Debido a que había trabajado con jóvenes menos favorecidos de zonas urbanas de Boston, el presidente Gilbert le dijo que deberían ver cómo servir a estudiantes más típicos, no sólo a los estudiantes de élite con una sólida formación académica.
El presidente Clark respondió, “Sí, es una población muy importante, pero el problema es mucho más grande”.
Luego continuó, “Me refiero a los jóvenes en Rusia, Ghana, Brasil y en las islas; jóvenes que están haciendo convenios y guardando convenios, y el Señor procurará derramar bendiciones sobre sus cabezas, y una de las maneras en que lo hará es por medio de la educación”.
Luego invitó al presidente Gilbert “a venir conmigo a Rexburg, no solo para evaluar la educación en ese campus, sino también para evaluar la educación globalmente alrededor de la Iglesia”.
“No vi esa visión anteriormente,” admitió el presidente Gilbert.
Y sin embargo, debido a sus esfuerzos, en el 2005 BYU–Idaho creó los primeros sitios PathwayConnect en Nampa, Idaho; Mesa, Arizona; y Manhattan, Nueva York. Desde entonces, PathwayConnect ha continuado siendo pionera en nuevas formas de conectar y educar a los estudiantes de todo el mundo, culminando con el lanzamiento de BYU–Pathway Worldwide en el 2017 con el presidente Gilbert como su primer presidente.
BYU-Pathway Worldwide está estructurado para que los estudiantes comiencen el programa con un año de cursos preparatorios iniciales que incluyen clases de matemáticas, inglés y religión, impartidas por voluntarios. Una vez completadas las clases de PathwayConnect, los estudiantes pueden aplicar a los programas de grado en línea de BYU-Idaho.
Llevando la educación a todas partes
Afuera de la oficina del presidente Gilbert en Salt Lake City hay una réplica del cuadro de Ken Baxter titulado “Embarque de los santos en Liverpool”, que muestra a los primeros Santos de los Últimos Días abordando un barco en su viaje para reunirse en el oeste. “Eran pobres, no tenían educación y estaban a punto de convertirse en inmigrantes”, dijo el presidente Gilbert.
Sin embargo, en ese grupo estaban las semillas que eventualmente producirían escuelas como la Universidad Brigham Young, Ricks College y BYU–Idaho. Al mirar la pintura, el presidente Gilbert dijo que, le recuerda a sí mismo y a los demás el legado, la cultura y la herencia de la educación que se encuentran dentro de la Iglesia.
“Pero no llegamos de esa manera”, dijo el presidente Gilbert. “Había algo en nuestra fe que nos permitió y nos empujó a querer convertirnos en algo más. El presidente Eyring dice que cuando te conviertes, hay un deseo de aprender y llegar a ser algo más y eso a menudo se obtiene a través de la educación. El presidente Russell M. Nelson describe la educación como una responsabilidad espiritual. El élder Dieter F. Uchtdorf dice que para los miembros de la Iglesia, la educación no es solo una buena idea, es un mandamiento”.
Y, sin embargo, a pesar del legado de los Santos de los Últimos Días de valorar la educación, muchos miembros de la Iglesia hoy en día no tienen acceso a ella, dijo el presidente Gilbert.
Más del 55% de los Santos de los Últimos Días en los Estados Unidos y del 85% al 90% en la Iglesia internacional no tienen un título universitario. Brindar educación a aquellos que nunca pensaron que podrían acceder a ella “ha sido un milagro fundamental en el diseño de BYU–Pathway desde el principio”, dijo el presidente Gilbert.
El Sistema Educativo de la Iglesia incluye un portafolio con BYU como modelo insignia, que se centra en la investigación y tiene escuelas de posgrado y un equipo de fútbol. Luego está BYU-Idaho, la cual está enfocada en la enseñanza y los pregados (licenciaturas) y BYU-Pathway, que sirve a una población completamente diferente. “Es realmente notable como sistema”, dijo el presidente Gilbert.
Doctrina y Convenios 97:3 dice, “Yo, el Señor, estoy bien complacido con que exista una escuela en Sion”. A pesar de que hay una escuela en Provo, en Rexburg, en Salt Lake City y en Laie, “Sion está en todas partes donde existen las estacas de Sion y BYU–Pathways nos permitió, por primera vez, tener realmente una escuela en Sion, dondequiera que Sion esté”, dijo el presidente Gilbert.
Un potencial enorme
Cuando estudiaron por primera vez a los estudiantes que vendrían a BYU–Pathway, entrevistaron a miembros que asistían al Instituto pero no a la universidad. Aprendieron que estos miembros creían en las palabras de los profetas y apóstoles sobre la importancia de la educación, dijo el presidente Gilbert. Pero cuando preguntaron a estos miembros por qué no estaban buscando una educación, escucharon tres respuestas: primero, “no puedo pagarlo”; segundo, “eso es para gente inteligente” o “no soy capaz”; y tercero, “perdí mi oportunidad para hacerlo” o “soy demasiado mayor”.
Así que el presidente Gilbert continuó diciendo que, BYU–Pathway, fue realmente diseñado para eliminar esas barreras. Primero, es asequible. BYU–Pathway actualmente cobra alrededor de $75 por crédito, que es la mitad del precio de un community college(universidad de dos años).
En segundo lugar, ayuda a eliminar el miedo. “Todo el plan de estudios fue diseñado para generar confianza”, dijo el presidente Gilbert. Y tercero, es accesible para cualquier persona en línea y se puede construir para adaptarse al horario de cualquier persona. “Entonces, alguien que trabaje a tiempo completo podría construirlo de manera que no tenga que parar de trabajar y estar en clase toda la semana. Y eso acaba de abrir un crecimiento enorme”.
En los 10 años transcurridos desde su lanzamiento, el programa se ha expandido constantemente. En el 2020, las matrículas alcanzaron los 50.000 estudiantes en 150 países. La universidad en línea registró una matrícula récord, incluso durante la pandemia.
“Creo que BYU–Pathway seguirá expandiéndose porque la necesidad es grande en toda la Iglesia y los modelos educativos tradicionales no funcionan para la mayoría de las personas. Así que, la asequibilidad, la naturaleza en línea, el horario flexible y la capacidad espiritual que ha adquirido a través del programa lo han convertido en algo realmente transformador, y ha funcionado durante la pandemia”, dijo el presidente Gilbert.
Tiempos y estaciones
Cuando el presidente Gilbert habla de los enormes cambios en la educación de la Iglesia durante los últimos 50 años, habla de tiempos y estaciones.
Al principio de su tiempo en BYU–Idaho, el presidente Gilbert dijo que el presidente Clark compartió con él Doctrina y Convenios 88:73, “He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo”. Desde entonces, el presidente Gilbert ha estudiado Doctrina y Convenios 88, así como las secciones 52 y 53 y el uso de la palabra “tiempo”.
“El Señor habla de trabajar con los obreros en Su viñedo, y cómo en el tiempo y la estación, Él vendría y trabajaría con ellos lado a lado, y el trabajo se aceleraría y se apresuraría”, dijo el presidente Gilbert.
Aunque la Iglesia ha sido consciente de la necesidad de “trasladar la bendición de la educación” a hombres y mujeres en todas partes, la tecnología y otros factores han sido prohibitivos. En otras palabras, no era el “tiempo y la estación” correctos.
Hoy, sin embargo, el Señor está acelerando Su obra, dijo el presidente Gilbert, y explicó cómo su programa utiliza los cursos ofrecidos por BYU-Idaho y Ensign College, y los cursos de religión del programa de Instituto de la Iglesia. Dependemos del apoyo de 2.500 misioneros voluntarios de la Iglesia en todo el mundo y nos asociamos con el Departamento de Bienestar y Autosuficiencia para ayudar con la colocación laboral. Muchos estudiantes de Pathway dependen del WiFi disponible en los centros de reuniones de la Iglesia en todo el mundo.
Mientras piensa en el crecimiento del programa, que “es asombroso de contemplar” — el presidente Gilbert dijo que el verdadero milagro de lo que está sucediendo es que el Señor está haciendo Su propia obra. “Él está trabajando junto al obrero en la viña, y cuando eso sucede, acelera Su obra. No es solo porque se preocupa por la educación. No es solo porque Él se preocupa por la autosuficiencia temporal de los santos, lo hace por ambos aspectos. Pero creo fundamentalmente que Él está preparando al mundo para el regreso del Salvador. Y parte de eso es la obra que está haciendo para reunir a Su Iglesia mediante la creación de capacidad y liderazgo a través de la educación en todo el mundo”.