En la mañana del martes, 16 de enero del 2018, el presidente Russell M. Nelson se presentó en el anexo del Templo de Salt Lake como el nuevo presidente ordenado de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y anunció a sus consejeros para la Primera Presidencia — el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring.
Previo a ese llamamiento, el presidente Eyring había servido como el segundo consejero del presidente Gordon B. Hinckley y después como el primer consejero del presidente Thomas S. Monson. El presidente Nelson llamó a ese servicio “magnífico” y describió al presidente Eyring, y al otro consejero del presidente Monson, el presidente Dieter F. Uchtdorf, como “totalmente capaces, consagrados e inspirados”.
Habiendo servido durante 22 años en el Cuórum de los Doce Apóstoles junto al presidente Nelson y el presidente Oaks, el presidente Eyring dijo que era un gozo especial “estar al lado de estos grandes hombres, a quienes amo y admiro tanto”.
El presidente Eyring también se regocijó por la oportunidad continua que tiene de “dar mi máximo esfuerzo para dar testimonio de Jesucristo y proclamar la verdad de Su evangelio restaurado”.
En los últimos tres años sirviendo en la Primera Presidencia, el presidente Eyring ha continuado sirviendo fielmente “al lado” del presidente Nelson y del presidente Oaks, enseñando y testificando del Salvador Jesucristo y la restauración de Su evangelio; y ha compartido especial y oportuno consejo con miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Unidad en la Iglesia
Poco después de haber sido sostenido en la Primera Presidencia, el presidente Eyring volvió a dedicar el Templo de Jordan River en Utah, el 20 de mayo del 2018. Al pronunciar la oración de rededicación, citó extensamente la oración del presidente Spencer W. Kimball que ofreció el 16 de noviembre de 1981, subrayando la importancia de la unidad y la necesidad de liderazgo justo en todo el mundo.
La unidad en la Iglesia llega en un momento de cambio organizacional y énfasis ministerial, dijo el presidente Eyring en la rededicación. “Si atraviesas tiempos difíciles y muchos cambios, no será fácil que todos continúen sintiéndose unidos, y creo que estamos en ese momento. Nos estamos moviendo a un gran ritmo”.
Añadió: “Estamos viviendo en el tiempo de un increíble profeta de Dios, y todos necesitamos orar para poder estar unidos, para que podamos ir a donde el Señor nos lleve”.
Sus palabras resultaron proféticas ya que aproximadamente dos años después, la Iglesia y sus miembros experimentaron un cambio sin precedentes durante una pandemia mundial y disturbios civiles. En medio de la agitación, el presidente Eyring habló de una necesidad similar de unidad cuando se dirigió a las mujeres de la Iglesia en la 190ª Conferencia General Semestral en abril de este año.
Las “amadas hijas” del Padre Celestial tienen un papel crucial en el establecimiento de Sión, un pueblo que tiene “un solo corazón y una sola mente”, dijo el presidente Eyring.
“Mi experiencia me ha enseñado que las hijas del Padre Celestial tienen el don de calmar la contención y promover la rectitud con su amor por Dios y con el amor de Dios que generan en aquellos a quienes sirven”, dijo él.
La fe en Jesucristo y los efectos plenos de Su infinita Expiación calificarán a las mujeres de la Iglesia, y a aquellos a quienes aman y sirven, “o el don celestial de vivir en esa sociabilidad de una Sión prometida y esperada desde hace mucho tiempo”.
Felicidad en el hogar
El 15 y 16 de septiembre del 2018, el presidente Eyring se unió al presidente Nelson mientras hablaba en devocionales en Seattle, Washington y Vancouver, British Columbia. Al dirigirse a los santos del área metropolitana de Vancouver, el presidente Eyring habló sobre cómo fomentar la felicidad en el hogar.
“La bendición prometida del convenio bautismal mantiene unidos a los matrimonios y a las familias en un vínculo de amor”, dijo. “Recordar siempre al Salvador y guardar Sus mandamientos es el camino hacia el amor en el matrimonio y la felicidad familiar”.
El presidente Eyring testificó que “el sendero del convenio en La Iglesia de Jesucristo es el camino a la felicidad en esta vida y al gozo en la vida eterna para siempre”.
Durante la 189° Conferencia General Anual del 5 y 6 de abril del 2019, el presidente Eyring habló de cómo las familias pueden crear un hogar donde el Espíritu pueda morar. “Fortalecer la fe en Jesucristo es el comienzo de revertir cualquier declive espiritual en su familia y en su hogar. Es más probable que esa fe traiga el arrepentimiento en vez de lo que solo se predica en contra de cada síntoma de decadencia espiritual”, dijo él.
En sus comentarios durante la siguiente conferencia general del mes de octubre, el presidente Eyring prometió que todos los que busquen la felicidad duradera pueden encontrarla mediante el evangelio de Jesucristo y el plan eterno de salvación.
“Solo por la fe en Jesucristo, el arrepentimiento continuo y guardando los convenios podemos reclamar la felicidad duradera que anhelamos experimentar y retener”, dijo el presidente Eyring.
Algunos se preguntarán, “¿Por qué no siento la paz y la felicidad prometidas a todos aquellos que han sido fieles? He sido fiel a través de terrible adversidad, pero no siento felicidad”.
En tales casos, es importante recordar que el cambio no se logra simplemente pidiéndolo, dijo él. “Una mayor santidad … vendrá al hacer lo que sea necesario para que Dios nos cambie”, y a menudo eso significa pasar tiempos de adversidad.
Enfrentando las pruebas con fe
En la conferencia general de octubre del 2018, habló de una experiencia que tuvo con su esposa, la hermana Kathy Eyring. Durante toda su vida, la hermana Eyring ha hablado por el Señor y ha servido a muchas personas por Él, dijo. Ahora solo puede pronunciar unas pocas palabras. Cada noche y cada mañana él canta himnos y ora con ella. Una vez después de cantar las palabras “Ama a otros cual Cristo te ama. Se bondadoso y tierno y fiel”, su esposa dijo en voz baja “Intenta, intenta, intenta”.
“Yo creo que ella se dará cuenta, cuando lo vea, que nuestro Salvador ha puesto Su nombre en el corazón de ella y que ella se ha vuelto como Él. Ahora Él la está ayudando a través de sus problemas, como Él les ayudará con los suyos”, prometió el presidente Eyring.
Seis meses después de que la pandemia de COVID-19 limitara la práctica religiosa a nivel mundial, el presidente Eyring y los demás miembros de la Primera Presidencia en una entrevista con Church News reafirmaron que la respuesta al conflicto es la fe en el Señor Jesucristo. Lo “más crucial”, dijo, es “conectarse con Dios” — tener la sensación de que “Dios está caminando contigo. Es un sentimiento de confianza en el Señor, de que Él está velando por ti. … La única forma de lidiar con el temor es la fe”.
Durante la celebración especial del bicentenario de la Restauración, el presidente Eyring les dijo a los miembros de la Iglesia que siguieran el ejemplo de José Smith al ofrecer oraciones de fe durante tiempos de prueba.
“A lo largo de su ministerio profético, José Smith utilizó las oraciones de fe para obtener revelación continua. A medida que enfrentamos los desafíos de la actualidad y los que vendrán, nosotros también tendremos que practicar el mismo patrón”, dijo él.
El presidente Eyring luego explicó durante la última conferencia general de octubre, que el propósito de Dios en la creación de este mundo era “dar a Sus hijos la oportunidad de demostrar que son capaces y están dispuestos a elegir lo correcto cuando la situación es difícil”.
Al considerar las pruebas y dificultades de esta vida, algunos se preguntarán por qué un Dios amoroso permite que la prueba terrenal sea tan difícil.
Se requiere de una fe inquebrantable en el Salvador para cambiar la naturaleza de uno y llegar a ser más como Dios, explicó el presidente Eyring.
Esperanza en el futuro
Durante la transmisión por televisión en la que se dirigió al mundo por primera vez en la recién formada Primera Presidencia, el presidente Eyring habló de ser un gran momento en la historia de la Iglesia.
“Los profetas en el pasado han dicho que lo mejor está por venir, y resultó ser cierto”, dijo él. “Y es así porque el Señor es quien dirige Su Iglesia. Él vela por todos los hijos de Su Padre en el mundo y el califica y llama a Sus siervos para que dirijan, invitando a los hijos de Dios a volver a casa en el cielo con Él”.
Ese fue un sentimiento que hizo eco más tarde cuando él y el élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, se reunieron con el gobernador del estado de Maryland el 15 de noviembre del 2019 y hablaron en la Conferencia de Liderazgo de Charlotte en Charlotte, Carolina del Norte, el 16 de noviembre del 2019.
Y la obra de salvación continúa, prometió él. “Va a mejorar. Eso es lo que queremos decir con revelación continua. Sabemos que las cosas van a mejorar”.
El presidente Eyring dijo que su responsabilidad apostólica de llevar el Evangelio al mundo es un trabajo gozoso.
“Esta es una oportunidad que no imaginé que alguna vez tendría”, dijo. “No lo siento como un deber. Es un privilegio. Creo que todos mis hermanos sienten lo mismo. Es una bendición, no una obligación”.