A partir de 2022, los jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de todo el mundo tendrán una experiencia unificada al participar en las conferencias Para la Fortaleza de la Juventud (en inglés) como el ancla del programa Niños y Jóvenes.
La experiencia unificada llega más tarde de lo esperado debido a la pandemia de COVID-19, pero el retraso no disminuye su importancia ni su función.
Un comienzo lento pero fuerte
Los jóvenes fuera de Estados Unidos y Canadá ya han estado participando en conferencias PFJ durante años. Algunos jóvenes de EE. UU. y Canadá participaron en conferencias piloto de PFJ en ambos países para prepararse para el lanzamiento del próximo año.
Un grupo asistió a una PFJ en el campus de la Universidad Brigham Young en agosto pasado. Los miembros de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes y la presidencia general de los Hombres Jóvenes se unieron a la conferencia para enseñar y aprender de los jóvenes.
“Es divertido observar esos cinco días a medida que crecen en su comprensión del Salvador”, dijo la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Bonnie H. Cordon.
A diferencia de las conferencias de juventud tradicionales, PFJ permite que los hombres y las mujeres jóvenes asistan a conferencias durante el mismo año que sus compañeros de su barrio o estaca, pero no les requiere que asistan juntos como barrio o estaca.
“Esto significa que se conectarán en un nivel diferente cuando estén juntos como barrio”, dijo la presidenta Cordon. “Se preguntarán unos a otros lo que han aprendido y compartirán experiencias únicas”.
Las expectativas correctas
Whitney Fillmore es originaria de Ghana y ahora vive en Utah. La joven de 18 años tenía primos que asistieron a PFJ y la animaron a asistir también. Dijo que vio que marcó una gran diferencia en las vidas de ellos.
“Después de PFJ querían compartir más cosas en nuestras noches de hogar y cuando estábamos con nuestros familiares”, dijo. “Eran mejores ejemplos al vivir el Evangelio de lo que eran antes de haber ido”.
La presidenta Cordon dijo que los jóvenes no tardan en reconocer al Espíritu Santo cuando se encuentran en el entorno adecuado.
“Es una lección de humildad ver lo rápido que el Espíritu puede abrir los corazones cuando deciden actuar de acuerdo con las impresiones que están recibiendo”, dijo la presidenta Cordon.
El entorno es una parte del éxito de PFJ. Los patrones que se enseñan en ese entorno son otros, según el hermano Bradley R. Wilcox, segundo consejero de la presidencia general de los Hombres Jóvenes.
“Muchos de estos jóvenes nunca han leído las Escrituras de manera constante durante más de un día a la vez”, dijo el hermano Wilcox. “Tener la oportunidad de leer las Escrituras y compartir lo que están aprendiendo en un grupo de sus compañeros establece un patrón que puede continuar”.
Cooper White, un joven de 15 años de Draper, Utah, estuvo de acuerdo con el hermano Wilcox cuando se le preguntó qué parte de PFJ sería más impactante para él cuando regresara a casa.
“Me gusta mucho lo mucho que estudiamos las Escrituras todas las mañanas durante una hora”, dijo. “Lo he disfrutado mucho. Lo voy a aplicar en casa”.
Que se le pidiera estudiar las Escrituras no era un concepto nuevo para White. Pero hacerlo con sus compañeros y escuchar sus puntos de vista sobre lo que estudiaron lo ayudó a ver las Escrituras de manera diferente.
El hermano Wilcox dijo que este tipo de aprendizaje se suma a las clases, devocionales, servicio y otras actividades en las que participan los jóvenes durante PFJ.
“Tienen la oportunidad no solo de aprender de maestros y consejeros dinámicos, sino que también tienen la oportunidad de adquirir un patrón de estudio personal a lo largo de la semana”, dijo el hermano Wilcox
Una parte integral de Niños y Jóvenes
Fillmore quería estar en un entorno en el que pudiera apreciar más las Escrituras al asistir a PFJ. “Quería aprender a estudiar más las Escrituras y comprender el propósito de estudiarlas”, dijo.
Cada hombre o mujer joven viene con metas y esperanzas personales. Sin embargo, el hermano Wilcox dijo que su crecimiento personal consiste en algo más que lograr metas. “Muchos jóvenes piensan que el desarrollo personal consiste solo en establecer metas”, dijo. “En PFJ aprenden que se trata de recibir revelación personal. No se trata de, “¿Qué me dice el libro que haga?” sino de, “¿Qué me dice Dios que haga?”
Esa es la razón por la que PFJ juega un papel tan integral en el programa Niños y Jóvenes, dijo el hermano Wilcox. Por eso, los padres y líderes deben darle el énfasis adecuado con sus jóvenes. “Esto debe convertirse en una prioridad sobre todo lo demás, porque luego afectará a todo lo demás”, dijo. “Los padres deben ver esto no solo como una opción en el buffet. No, este es el plato principal. Los padres deben alentarlos a asistir”.
Si bien PFJ solo se realiza una vez cada dos años para la mayoría de los jóvenes, ayuda a sentar las bases para la participación en el programa. “PFJ no es una adición al programa”, dijo el hermano Wilcox. “Es literalmente el centro del programa. Es el núcleo del programa”.
Hebras individuales tejidas juntas
Cuando se inscriben, a cada hombre o mujer joven se le asigna una compañía o grupo con otros jóvenes durante la semana. Al estudiar individualmente y en grupo, los jóvenes tienen muchas oportunidades de compartir sus sentimientos y pensamientos sobre lo que leen. “He notado que, para algunos, el primer día para compartir fue un poco aterrador para ellos”, dijo la presidenta Cordon. “Pero al cuarto día se dan cuenta de que es un lugar seguro y las personas comparten cómo conocen al Salvador y es tan agradable”.
Después de una semana de estudiar, aprender, servir, cantar, orar y bailar juntos, cada grupo es más que un puñado de jóvenes. “Sus corazones comienzan a unirse”, dijo la presidenta Cordon. “Y todos llorarán el sábado cuando se vayan porque han hecho nuevos amigos, se han reído mucho, han jugado mucho, han entendido mejor las Escrituras y han escuchado la voz del Señor”.
Fillmore dijo que vio a jóvenes compartiendo experiencias entre ellos incluso cuando no se conocían antes de PFJ. “Todos estamos aquí con un propósito, y es el de acercarnos al Espíritu”, dijo.
La presidenta Cordon dijo que ve esto como parte del trayecto personal de cada individuo con la ayuda de otras personas con objetivos similares. “Más que nada, han caminado hacia el Salvador con nuevos amigos durante cinco días”, dijo la presidenta Cordon.
Fillmore dijo que ve ese propósito más grande después de una semana en PFJ. “El Padre Celestial en realidad quiere que vayamos a PFJ porque nos ama y quiere que ampliemos nuestro conocimiento de las cosas que ya sabemos”, dijo. “Me encanta. Es muy divertido, muy espiritual”.
En cuanto a White, no estaba seguro de qué esperar de PFJ. “Me lo imaginé como una escuela dominical de todo el día”, dijo. “Al final del primer día, pensé que esto no era lo que esperaba. Esto es mucho mejor”.
¿Y para aquellos que, como él, no están seguros si deberían asistir? “Definitivamente recomiendo hacerlo — 100%”.
