Cuando el presidente Russell M. Nelson fue llamado al Cuórum de los Doce Apóstoles el 7 de abril de 1984, estaba en la cima de su carrera como cirujano cardíaco galardonado y de renombre mundial. Sin dudarlo, el Dr. Nelson aceptó el llamamiento y se convirtió en el élder Nelson, lo cual cambió el enfoque de su vida de la medicina al servicio de tiempo completo en la Iglesia.
“Ni siquiera le pregunté al presidente [Gordon B.] Hinckley: ‘¿Está seguro?’”, le dijo el presidente Nelson a Church News. “Mi fe es simplemente así de profunda y sencilla. Cuando el Señor habla mediante Su profeta, mi mente pone un punto de exclamación detrás de Sus palabras, no un signo de interrogación”.
Su servicio como apóstol y como presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles se extendió a lo largo de más de 30 años antes de que se convirtiera en el 17° presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
En su primer discurso como presidente de la Iglesia, el 16 de enero de 2018, el presidente Nelson declaró: “El Señor siempre ha instruido e inspirado a Sus profetas y siempre lo hará. ¡El Señor está al timón! Nosotros, quienes hemos sido ordenados para dar testimonio de Su santo nombre a lo largo de todo el mundo, continuaremos procurando conocer Su voluntad y seguirla”.
¿Qué se requiere para convertirse en el tipo de persona con la fe para seguir de inmediato la voluntad del Señor? Una breve mirada a su vida puede dar alguna respuesta a esa pregunta.
Russell Marion Nelson nació en Salt Lake City el 9 de septiembre de 1924 y es hijo de Marion C. y Edna Anderson Nelson. El joven Russell Nelson era el segundo de cuatro hijos y se crio en un hogar lleno de amor y alegría. En sus años de juventud, sus padres no eran activos en la Iglesia, aunque lo enviaban a la Escuela Dominical y su madre le enseñó cómo orar.
Con los esfuerzos ministrantes de los maestros orientadores y los maestros de la Escuela Dominical, se bautizó junto con sus tres hermanos cuando tenía 16 años.
El joven Russell era curioso y siempre quería saber cómo funcionaba el mundo, dijo Sheri Dew, exmiembro de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, quien escribió el libro “Perspectivas de la vida de un profeta: Russell M. Nelson”. Ella recordó que, cuando era un muchacho de 9 o 10 años, tomó un tranvía al centro de Salt Lake City y se abrió camino hasta Deseret Book, donde le pidió a un empleado que le recomendara un libro sobre la Iglesia, y “de algún modo, se fue con uno”, dijo la hermana Dew.
Ese mismo deseo de saber qué es la verdad también lo condujo a ciencias como la matemática, la química y la física. “Nada es tan gratificante para mí como abordar un problema y descubrir cuál es la verdad”, le dijo al Church News poco después de su llamado como apóstol.
A los 15 años, luego de asumir otros trabajos varios más pequeños desde los 10 años, decidió que estudiaría medicina. Esta decisión estuvo forjada por dos razonamiento, le dijo al Church News. “Una fue que allí era donde estaban mis talentos. Tenía un gran deseo de investigar, de adentrarme en lo desconocido.
“La otra fue que me gustaban las personas. Quería servirles. Deduje que la mejor carrera disponible para un ser humano sería la de madre. Dado que eso estaba fuera de discusión para mí, deduje que la segunda mejor ocupación sería la medicina. Así podría ayudar a las personas cada día y enseñarles”.
Asistió a la Universidad de Utah y obtuvo una licenciatura en 1945. Durante su primer año, conoció a Dantzel White mientras participaba de una producción musical en la que ambos estaban involucrados. Se casaron en el Templo de Salt Lake el 31 de agosto de 1945, solo unos pocos meses después de que el presidente Nelson se graduara.
Debido a la Segunda Guerra Mundial, comprimió cuatro años de estudios premédicos en tres años. Ingresó al Colegio de Medicina de la Universidad de Utah en 1944 y se graduó como el mejor de su clase en 1947. También sirvió en la Reserva Naval de EE. UU. desde 1945 hasta 1947.
A lo largo de los siguientes ocho años, continuó su capacitación médica sirviendo como cirujano residente en los hospitales de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, Minnesota, y en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, Massachusetts; fue parte del personal quirúrgico del ejército de EE. UU. en el Hospital Walter Reed y obtuvo un doctorado en la Universidad de Minnesota.
En el Colegio de Medicina, al presidente Nelson se le enseñó que tocar un corazón latente provocaría que dejara de latir. “Y luego leí en Doctrina y Convenios que ‘a cada reino se le ha dado una ley; y para cada ley también hay ciertos límites y condiciones’” (Doctrina y Convenios 88:38).
“Ese pasaje me dijo que las bendiciones del latido del corazón se basan en la obediencia a la ley. Entonces, sabía que habían leyes pertenecientes al latido de un corazón. Por lo tanto, si entendíamos esas leyes, podríamos abordar el corazón con un poco más de precisión”.
Al aprender bien estas leyes en los 29 años entre que completó su residencia y su llamado como apóstol, el presidente Nelson estuvo a la vanguardia en la investigación y la cirugía cardíaca.
En su carrera profesional, el presidente Nelson fue parte de un equipo pionero en el desarrollo de la máquina de corazón-pulmón, y realizó la primera cirugía a corazón abierto en Utah en 1955. Ha recibido muchos premios por sus logros en la ciencia médica y ha compartido su conocimiento con cirujanos de todo el mundo, incluyendo la India, Sudamérica, China y la Unión Soviética.
Acerca de su éxito, dijo enfáticamente, “No podría haber tenido éxito sin Dantzel”.
Hasta que él terminó el Colegio de Medicina, la hermana Dantzel Nelson tuvo dos trabajos para mantener a su creciente familia. “Tuvimos cinco hijos antes de que facturara mis primeros servicios profesionales”, dijo él. “Durante todo ese tiempo y durante los años en los que estuve en el hospital largas horas, dejándola con las responsabilidades de la familia, nunca murmuró. Nunca la escuché quejarse”.
Los Nelson se convertirían en padres de 10 hijos — nueve hijas y un hijo.
La familia siempre fue lo primero para el presidente Nelson, le dijo la hermana Dantzel Nelson a Church News en 1984. “Aun cuando se ausentaba mucho, los niños siempre sabían que podían localizarlo en cualquier momento si lo necesitaban”, dijo ella. “Y si alguna vez sentía que uno de los niños necesitaba algo de atención personalizada, hacía los arreglos para llevarle a un breve viaje de negocios. Inevitablemente, [ese hijo/a] era otra persona cuando regresaba, porque había tenido algo de tiempo a solas con papá”.
“Los mayores títulos que tengo son el de esposo y padre”, dijo él.
“Cuando está en el trabajo, está 100% en el trabajo”, dijo Sylvia Webster, una de las nueve hijas del presidente Nelson. “Cuando está en casa, está 100% en casa. Cuando está cumpliendo con su deber en la Iglesia, está 100% en su deber en la Iglesia. Creo que tal vez así es como equilibra las cosas”.
Su hijo, Russell Nelson Jr., dijo que, sin importar qué título tenga su padre, el presidente Nelson “siempre ha sido constante. Como padre siempre ha sido amoroso y siempre ha tratado de tener tiempo [para nosotros]”.
La hermana Dantzel Nelson falleció inesperadamente en febrero del 2005. “Agradezco a Dios los casi 60 años que Dantzel y yo compartimos juntos, por toda una vida de amor, dicha y preciados recuerdos”, dijo el presidente Nelson en un mensaje de video llamado “El poder sanador de la gratitud”, el 20 de noviembre del 2020. Por desgracia, él también ha perdido a dos hijas a causa del cáncer.
Tras el fallecimiento de la hermana Dantzel Nelson, el presidente Nelson conoció a Wendy L. Watson. En un video del Church News publicado el 3 de junio del 2019, la hermana Wendy W. Nelson habló sobre su decisión de comenzar una relación con el apóstol. Al comienzo, ella estaba bastante segura de que no podía estar bien que el élder Nelson quisiera conocerla.
Ella buscó revelación personal sobre el asunto en un retiro en la montaña para ayunar y orar, desesperada por conocer la voluntad del Señor. Luego de entrar en comunión tanto con la naturaleza como con el Señor, la hermana Nelson dijo que encontró su respuesta.
“Supe de tres maneras diferentes cuál era la voluntad del Señor respecto de esta potencial relación con el élder Russell M. Nelson”, declaró ella.
Se casaron en junio del 2006 y recientemente celebraron 14 años de matrimonio.
“Wendy colma mi vida de felicidad ahora”, dijo él en “El poder sanador de la gratitud”.
En una entrevista en 1974, el presidente Nelson dijo que la meta principal de él y su esposa en la vida es fortalecer a su familia. “El servicio en la Iglesia, la comunidad, la educación continua y nuestros esfuerzos ocupacionales se llevan a cabo para proporcionar el desarrollo para nuestra familia”, dijo él en un devocional de BYU en mayo de 1974.
Él buscó seguir la dirección que se da en Mateo 6:33 — “buscad primeramente el reino de Dios” — al amar y honrar primero a la familia que el Señor le ha dado.
Con todas las demandas de su tiempo debido a su carrera médica y su prioridad sobre su familia, el presidente Nelson cumplía cualquier llamamiento que se le diera sin dudar.
En diciembre de 1964, el presidente Nelson fue llamado a presidir la Estaca Bonneville, Salt Lake. Aceptó el llamamiento de inmediato, a pesar de que algunos líderes de la estaca tenían la preocupación de que no tendría el tiempo para hacerlo.
El presidente James E. Faust incluso comentó en la biografía del presidente Nelson, llamada “Russell M. Nelson: padre, cirujano, apóstol”, que existía la suposición de que los doctores estaban demasiado ocupados para tener llamamientos en la Iglesia. “Russell Nelson cambió eso con su servicio…”, dijo él. “Él ha bendecido a toda la Iglesia, y ahora tenemos muchos buenos doctores que sirven en el reino. Atribuyo a Russell M. Nelson el crédito por cambiar el estereotipo de que los doctores están demasiado ocupados como para servir en la Iglesia”.
El presidente Nelson le dijo al Church News en 1986: “Cuando el presidente Kimball — en ese entonces el élder Spencer W. Kimball del [Cuórum de los Doce Apóstoles] — y el élder LeGrand Richards pusieron sus manos sobre mi cabeza y me bendijeron para que pudiera hacer el trabajo de un presidente de estaca y también tener tiempo para mi trabajo médico, me dieron poder para hacer, comprender y ver lo que antes no podía. Mi capacidad aumentó”.
Una de sus preocupaciones más serias, en el momento en que lo llamaron como presidente de estaca, era la tasa de mortalidad del 20% de los pacientes que se sometían a un reemplazo de la válvula aórtica, lo que significaba más horas vigilando a esos pacientes. A lo largo de su servicio, su tasa de mortalidad quirúrgica bajó a menos de 5%.
El presidente Nelson sirvió como presidente de la Estaca Bonneville, Salt Lake, desde 1964 hasta 1971, como presidente general de la Escuela Dominical desde 1971 hasta 1979 y como representante regional desde 1979 hasta 1984.
Él reconoció que las demandas del servicio en la Iglesia eran similares a las demandas de un médico.
En un artículo del Church News de 1986, el entonces élder Nelson explicó que el deber principal de un doctor es enseñar. “Un doctor en verdad funciona en su nivel más alto cuando está enseñándole a su paciente lo que está mal, si es que hay algo mal, y qué se puede hacer al respecto. El deber del doctor es discernir y enseñar”.
Además, los doctores sirven a los pacientes, y no de acuerdo con sus propias preferencias. “La medicina es una disciplina que te enseña a servir desinteresadamente y sin importar tu propia comodidad, si estás cansado, hambriento o lo que sea. Debes subvertir tus propios apetitos personales”.
Esto va de conformidad con lo que se enseña en la Iglesia, explicó él, citando 2 Nefi 9:39: “… ser de mente carnal es muerte, y ser de mente espiritual es vida eterna”.
“Lo que significa es que hay una batalla constante de la mente sobre el cuerpo para desarrollar poder y fortaleza espiritual a fin de ayunar 24 horas si debes hacerlo, o estar sin dormir, o viajar por asignación, o sentarte toda la noche en un avión y estar listo para continuar por la mañana”.
Más de tres décadas después y a la edad de 96 años, sus responsabilidades como el 17° presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no son menos demandantes.
Pero, siempre manteniendo su espíritu médico, el presidente Nelson les dice a los miembros de la Iglesia, mirando hacia el futuro de esta, “Tomen sus vitaminas. Descansen bien. Va a ser emocionante”.
No tiene planes de aminorar el ritmo ahora.