“Busquen ayuda”, dijo una vez el icónico presentador de televisión infantil Fred Rogers. Y los Santos de los Últimos Días en todo el medio oeste de los Estados Unidos están ayudando a otros en este momento mientras ellos mismos enfrentan los daños y la destrucción de una serie de tornados.
Los miembros de la Iglesia, incluyendo los voluntarios con camisas amarillas de Manos que Ayudan, están trabajando para limpiar, reparar y reconstruir después de que docenas de tornados azotaron Missouri, Illinois, Arkansas, Tennessee y Kentucky el fin de semana pasado.
“Nuestras oraciones están con todos los que han sufrido pérdidas catastróficas debido a la reciente tormenta y los devastadores tornados. Al recibir el reporte de los miembros de la Iglesia y los misioneros, nuestro corazón está lleno de gratitud porque no se perdió ninguna vida. Aún así, somos conscientes de que muchos amigos y vecinos están sufriendo la pérdida de sus seres queridos, y lloramos con ellos”, dijo el élder Jared W. Stone, Setenta de Área en el Área Norteamérica Sudeste.
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El élder Stone dijo que al menos 50 casas pertenecientes a miembros resultaron dañadas y al menos seis fueron destruidas. Alrededor de 30 familias fueron desplazadas de sus residencias y otras 11 perdieron sus lugares de trabajo. Algunos centros de reuniones sufrieron daños menores.
Los miembros de la Iglesia han estado ayudando a sus vecinos a remover árboles caídos, reparando techos dañados, proporcionando comidas y abriendo sus casas como lugares donde quedarse. Los líderes de la Iglesia local están coordinando más esfuerzos para ofrecer ayuda en los próximos días y semanas.
Por ejemplo, el presidente de la Estaca Searcy Arkansas, David M. Lewis, dijo a Church News sobre un gran esfuerzo programado para este sábado en muchas de las ciudades afectadas.
“Entonces planeamos organizar un mayor esfuerzo después de eso, porque no terminará”, dijo.
Explicó cómo la ciudad de Trumann, Arkansas, tiene árboles enormes y casas con estructura de madera que sufrieron daños importantes. Primero, las compañías eléctricas tienen que entrar y arreglar los postes y las líneas caídas, y luego se deben quitar los árboles de las carreteras — un proceso que puede llevar varios días. Así las personas que viven allí pueden entrar y comenzar a evaluar los daños.
“Esto es difícil justo en Navidad”, dijo el presidente Lewis.
Se enviarán suministros y equipo a varias comunidades esta semana para ayudar en los esfuerzos de socorro. Y en los próximos días, los voluntarios de la Iglesia con Manos que Ayudan estarán en el lugar para ayudar.
Los voluntarios de Manos que Ayudan con sus característicos chalecos y camisas amarillas han prestado servicios a otros desde 1988 después de emergencias y desastres naturales como tornados, huracanes, terremotos e inundaciones. Los servicios se realizan sin costo alguno.
“El sureste de los Estados Unidos ha visto más tormentas de las que le corresponden este año. Cambia nuestros corazones cuando servimos, reaviva nuestra empatía y nos recuerda lo que es importante”, dijo Mike Dohm, gerente regional de bienestar y autosuficiencia en un comunicado de prensa. “Con cada desastre, nuestra fe nos impulsa a llegar a nuestras comunidades y ayudar donde podamos”.
Rick Long, gerente de bienestar y autosuficiencia del área, dijo que parece que cuando ocurre un desastre, el mundo presta atención, pero solo por un momento. Luego, Latter-day Saint Charities, el brazo humanitario de la Iglesia y los voluntarios de Manos que Ayudan se ponen a trabajar.
“Ellos responden a las llamadas en la línea directa de Crisis Cleanup [limpieza en tiempo de crisis] y colaboran y coordinan con grupos religiosos y organizaciones caritativas para brindar ayuda humanitaria. Se están enviando donaciones de cajas de comida, ropa, agua y kits de limpieza para ayudar a las víctimas de las comunidades afectadas, junto con herramientas como motosierras, carretillas de mano, trineos para escombros y lonas, para ayudar a los voluntarios de Manos que Ayudan en sus esfuerzos de socorro en casos de desastre”, dijo Long.
El comunicado de prensa explicó que los sobrevivientes que necesiten asistencia en su residencia pueden llamar a la línea directa de crisis cleanup al 1-800-451-1954. Crisis Cleanup es una plataforma colaborativa de gestión de órdenes de trabajo en caso de desastre utilizada por muchas organizaciones de ayuda. Todos los servicios son gratuitos. Voluntarios de todo el país donan tiempo para responder llamadas de sobrevivientes y catalogar órdenes de trabajo
“Nuestros hermanos y hermanas en Kentucky, Tennessee y los estados circundantes están golpeados, pero no rotos para siempre. El panorama de estos estados ha sido asolado, pero las comunidades se levantarán de las profundidades de la destrucción a través de la fe en Dios, el trabajo arduo y la ayuda de amigos cercanos y lejanos”, dijo el élder Stone. “Todos están ansiosos por servir y hacer lo que enseñó nuestro Salvador Jesucristo — llevar las cargas de los demás. Tenemos la sagrada oportunidad de amar a nuestro prójimo y ser Su mano amiga aquí en la Tierra”.