Bajo la dirección del presidente Russell M. Nelson, la hermana Sharon Eubank informó en la conferencia general de octubre de 2021 sobre las muchas formas en que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha estado respondiendo al mandato divino de cuidar de los pobres. Como primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro y directora de Latter-day Saint Charities, la hermana Eubank pudo relatar cómo en los últimos 18 meses la Iglesia ha respondido a 933 desastres naturales y crisis de refugiados en 108 países, además de participar en más de 1.500 proyectos de COVID-19 en todo el mundo.
En un seguimiento de su informe de la conferencia, la hermana Eubank compartió en el blog de la Iglesia “16 cosas que puede hacer para ser un humanitario”.
“Cada una de estas sugerencias es sencilla, pero creo que las pequeñas gotas de bien que cada uno de nosotros aporta se suman con el tiempo para cambiar verdaderamente el mundo”, escribió.
- Ayune y de una generosa ofrenda de ayuno.
- Participe como voluntario con regularidad. JustServe.org es un buen recurso para encontrar oportunidades.
- Concéntrese en la nueva generación.
- Hable con las autoridades municipales. “¿Cuáles son sus prioridades locales? ¿Qué ayuda necesitan? ¿Cómo puede contribuir e involucrar a otros?”
- Ministrar. “Ayude a las personas con sus problemas. Deje que sientan su interés y amor sinceros”.
- Ore por la mejora de las circunstancias de cosas que se entera en las noticias. “La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
- Comuníquese con otras religiones y congregaciones y establezca relaciones.
- Sirva en una misión o apoye a un misionero. “Y quien os reciba, allí también estaré, porque iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros”. (Doctrina y Convenios 84:88).
- Aprenda una habilidad, enseñe una habilidad. “Esta sencilla acción nos une a los demás de maneras que pueden durar décadas. Es la superpotencia humanitaria”.
- Piense en la preparación para emergencias más allá del almacenamiento de alimentos.
- Pregúntele al obispo, a la presidenta de la Sociedad de Socorro o al presidente del cuórum de élderes quién puede necesitar atención y cuidados especiales.
- Haga una donación al fondo humanitario de la Iglesia.
- Comuníquese con amistad y comprensión con alguien que no esté asistiendo a la Iglesia en este momento.
- Haga que las cosas sean accesibles para todos.
- Obtenga más información sobre nutrición.
- Ore para que Dios le envíe a alguien que lo necesite. “Todos los días”.