Nota del editor: El propósito de este artículo no es dar consejo médico ni recetar ningún tipo de terapia. La siguiente es una conversación sobre la ansiedad, y otros asuntos y recursos relacionados con la salud mental.
Hace varios años, cuando el élder Marcos A. Aidukaitis era un padre joven en Brasil, atravesó por varios cambios en un período de tiempo corto; esto desencadenó sentimientos de preocupación y ansiedad que se volvieron incontrolables.
Durante el embarazo, su esposa tenía un riesgo alto de perder el bebé, y un miembro de la familia estaba luchando contra un problema de salud grave. En el trabajo, lo habían amenazado con imponerle una fuerte multa si no cumplía con el plazo de un proyecto importante; y sus responsabilidades eclesiásticas como presidente de estaca eran pesadas.
“Comencé a preocuparme demasiado por algunas de estas cosas, tanto que se convirtieron en cosas mucho más fuertes, y al final, me deprimí”, dijo el Setenta Autoridad General, al recordar su experiencia de esos tiempos durante un reciente podcast del Church News.
“Ese fue un período muy difícil en mi vida, un período muy oscuro en mi vida. Ojalá hubiera podido encontrar ayuda más pronto para evitar que esto sucediera. …Realmente no sabía adónde acudir”.
Hoy en día, hay más recursos disponibles, y aquellos que necesiten la ayuda de un profesional deberían buscarla, dijo el élder Aidukaitis. “Debemos estar atentos para detectar las pequeñas señales de nerviosismo, de inquietud, de angustia emocional, para que, en lo posible podamos evitar que estas cosas se agraven, así como pasó conmigo, por ejemplo.
En el podcast, el élder Aidukaitis estuvo acompañado por la hermana Carol Costley, del consejo asesor general de las Mujeres Jóvenes, y G. Sheldon Martin, un consejero profesional de salud mental y supervisor de temas especiales en el Departamento del Sacerdocio y Familia de la Iglesiapara analizar qué pueden hacer las personas, las familias y los líderes para ayudar a aquellos que luchan contra la ansiedad.
Invitaron a los Santos de los Últimos Días a explorar la sección Ayuda para la vida en IglesiadeJesucristo.org y en la aplicación Biblioteca del Evangelio. Esta sección provee enseñanzas y apoyo centrados en el evangelio sobre una variedad de desafíos que presenta la vida, entre ellos la salud mental y emocional.
El objetivo principal de Ayuda para la vida es doble: “aumentar la esperanza en el evangelio de Jesucristo de la persona y proporcionar ayudas prácticas sobre cómo saber adónde acudir”, dijo Martin. “Nunca deberíamos minimizar el papel y la importancia de un tratamiento médico, de profesionales y de proveedores de salud, y el exclusivo papel que el Salvador tiene en la vida de alguien”.
La ansiedad y el perfeccionismo en la Iglesia
El sentirse nervioso, aprensivo o ansioso en ocasiones, es parte de nuestra vida mortal. En un extremo del espectro, la ansiedad puede ser una emoción saludable y motivadora; pero en el otro extremo, la ansiedad puede ser un diagnóstico clínico, dijo Martin.
Los diferentes niveles de ansiedad dentro de este espectro pueden afectar a los Santos de los Últimos Días de todas las edades, orígenes y experiencia, incluso en la Iglesia, donde hay muchas oportunidades de sentir ansiedad, continuó él.
Por ejemplo, algunos podrían preocuparse por lo que otros podrían pensar de ellos cuando vienen a la Iglesia; otros podrían preocuparse por una entrevista con uno de los líderes. Algunos podrían luchar con el perfeccionismo en el Evangelio y su situación frente al Señor.
“Ser conscientes de esto podría ser una gran ayuda cuando nos ministramos unos a otros”, dijo Martin.
Así como le sucedió al élder Aidukaitis, las responsabilidades en el hogar, el trabajo y la Iglesia, a veces pueden resultar abrumadoras. Martin recomendó vivir el principio de la “negligencia inspirada”.
“No vamos a ser todo para todas las personas ni todas las cosas en todo momento”, dijo. “Podemos ser discípulos de Cristo y esforzarnos para ser lo que Él quiere que seamos, pero eso no significa que tenemos que completar cada una de las posibles tareas en la lista. Algunas cosas simplemente quedarán sin hacer”.
Y para aquellos que luchan con el perfeccionismo en el evangelio, “pienso que es muy importante que nos enfoquemos en los mensajes claves de esforzarnos por llegar a ser como el Salvador, que estamos en la senda y que queremos la orientación primero y la velocidad en segundo lugar”.
Qué pueden hacer los padres y las familias
En esta época, los jóvenes enfrentan la presión de tener éxito en todos los aspectos de su vida, dijo la hermana Costley, una asistente social con experiencia en el área de la salud mental. También son víctimas de la cultura de la comparación presente en las redes sociales. Para los jóvenes, la ansiedad es “una cosa real”.
Dirigiéndose a los jóvenes que se están “debilitando”, dijo, “de vez en cuando, pienso que es importante dar un paso atrás para tomar un respiro y realmente ver lo que es importante”.
La hermana Costley dijo que mantener la relación entre padres e hijos es “crucial” para ayudar y sanar. A medida que los padres dejen de participar en las tendencias o comportamientos perfeccionistas, estarán ayudando a sus hijos a entender que “la vida significa crecer, cambiar y ser mejores, pero no necesariamente perfectos”.
Según sus experiencias como madre, “a veces, nuestra visión se nubla porque hemos escrito la historia de nuestros hijos con antelación. …Es muy fácil personalizar y asumir la culpa, y entonces perdemos de vista la mejor manera de ayudar a nuestros hijos”.
El rechazo y los juicios apresurados pueden crear cizaña en una relación, sin embargo, “escuchar y aceptar es realmente la clave”.
“No tema pedir disculpas o una segunda oportunidad”, dijo la hermana Costley. “Realmente creo que a medida que oramos para identificar metas que los ayuden con sus desafíos, podremos ser un recurso en sus vidas, además del Salvador”.
Lo que pueden hacer los líderes y los hermanos y hermanas ministrantes
Al ofrecer ayuda y apoyo a aquellos que luchan contra la ansiedad, “creo que [tener] un mentor confiable es la clave para todos”, dijo el élder Aidukaitis.
“Cuando se nos invita a ser hermanos o hermanas ministrantes, en realidad se nos está invitando a que lo seamos a la manera del Salvador, como Él fue”, dijo. Al ser más sensibles a las impresiones del Espíritu los hermanos o hermanas ministrantes estarán en condiciones de identificar oportunidades para ayudar — y no solo a las personas que les han sido asignadas.
En Hechos, se relata la visión que tuvo el apóstol Pablo de un hombre que oró diciendo: “Pasa por Macedonia y ayúdanos”. Después de la visión, Pablo escribió: “enseguida procuramos partir hacia Macedonia” (Hechos 16:9-10).
El élder Aidukaitis dijo sobre la experiencia de Pablo, “Creo que hay muchas personas a nuestro alrededor que están diciendo esa misma oración hoy en día, ‘pasa por aquí y ayúdanos’. Ojalá que estemos en sintonía con el Espíritu, para que podamos sentirlo y actuar inmediatamente”.
Al recordar el difícil período de depresión por el que pasó, el élder Aidukaitis dijo, “Ahora sé que la ayuda está al alcance de la mano, literalmente. Podemos acceder a ella dondequiera que estemos…”.
“También sé ahora en una forma más profunda, que el mejor mentor que tenemos es en realidad nuestro Salvador y Señor Jesucristo. Y Él conoce estos sentimientos de un modo muy personal. No deberíamos olvidarnos. Él tomó sobre sí nuestras debilidades. … Él entiende ‘cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos’ (Alma 7:12).
“Si seguimos los principios e instrucciones que se encuentran en Ayuda para la vida y en el evangelio de Jesucristo, estamos destinados a resolver la mayoría de los problemas en nuestra vida”.
Encuentre recursos para la salud mental y emocional en Ayuda para la vida en la aplicación de Biblioteca del Evangelio y en ayudaparalavida.IglesiadeJesucristo.org. Este tema y otros más están disponibles en varios idiomas.