“Nunca ha habido una época en la historia del mundo en el que el conocimiento del Salvador fuera más vital y relevante en lo personal para toda alma humana”, dijo el presidente Russell M. Nelson durante la Conferencia General Semestral N°191 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días el 2 de octubre.
“Imaginen lo rápido que se resolverían los devastadores conflictos del mundo — y los de nuestra propia vida — si todos decidieran, si todos eligiéramos seguir a Jesucristo y prestar atención a sus enseñanzas”, dijo el presidente Nelson.
Hablando desde el púlpito del Centro de Conferencias por primera vez desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el presidente Nelson dijo que las autoridades generales y los oficiales generales de la Iglesia enfocarían sus mensajes de la conferencia en “el Salvador, Jesucristo, Su misericordia y Su infinito poder redentor”.
“Esta es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, dijo el presidente Nelson. “Somos Su pueblo del convenio. El Señor declaró que apresuraría Su obra en su tiempo, y lo está haciendo a un ritmo cada vez mayor. Tenemos el privilegio de participar en Su santa obra”.
Millones de miembros se reunieron en todo el mundo para la histórica conferencia — la primera que se llevó a cabo en el Centro de Conferencias en dos años. A cada sesión asistieron pocos invitados sentados en la plaza inferior, que ocupaban menos del 5% de la capacidad del Centro de Conferencias. Las reuniones se tradujeron a más de 98 idiomas y se transmitieron a más de 170 países y territorios. La conferencia estuvo disponible a través de Internet, sistemas de televisión por cable y estaciones de radio y televisión. Los discursantes y miembros del coro (que se presentaron cada día con el 50% de sus miembros) fueron vacunados y sometidos a pruebas de COVID-19.
“Estamos encantados de dirigirnos a ustedes desde el Centro de Conferencias de nuevo”, dijo el presidente Nelson. “La mayoría de los asientos permanecen vacíos pero la presencia de algunos miembros del Coro del Tabernáculo supone un maravilloso avance. Les damos la bienvenida a todos a esta conferencia en gran parte virtual donde quiera que estén”.
El presidente Nelson, quien ofreció tres discursos, dijo el domingo por la mañana que estos son los últimos días. “Si ustedes y yo vamos a resistir los peligros y las presiones venideras, es imprescindible que cada uno de nosotros tenga un firme cimiento espiritual edificado sobre la roca de nuestro Redentor, Jesucristo”.
Durante sus comentarios, el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, afirmó que las Escrituras, antiguas y modernas, enseñan claramente el origen y la necesidad de una Iglesia dirigida por y con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo. “También testificamos que la Iglesia restaurada de Jesucristo se estableció para enseñar la plenitud de Su doctrina y para oficiar con la autoridad del sacerdocio y realizar las ordenanzas necesarias para entrar en el Reino de Dios”.
El presidente Henry B. Eyring, segundo consejero de la Primera Presidencia, dijo que a medida que más Santos de los Últimos Días tengan la doctrina de Cristo en su vida y en su corazón, más amor y simpatía sentirán por aquellos que nunca han tenido la bendición de la fe en Jesucristo o están luchando por mantenerla. “Es mi testimonio de que la roca sobre la que estamos parados es nuestro testimonio de que Jesús es el Cristo, que esta es Su Iglesia, que Él dirige personalmente”, dijo.
Cada miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles también dio testimonio de la divinidad del Salvador, Jesucristo.
- “No podemos perder nuestro amor y esperanza en Jesús, incluso si enfrentamos desafíos aparentemente abrumadores”, dijo el presidente M. Russell Ballard. “El Padre Celestial y Jesús nunca nos olvidarán. Ellos nos aman”.
- El élder Jeffrey R. Holland dijo, “Cuando se nos pidan cosas difíciles, incluso cosas contrarias a los anhelos de nuestro corazón, recordemos que la lealtad que prometemos a la causa de Cristo debe ser la devoción suprema de nuestra vida”.
- “Esperamos que puedan sentir la sinceridad de nuestro testimonio. Jesucristo vive”, dijo el élder Dieter F. Uchtdorf. “Él es real. Él es el Hijo del Dios viviente y dirige a los profetas sobre la tierra en nuestros días”.
- “Las promesas y bendiciones del convenio son posibles solo gracias a nuestro Salvador, Jesucristo”, dijo el élder David A. Bednar. “Él nos invita a mirarlo, a venir a Él, a aprender de Él y a unirnos a Él mediante los convenios y las ordenanzas de Su evangelio restaurado”.
- “Testifico y doy mi testimonio apostólico personal de que Jesucristo, el Salvador y Redentor del mundo, dirige y guía Su Iglesia restaurada”, dijo el élder Quentin L. Cook. “Su vida y misión expiatoria son la verdadera fuente de paz. Él es el ‘Príncipe de la Paz’”.
- El élder D. Todd Christofferson dijo, “Doy testimonio de la realidad de nuestro Padre Celestial y nuestro Redentor, Jesucristo, y de Su amor constante e inmortal”.
- “Ahora es el momento de restablecer el nombre revelado de la Iglesia”, dijo el élder Neil L. Andersen. “El destino de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días requiere que seamos llamados por Su nombre”.
- “’Todas las cosas en Cristo’ (Efesios 1:10) y ‘las cosas de mi alma’ (2 Nefi 4:15) son de lo que se trata esta Iglesia, este evangelio y este pueblo”, dijo el élder Ronald A. Rasband.
- “Se ha dicho que el evangelio de Jesucristo es simplemente hermoso y maravillosamente sencillo. El mundo no lo es”, dijo el élder Gary E. Stevenson.
- “Podemos confiar en Jesucristo, porque él es ‘nuestra paz, quien ... derribó la pared intermedia de separación; aboliendo en su [sacrificio expiatorio] las enemistades’” (Efesios 2:14-15), dijo el élder Dale G. Renlund.
- El élder Gerrit W. Gong dijo, “Con bondad, comprensión y respeto mutuo, cada uno de nosotros busca al Señor con humildad, oramos y damos la bienvenida a Sus bendiciones del evangelio restaurado para todos”.
- “La expresión de compasión por los demás es, de hecho, la esencia del evangelio de Jesucristo y una clara evidencia de nuestra cercanía espiritual y emocional con el Salvador”, dijo el élder Ulisses Soares.
