Recientemente, Bruna Benites recibió un mensaje personal en las redes sociales de una joven — una compañera de fútbol y miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Como la única Santo de los Últimos Días entre sus compañeras, esta joven escribió que a menudo se sentía fuera de lugar. Al descubrir que Benites es un Santo de los Últimos Días que jugaba fútbol profesional, se sintió “representada”.
Al recordar el mensaje en una entrevista reciente, Benites dijo que es un “gran honor” saber que hay otras atletas jóvenes que también se esfuerzan por vivir el Evangelio — y que ella puede ser un ejemplo para ellas.
Es posible que el fútbol femenino no reciba tanta atención o visibilidad como otros deportes profesionales, “pero siempre habrá al menos una persona que te estará viendo”, dijo Benites. “Es por esta persona que tenenos que ser un ejemplo”.
Benites será una de los 13 oradores principales de RootsTech Connect del 25 al 27 de febrero.
Nacida en Cuiabá, Mato Grosso, Brasil, Benites se bautizó como miembro de la Iglesia con su familia a los 15 años.
Representó a su país como capitana de la selección brasileña de fútbol femenino en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Dos años después, Benites ganó la CONMEBOL Copa América Femenina, y cuatro años después compitió en los Juegos Olímpicos de Verano de Río 2016.
Benites, ahora de 35 años, juega en el Sport Club Internacional, un equipo profesional femenino de primer nivel en Porto Alegre, Brasil. También es licenciada en fisioterapia de la Universidad Católica Dom Bosco en Campo Grande, Mato Grosso do Sul.
Convertirse en futbolista profesional nunca fue su sueño o intención, admitió. “Siempre le di prioridad a la educación”. Sabía que ser una atleta talentosa podría ayudar a pagar una educación, y una educación podría ayudar a mejorar la calidad de vida de su familia.
“Mi familia siempre ha sido mi base”, dijo Benites. “En mi caso, todo lo que hice fue por mi familia y lo que sentía por ellos. Creo que la familia es lo más importante que tenemos en la Tierra”.
Poco después de graduarse y dejar de jugar fútbol para trabajar, su madre la animó a aprovechar la oportunidad para jugar en Foz do Iguaçu, Brasil. Esa experiencia lanzó su carrera profesional.
“Si no fuera por mi mamá, no estaría jugando”, dijo. “Desde el principio, ella siempre me apoyó”.
Benites dijo que confía en el Señor para obtener fuerza dentro y fuera del campo.
Entre sus compañeras de equipo, es conocida por mantener una sensación de paz y calma cuando otros pueden estar nerviosos o agitados. “Creo que esto es parte de tener esos principios, esta tranquilidad, serenidad, calma, de saber que el Señor tiene el control y que somos simplemente instrumentos allí”, dijo ella.
Con viajes frecuentes y la mayor parte del año fuera de casa, “mi testimonio me mantiene fuerte cuando estoy sola”, dijo. “Sé que no estoy sola. Sé que tengo al Padre Celestial conmigo. Si no fuera por Él, no estaría donde estoy hoy”.
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