LONDRES, Inglaterra — Al concluir la visita de una semana a las Islas Británicas el domingo 31 de octubre, el presidente M. Russell Ballard pidió a los Santos de los Últimos Días en Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales que ejercieran su fe y oraciones y compartieran con diligencia el mensaje de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con otros.
De aquí a Navidad, dijo, “permitan que sus oraciones a su Padre Celestial incluyan el deseo de que Él coloque a uno de Sus hijos en su camino, para que puedan compartir lo que ahora saben que es verdad…. No puede haber mayor regalo que cualquiera de nosotros pueda darle al Salvador en la época navideña que traer a alguien a Él”.
El presidente Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, sirvió como joven misionero en Gran Bretaña de 1948 a 1950. Viajó de nuevo a Inglaterra y Escocia la última semana de octubre para dirigirse a los miembros y a los misioneros y para visitar lugares significativos de la historia de la Iglesia. Lo acompañaron el élder Jeffrey R. Holland y el élder Quentin L. Cook, ambos del Cuórum de los Doce Apóstoles y ex misioneros en las Islas Británicas; el viaje marcó el regreso a casa del trío de líderes de la Iglesia.
El élder Cook llegó a Inglaterra en septiembre de 1960 y el élder Holland en octubre de 1960; sirvieron juntos como compañeros durante el verano de 1962. La hermana Patricia Holland y la hermana Mary Cook acompañaron a sus esposos en el viaje y hablaron durante la reunión de miembros, al igual que el élder Alan T. Phillips, Setenta de Área de Londres.
Durante la reunión, que se llevó a cabo en Londres en la Capilla de Hyde Park y transmitida por todo el Reino Unido e Irlanda, el presidente Ballard dijo que “creció espiritualmente” en las Islas Británicas.
Compartió la historia de su bisabuelo Henry Ballard, quien “nació y se crió en esta gran tierra” y se unió a la Iglesia en 1849.
A Henry Ballard “le enseñaron el Evangelio, no por medio de misioneros, ni por predicadores elegantes y poderosos. Le enseñó el evangelio de Jesucristo un campesino”, dijo.
Se necesitó “valor, mucho valor” para unirse a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en los primeros días cuando los misioneros llegaron a Inglaterra, dijo el presidente Ballard.
“Amo a esos pioneros”, dijo. “Amo a esos maravillosos santos, incluyendo los miembros de mi propia familia, que encontraron el Evangelio en esta tierra y se unieron a la Iglesia, y milagrosamente — de una manera u otra — pudieron criar a sus familias en la Iglesia”.
El presidente Ballard le dijo a la congregación que tenían algo muy valioso. “Tenemos la plenitud del Evangelio eterno de Jesucristo”.
Pidió a los miembros de la Iglesia de todo el Reino Unido e Irlanda que le dieran al Salvador Jesucristo un regalo de Navidad y compartieran el precioso regalo que tienen al traer “un alma, otro hijo de Dios a Él”.
Esto se puede lograr cuando los miembros suplican al Señor que los ayude a compartir sus testimonios. “El poder del Espíritu Santo vendrá a nosotros y ustedes recibirán impresiones y oportunidades; tendrán experiencias incluso de aquí a Navidad para traer a alguien a la luz del evangelio de Jesucristo”.
Durante sus comentarios, el élder Holland recordó las contribuciones de los Santos de los Últimos Días en el área a la Iglesia de Jesucristo. Y luego continuó.
“Los grandes días en Gran Bretaña y en estas islas no han quedado atrás”, dijo el élder Holland. “Los grandes días del reino de Dios en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda están por delante. Lo sentimos. Sabemos que ustedes lo sienten. Y estamos agradecidos de venir y ser parte de ello”.
El élder Holland dijo que cuando era un joven misionero que trabajaba para edificar y fortalecer la Iglesia, quería que la obra avanzara más rápido. Regresó como miembro de la presidencia de área y esperó de nuevo. “Sin embargo, cuando consideramos solo en nuestra vida lo mucho que ha sucedido, podemos vislumbrar un poco lo que puede suceder en el futuro”, dijo el élder Holland.
Por ejemplo, cuando el presidente Ballard sirvió como misionero desde 1948 hasta 1950, no había estacas en el Reino Unido e Irlanda, y hoy hay 45 estacas, dijo.
El élder Holland cerró sus comentarios citando un poema de William Blake, titulado “Jerusalén”:
Y caminaron esos pies en tiempos remotos
sobre el verde de las montañas de Inglaterra?
y fue entonces el Sagrado Cordero de Dios
visto en los agradables pastos de Inglaterra?
Y brilló pues el Divino Semblante?
sobre nuestras colinas nubladas
y fue Jerusalén construida aquí
entre esos molinos oscuros y satánicos?
Traedme mi arco de oro ardiente;
traedme mis flechas de deseo;
traedme mi lanza: abríos, oh, nubes!
traedme mi carro de fuego!
No cesaré de luchar mentalmente,
ni se dormirá mi espada en mi mano
hasta que hayamos construido Jerusalén
en la tierra verde y apacible de Inglaterra.
Ese sigue siendo el clamor y el llamado de cada uno de nosotros hasta que esa obra esté terminada, hasta que el Salvador decida regresar”, dijo el élder Holland. “Hasta entonces, tenemos nuestra obra trazada para construir Jerusalén en esta tierra verde y apacible”.
Durante sus comentarios, la hermana Holland también habló de las Islas Británicas. “Este es mi hogar”, dijo. “Este es un lugar que amo”.
Citó al presidente Joseph F. Smith, bisabuelo del presidente Ballard: “Después de haber hecho todo lo que podíamos hacer por causa de la verdad, y hayamos resistido el mal que los hombres han traído sobre nosotros, y hayamos sido abrumados por sus agravios, todavía es nuestro deber permanecer. No podemos rendirnos; no debemos acostarnos. Las grandes causas no se ganan en una sola generación”.
La hermana Holland dijo que, al igual que su esposo, ella “enseñará y testificará del Señor Jesucristo y de la divinidad de la Iglesia” hasta que muera.
Durante sus comentarios, el élder Cook habló de una visita que el presidente David O. McKay hizo a Inglaterra en 1961 para dedicar la Capilla de Hyde Park y crear la Estaca Londres Inglaterra. El élder Holland pudo asistir a la reunión.
El élder Cook, que servía como misionero en el distrito de Bristol, Inglaterra, fue invitado a participar en otra reunión unos días después — la primera palada de una nueva capilla en Merthyr Tydfil, Gales. Los Santos de los Últimos Días de Gales se pararon en una ladera cercana y le cantaron al presidente McKay: “Cuando vuelvas a casa en Gales”. Fue un momento tan especial que el élder Cook “puede recordarlo hasta el día de hoy”.
Además, el presidente McKay rindió homenaje a su madre en la casa de su infancia en la ciudad, donde la Iglesia dedicó una plaga en su honor.
El élder Cook también habló sobre el futuro de la Iglesia en las Islas Británicas.
“Hemos estado con todos los misioneros aquí en esta hermosa parte de la viña del Señor porque están asignados a llevar el mensaje de Jesucristo y Su divinidad”, dijo el élder Cook.
La hermana Cook habló de la vez que el élder Cook quedó atrapado en una tormenta de nieve mientras conducía, con sus dos hijos pequeños, de California a Utah por la Sierra Nevada. El élder Cook pasó muchas horas acurrucado con los niños para mantenerse calientes antes de que llegaran los vehículos de seguridad. Cuando la hermana Cook finalmente pudo hablar con su hijo de 3 años, él dijo, “¡Quiero que sepas que lo pasamos muy mal!”
“Creo que muchos de nosotros estamos diciendo eso ahora mismo”, dijo la hermana Cook, refiriéndose a la pandemia de COVID-19. “Nuestro Padre Celestial y Jesucristo saben quiénes somos. Y saben por lo que estamos pasando”.
Expresando gratitud por los líderes de la Iglesia inspirados y los recursos de la Iglesia “Ven, sígueme”, centrados en el hogar, la hermana Cook agregó: “Tengamos ánimo y esperemos en el Señor”.
Se dirigió a los niños de la congregación, invitándolos a testificar de Jesucristo compartiendo canciones de la Primaria sobre el Salvador con sus familias.
El élder Phillips le dijo a la congregación que Dios los ama tanto que dio a su Hijo Unigénito. “Esta mañana, quiero dar un testimonio sencillo de una verdad sencilla”, dijo. “El Padre Celestial los ama”.
Jesucristo vive y “está allí listo para rescatar y recobrar a cada uno de nosotros”, dijo el élder Phillips. “Ustedes no están solos. No han sido abandonados. Son suficiente. Son Sus hijos. Son preciosos. Son Suyos”.
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