Un tema destacado del amor del Señor y las leyes del Señor surgió de numerosos mensajes el sábado, 2 de octubre, el primer día de la conferencia general de octubre de 2021.
“Nunca ha habido una época en la historia del mundo en el que el conocimiento del Salvador fuera más vital y relevante en lo personal para toda alma humana, dijo el presidente Nelson en sus palabras de apertura.
En el mensaje que siguió inmediatamente al del presidente Nelson, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, fue el primero en hablar sobre el amor de Dios.
“Cuando el amor de Dios marca la pauta en nuestra propia vida, en nuestra relación del uno con el otro y, en última instancia, de nuestro sentir hacia todo el género humano”, dijo, “entonces comienzan a desvanecerse las viejas diferencias, las etiquetas que limitan y las divisiones artificiales, y aumenta la paz”.
Si los Santos de los Últimos Días “aman a Dios lo suficiente como para tratar de serle fieles por completo, Él nos dará la facultad, la capacidad, la voluntad y la vía para amar al prójimo y amarnos a nosotros mismos”, agregó.
El élder D. Todd Christofferson, también de los Doce, dijo sencillamente: “Aquí está la solución para nuestros tiempos de incesantes disputas — el amor de Dios”.
El amor del Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo incluye expectativas, agregó.
“Debido a que ellos le aman, no quieren dejarlos ‘tal y como son’”, dijo el élder Christofferson. “Debido a que ellos le aman, quieren que ustedes se arrepientan porque esa es la senda de la felicidad.
“Sin embargo, la decisión es suya — Ellos respetan su albedrío. Deben escoger amarlos, servirlos, y guardar sus mandamientos. Así ellos podrán bendecirlos y amarlos más abundantemente”.
Y la hermana Susan H. Porter, primera consejera de la presidencia general de la Primaria, reconoció que a veces puede ser difícil sentir el amor de Dios. La oración puede ayudar a las personas a ver Su mano en sus vidas, dijo, y agregó que “el amor de Dios no se encuentra en las circunstancias de nuestra vida, sino en Su presencia en nuestra vida”.
El presidente Nelson marcó la pauta al abrir la sesión del sábado por la mañana y señaló que las autoridades generales y los oficiales generales que hablarían durante las cinco sesiones “centrarán sus mensajes en nuestro Salvador, Jesucristo, Su misericordia y Su infinito poder redentor”.
“Nunca ha habido una época en la historia del mundo en la que el conocimiento del Salvador fuera más vital y relevante en lo personal para toda alma humana”, dijo. Invitó a los oyentes y espectadores a notar tres cosas durante la conferencia — la verdad pura, la doctrina pura de Cristo y la revelación pura.
“Por favor, hagan de esta conferencia un momento para deleitarse con los mensajes del Señor a través de Sus siervos. Aprendan a aplicarlos en su vida”.
El presidente M. Russell Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, subrayó no solo el amor de Dios y el amor por el Padre y el Hijo, sino también las acciones que reflejan ese amor.
“No podemos perder nuestro amor y esperanza en Jesús, incluso si enfrentamos desafíos aparentemente abrumadores”, dijo. “El Padre Celestial y Jesús nunca nos olvidarán. Ellos nos aman”.
El presidente Ballard hizo referencia a que Cristo le preguntó a Pedro si lo amaba; Al relacionar esta pregunta con las personas de la actualidad, el Señor puede estar preguntando sobre las influencias que compiten por el tiempo y la atención.
“Puede que nos pregunte a cada uno de nosotros si lo amamos más que a las cosas de este mundo”, dijo el presidente Ballard. “Esta puede ser una pregunta sobre lo que realmente valoramos en la vida, a quién seguimos y cómo vemos nuestras relaciones con los miembros de la familia y el prójimo. O tal vez Él está preguntando qué es lo que realmente nos trae gozo y felicidad”.
Más tarde extendió una invitación: “Ruego que puedan responder como lo hizo Pedro hace tanto tiempo, ‘Sí, Señor; sabes que te amo ‘y luego demuéstrenlo amando y sirviendo a Dios y a los que les rodean”.
Al enumerar siete “cosas del alma”, el élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, incluyó “ame a Dios el Padre y a Jesucristo, el Salvador” y “ame a su prójimo” como números 1 y 2, reflejando los dos grandes mandamientos enseñados por el Señor, como se enseña en Mateo 22:34-40.
“Cuando estamos cargados de errores, angustias, sentimientos de insuficiencia, decepción, ira o pecado”, dijo, “el poder de la expiación del Salvador es, por designio divino, una de las cosas que edifica el alma”.
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, testificó y prometió que honrar los convenios y las ordenanzas arma a los Santos de los Últimos Días con rectitud y con el poder de Dios en gran gloria.
“Las promesas y bendiciones del convenio son posibles sólo gracias al Salvador, Jesucristo”, dijo. “Nos invita a mirarlo, a venir a Él, a aprender de Él y a unirnos a Él mediante los convenios y las ordenanzas de Su evangelio restaurado”.
El presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, advirtió que los Santos de los Últimos Días que se abstienen de asistir a la Iglesia y dependen únicamente de la espiritualidad individual se separan de los elementos esenciales del Evangelio — el poder y las bendiciones del sacerdocio, la plenitud de la doctrina restaurada, las motivaciones y oportunidades para aplicar esa doctrina y la oportunidad de calificar para una perpetuación eterna de su familia.
Al decir que la asistencia a la iglesia puede abrir los corazones y santificar las almas, el presidente Oaks agregó, “Nuestra adoración y aplicación de los principios eternos nos acercan más a Dios y magnifican nuestra capacidad de amar”.