A Simeón, que era “justo y piadoso”, el Espíritu Santo le prometió que “no vería la muerte antes que viese al Cristo el Señor”. Dirigido al templo por el Espíritu, Simeón vio al niño Jesús, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios. “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra:
“Porque han visto mis ojos tu salvación,
“la cual has preparado en presencia de todos los pueblos” (Lucas 2:25-32).
Esta temporada de Navidad, los Santos de los Últimos Días celebran — con Simeón —el nacimiento de Jesucristo y el gozo que trae a todos los que lo siguen.
A continuación, se presentan los testimonios de profetas y apóstoles modernos que se han compartido durante esta temporada santa en la que tantos centran sus pensamientos en el nacimiento y la vida de Jesucristo:
Presidente Russell M. Nelson (en inglés): “Recuerden que la plenitud del ministerio de Cristo está en el futuro. Las profecías de Su segunda venida aún no se han cumplido. En Navidad, por supuesto, nos centramos en Su nacimiento. Pero Él vendrá de nuevo. En su primera venida, Jesús vino casi en secreto. Solo unos pocos mortales sabían de su nacimiento. En Su Segunda Venida, toda la humanidad sabrá de Su regreso. Entonces Él vendrá, no como “un hombre que viaja por la tierra” (Doctrina y Convenios 49:22), sino que “se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá” (Isaías 40:5).
Presidente Dallin H. Oaks: “Al prepararnos para Su Segunda Venida y permanecer en lugares santos, continuamos conmemorando la Navidad, no solo como una época de salutaciones y “felices fiestas”, sino como la celebración del nacimiento del Hijo de Dios, y un tiempo para recordar Sus enseñanzas y la importancia eterna de Su Expiación”.
Presidente Henry B. Eyring: “Como Su testigo, testifico que el bebé nacido en Belén es Jesucristo, el amado Hijo de Dios. Les prometo que al pedir al Padre Celestial con fe y en el nombre de Jesucristo, el Espíritu les brindará sentimientos de paz a ustedes y a sus seres queridos”.
Presidente M. Russell Ballard: “Permitan que sus oraciones a su Padre Celestial incluyan el deseo de que Él coloque a uno de Sus hijos en su camino, para que puedan compartir lo que ahora saben que es verdad…. No puede haber mayor regalo que cualquiera de nosotros pueda darle al Salvador en la época navideña que traer a alguien a Él”.
Élder Jeffrey R. Holland: “Estoy seguro de que José no murmuró ni María se quejó. Ellos tenían un gran conocimiento e hicieron lo mejor que pudieron. Esos padres tal vez sabían incluso entonces que tanto en el principio de Su vida terrenal, al igual que hasta el final de esta, ese pequeño niño que les había nacido tendría que descender hasta lo más profundo del sufrimiento y la desilusión humana. Él lo haría para ayudar a aquellos que también sintieran que habían nacido sin ninguna oportunidad en la vida”.
Élder Dieter F. Uchtdorf: “Ruego que durante esta época y siempre veamos la pureza del relato del nacimiento del Salvador y sintamos gratitud sincera por Su vida, Sus enseñanzas y el sacrificio salvador que hizo por nosotros; que esta gratitud nos haga renovar nuestra determinación de seguirle; que también nos acerque más a nuestra familia, a nuestra Iglesia y a nuestro prójimo; que esperemos anhelosamente el día bendito cuando el Cristo resucitado camine nuevamente sobre la tierra como nuestro Señor, nuestro Rey y nuestro bendito Salvador”.
Élder David A. Bednar: “En cada época de nuestra vida, en toda circunstancia en la que nos encontremos y en cualquier desafío que afrontemos, Jesucristo es la luz que disipa el temor, ofrece seguridad y guía, y trae paz y gozo”.
Élder Quentin L. Cook: “El Salvador es la fuente de la paz verdadera. A pesar de las pruebas de la vida, gracias a la expiación del Salvador y a Su gracia, una vida recta será recompensada con paz personal”.
Élder D. Todd Christofferson: “Cuando hablamos del nacimiento de Jesucristo, reflexionamos adecuadamente en lo que le seguiría. … Sin embargo, aun con todo eso por venir, considero apropiado en esta época del año pensar solamente en ese bebé en el pesebre. …. dediquen un momento cuando todo el cielo se regocijó con el mensaje “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14).
Élder Neil L. Andersen: “Seamos siempre valientes en la simple fe de que Él es quien decimos que es — el Creador, el Mesías largamente esperado, el Príncipe de Paz, el Rey de reyes, nuestro Salvador y Redentor”.
Élder Ronald A. Rasband: “Imaginen esa escena en Judea. El cielo se llenó del brillo de una magnífica estrella y coros del cielo marcaron este singular evento. Los pastores fueron entonces “deprisa” a ver al niño acostado en un pesebre. … Cada año en Navidad, agregamos nuestro testimonio al de los pastores — que Jesucristo, el Hijo literal del Dios viviente, llegó a un rincón de la tierra en lo que llamamos Tierra Santa. Los pastores se acercaron con reverencia al establo para adorar al Rey de reyes. ¿Cómo lo adoraremos nosotros esta temporada?”
Élder Gary E. Stevenson: “Durante esta Navidad y a lo largo del año, nuestros actos amables y buenas obras son la mejor medida de que nuestro amor por el Salvador está escrito en nuestro corazón”.
Élder Dale G. Renlund: “Esta Navidad pídanle al Padre Celestial el don espiritual de conocer la realidad viviente del Salvador del mundo. La época navideña es un momento natural y hermoso para estudiar Su vida y esforzarse por emular Su carácter y atributos. Al hacerlo, podrán saber que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que Él expió nuestros pecados”.
Élder Gerrit W. Gong (en inglés): “Cuandose sientan solos, indecisos, avergonzados, enojados o asustados, como cada uno de nosotros nos podemos sentir en ocasiones, por favor recuerden a nuestro Salvador. Él siempre está aquí con nosotros, invitándonos gentil, poderosa y amorosamente a no tener miedo, solo a creer. Es a Él — Su amor, Su misericordia y Su gracia — a quien debemos celebrar esta temporada navideña”.
Élder Ulisses Soares: “Parece que la palabra ‘humilde’ rodeó gran parte de los acontecimientos más importantes de la venida de Jesús en el mundo y también de Su vida. Nació en una familia humilde en las circunstancias más humildes. Los pastores, que fueron algunos de los primeros en ser notificados de Su nacimiento, fueron las personas más modestas. Cuando estudiamos las Escrituras, aprendemos que Cristo realizó varios de Sus milagros entre personas fieles y pobres, como pastores, leprosos y mendigos. El Rey de reyes, el Señor de señores, que sabemos que merece mucho más que las mejores cortes, sedas, joyas y tronos que este mundo puede ofrecer, pasó Sus días terrenales recorriendo caminos polvorientos, navegando en humildes botes de pesca, y ministrando en los hogares humildes de Sus seguidores — y esta condescendencia terrenal comenzó en un establo en Belén. En esta época especial del año, doy testimonio de que Jesucristo descendió debajo de todas las cosas para ser el Salvador de todos nosotros”.