Cuando la presidenta general de las Mujeres Jóvenes Bonnie H. Cordon tenía 10 años, su familia tuvo el honor de hospedar al élder L. Tom Perry del Cuórum de los Doce Apóstoles en su granja de Idaho Falls, Idaho, mientras él se encontraba en una asignación en el área.
Al final del día, la familia de la presidenta Cordon y los Perry se sentaron en la sala de estar para disfrutar de un pastel de manzana mientras el élder Perry contaba historias sobre los Santos de los Últimos Días de todo el mundo.
La joven Bonnie estaba embelesada por las historias del élder Perry cuando su madre la llamó a la cocina. “Bonnie, ¿alimentaste a las gallinas?” Su corazón le dio un vuelco. No lo había hecho.
Momentos después, el élder Perry entró a la cocina y preguntó con su resonante y entusiasta voz, “¿He oído que hay que dar de comer a las gallinas?” Él y su hijo se ofrecieron a ayudar y ella emocionada fue corriendo a buscar la gran linterna amarilla.
En un nuevo video de mensaje inspirador de la Iglesia — titulado “Alumbren su luz para que otras personas puedan ver” y publicado el jueves, 4 de noviembre — la presidenta Cordon relató lo que sucedió mientras ella los conducía con su linterna a través de la obscuridad. Ella describió esta, experiencia en su discurso de la conferencia general de abril de 2020 “De modo que vean”.
Después de cruzar el maizal y atravesar por el campo de trigo, la presidenta Cordon saltó instintivamente por encima de la acequia (pequeña zanja de riego) — sin percatarse del esfuerzo del élder Perry por recorrer un sendero desconocido.
Él no podía ver la luz constante de la linterna y pisó directamente dentro del agua.
Con uno de sus zapatos de cuero empapado, el élder Perry ayudó a la presidenta Cordon a dar de comer a las gallinas. Antes de retomar el camino a casa dijo con ternura: “Bonnie, necesito ver la senda. Necesito que la luz ilumine el lugar por donde camino”.
“Yo iba alumbrando con mi luz, pero no de manera que ayudara al élder Perry”, recordó la presidenta Cordon. “Ahora, sabiendo que él necesitaba mi luz para transitar seguro por la senda, dirigí la luz de la linterna por delante de sus pasos y pudimos regresar a casa con confianza”.
Al reflexionar sobre esta experiencia a lo largo de los años, la presidenta Cordon dijo que la invitación del Señor de “alumbrar nuestra luz”, no consiste solo en agitar sin dirección un rayo de luz y hacer que en general el mundo brille más.
“Sino en enfocar nuestra luz para que otras personas puedan ver el camino hacia Cristo. Es una invitación que nos hace el Señor a actuar con más intención al ayudar a otras personas a ver el siguiente paso para hacer y guardar convenios sagrados con Dios”.
Lea más sobre el discurso de la presidenta Cordon “De modo que vean”.