En los 12 años desde que el élder Neil L. Andersen fue llamado como apóstol del Señor Jesucristo, ha experimentado momentos sagrados, “experiencias y sentimientos indescriptibles que nunca anticipé en mi vida, asegurándome de la realidad de Jesucristo”, relató en un devocional transmitido el domingo 21 de febrero.
Como “amigo y compañero discípulo” motivado por el amor y el respeto, el élder Andersen testificó a los jóvenes adultos Santos de los Últimos Días de habla francesa “que su fe en Jesucristo no es en vano. Lo verán de nuevo. Todo el mundo sabrá que Él es el Hijo de Dios”.
La transmisión en vivo del élder Andersen fue la primera de seis devocionales de área diseñados para llegar a los jóvenes adultos Santos de los Últimos Días de todo el mundo.
Hablando en francés a oyentes en África, Tahití, Francia, Canadá, Haití y las islas francesas del Caribe y otros lugares, el élder Andersen estuvo acompañado por su esposa, la hermana Kathy Andersen, quien también habla francés, para reforzar y alentar la fe de los jóvenes adultos.
Una joven de 20 años de Camerún dijo que escuchar la transmisión fue “una experiencia muy especial”.
“Estoy agradecida de conocer el verdadero evangelio y tener líderes llamados por Dios. Hoy, una vez más, pude entender mi valor para mi Padre Celestial. Soy una hija de Dios y lo amo como Él nos ama a mí y a ti”, comentó en las redes sociales.
El élder Randall K. Bennett, presidente del Área Noreste de América del Norte, quien también habla francés con fluidez, dirigió y presentó la reunión. Dos jóvenes de habla francesa, Pauline Caussé y Eric Lepore, ofrecieron las oraciones, respectivamente.
El apóstol moderno comenzó compartiendo las palabras del antiguo apóstol Pablo: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (Hebreos 11: 1).
“Sustancia. Evidencia. Eso es la fe”, dijo el élder Andersen. “Esto es lo que significa creer. Es real. Es parte de nuestro ser interior. Nuestro espíritu anhela creer en Dios y anhela tener fe en Cristo”.
El élder Andersen luego compartió seis amonestaciones relacionados con creencias.
1. “Cree en Dios”.
Al citar al profeta Alma y al rey Benjamín en el Libro de Mormón, el élder Andersen enfatizó que todas las cosas creadas, tanto en los cielos como en la tierra, dan testimonio de un Creador Supremo.
“Al contemplar las bellezas de la tierra, las asombrosas leyes de la física y la ciencia y cómo se conectan entre sí, ‘todas las cosas indican que hay un Dios’ (Alma 30:44), todo revela la obra de las manos de nuestro Padre Celestial”. Dijo el élder Andersen.
Como ejemplo, el élder Andersen describió la migración de la mariposa monarca de 6.400 kilómetros desde Canadá a México y luego de regreso.
En “esta asombrosa demostración de las maravillas de Dios”, ninguna mariposa puede hacer todo el viaje. Se necesitan cuatro generaciones “sin ninguna dirección visible” para que la mariposa llegue a su destino.
2. “Cree que eres una hija o un hijo de Dios y que Él te ama”.
Al reconocer que las personas podrían no verse a sí mismas como únicas o especiales, el élder Andersen testificó, “Eres una hija o un hijo de nuestro Padre Celestial y Él te ama de una manera incalculable”.
Algunos pueden sentirse como Enoc, dijo el élder Andersen, quien “se postró en tierra ante el Señor y habló ante el Señor, diciendo: ¿Por qué he hallado gracia ante tu vista, si no soy más que un jovenzuelo, y todo la gente me desprecia; por cuanto soy tardo en el habla; por qué soy tu siervo?”.
Sin embargo, el Señor le aseguró a Enoc: “He aquí, mi Espíritu reposa sobre ti”, y Él abrió los ojos de Enoc y se convirtió en un gran profeta (Moisés 6:31, 34).
“Eres un hijo o una hija de Dios y tienes un valor infinito”, dijo el élder Andersen a los oyentes.
3. “Cree que puedes hablar con tu Padre Celestial y Él enviará Su Espíritu sobre ti”.
La hermana Andersen se unió a su esposo para hablar “maravillosamente” sobre el poder de la oración.
Invitó a los jóvenes adultos a recordar las palabras del presidente Russell M. “Encuentren un lugar tranquilo al que puedan ir con regularidad. Humíllense ante Dios. Derramen su corazón a su Padre Celestial. Acudan a Él para recibir respuestas y consuelo. Oren en el nombre de Jesucristo por sus preocupaciones, sus temores, sus debilidades, sí, los anhelos mismos de su corazón”, (Conferencia General de abril de 2018).
La hermana Andersen dijo que sucedió algo especial cuando comenzó a orar como sugirió el profeta. Ella dio testimonio de que “tenemos un Padre Celestial” que es amoroso, bondadoso y generoso.
“Él comprende todo — todos los sentimientos de nuestro corazón y alma. Nos ama con un amor que es más completo, más puro, más perfecto, más expansivo que cualquier cosa que podamos imaginar. Somos sus hijos. Si lo llamamos, ‘Padre, ¿estás ahí?’ Él escuchará nuestra oración. Sé que esto es cierto”, dijo ella.
4. “Cree que el reino de Dios se está extendiendo por todo el mundo y que cada uno de nosotros es una parte importante de la preparación para la segunda venida del Salvador”.
Haciendo referencia a un discurso que compartió en la conferencia general de octubre de 2016, el élder Andersen comparó la difusión del Evangelio para llenar toda la tierra con “un enorme rompecabezas cuyas piezas se colocarán antes de los eventos de la Segunda Venida”.
Cada uno de nosotros es una pieza del rompecabezas, explicó el élder Andersen. “Ustedes son importantes en esta gran causa. La vista que tenemos al frente ahora es clara. Podemos ver que el milagro continúa y que la mano del Señor nos guía a medida que llenamos los huecos que quedan”.
El apóstol invitó a los jóvenes adultos a ser “testigos de Dios”, lo que lo llevó a su quinta amonestación.
5. “Cree que otras personas que conoces aceptarán el evangelio de Jesucristo”.
Citando al profeta Jeremías, el élder Andersen dijo que los Santos de los Últimos Días, como los pescadores, deben arrojar su sedal al mar o cazar “por todo monte, y por todo collado y por las cavernas de los peñascos”, (Jeremías 16:16).
El élder Andersen señaló que aquellos que están más dispuestos a escuchar el mensaje del evangelio son “aquellos que conocemos” e invitó a los oyentes a ser abiertos acerca de su fe en Jesucristo.
“No tenga miedo de compartir cómo su fe ha mejorado su vida”, dijo el élder Andersen. “Invite a quienes estén interesados en su ejemplo a que le acompañen a las actividades de la Iglesia y, si están dispuestos, a reunirse con los misioneros. Esta es una forma importante en la que hacemos nuestra parte al armar el magnífico rompecabezas en preparación para el regreso del Salvador”.
6. “Cree que Jesucristo es el Salvador del mundo”.
El élder Andersen dijo que ha tenido una fe firme en Jesucristo durante muchos años, pero el servir en el Cuórum de los Doce Apóstoles ha proporcionado un testimonio claro y seguro de que Cristo vive, resucitó y es el Hijo Amado de Dios.
“Para mí, no hay palabras en ningún idioma para describir verdaderamente la majestad, el poder, la gloria o el amor del Hijo de Dios”, dijo el élder Andersen.
A medida que las personas consideran profundamente sus propios pecados y reconocen la completa dependencia de Jesucristo, su amor por Dios florece, enseñó el apóstol. “A medida que entendemos incluso la parte más pequeña del precio que Él pagó por nuestros pecados, nos sentimos llenos de un amor sin fin por Él”.
Al hablar sobre un tema que, dijo, “conmueve mi alma”, el élder Andersen describió el “día glorioso del regreso del Salvador a la tierra”.
“El alcance y la grandeza, la inmensidad y la magnificencia, superarán cualquier cosa que los ojos mortales hayan visto o experimentado”, dijo él.
En ese día el Salvador no vendrá “envuelto en pañales, acostado en un pesebre”, sino que aparecerá “en las nubes del cielo, revestido de poder y gran gloria; con todos los santos ángeles”. (Doctrina y Convenios 45:44).
“En aquel día los escépticos guardarán silencio, ‘porque todo oído lo oirá …, y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará’ (Doctrina y Convenios 88:104) que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, el Salvador y Redentor del mundo”, testificó el élder Andersen.