Seis meses después de que la Primera Presidencia suspendiera las reuniones de la Iglesia en todo el mundo durante la pandemia del COVID-19, los líderes han proporcionado “pautas y detalles” para que los miembros nuevamente “participen de manera segura en las reuniones y actividades de la Iglesia”.
“Utilizando la tecnología y las prácticas seguras en persona, existen muchas oportunidades para que las presidencias y los consejos se reúnan, para que los jóvenes sean animados y apoyados, y para que haya adoración, ministración y servicio significativos”, escribió la Primera Presidencia en la carta fechada el 11 de septiembre.
La carta, firmada por el presidente Russell M. Nelson, el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring, incluyó un anexo “para ayudar a los líderes a adaptar las reuniones y actividades de la Iglesia de manera cuidadosa, de acuerdo con las necesidades, circunstancias y regulaciones locales”.
Bajo la dirección de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles, las presidencias de área aprueban las reuniones y las actividades en su área. Las circunstancias y regulaciones locales con respecto al COVID-19 varían, algunas veces dentro de la misma área en la Iglesia, dice la carta.
A partir de noviembre, las conferencias de estaca pueden realizarse virtualmente o con un cuidadoso distanciamiento social. Estas conferencias serán asignadas por el presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles y según las circunstancias y la tecnología lo permitan.
“Estamos agradecidos por los patrones inspirados para ministrar y los esfuerzos centrados en el hogar y apoyados por la Iglesia que permiten que la obra del Señor avance en las condiciones actuales”, escribieron.
La Primera Presidencia escribió que, en momentos difíciles, “los discípulos de Jesucristo continúan siguiéndolo al participar en Su obra de salvación y exaltación. Él nos invita a participar al progresar en la senda del convenio y ayudar a otros a hacer lo mismo como sea que las circunstancias lo permitan”.
La Primera Presidencia describe cuatro principios que guían la obra del Señor:
Recordar a los miembros por su nombre y alimentarlos espiritual y temporalmente (véase Moroni 6:4–5). Los líderes pueden “llevar a cabo reuniones de presidencia y de consejo (incluso para los cuórums del Sacerdocio Aarónico y las clases de las Mujeres Jóvenes) de manera virtual o en persona de modo seguro de acuerdo con las condiciones locales”, según la carta. “Los líderes de estaca y de barrio (y las presidencias de cuórum y de clase de los jóvenes) llevan a cabo la obra de salvación”.
Fortalecer a los miembros y ayudarlos a sobrellevar sus cargas (véanse Mosíah 18:8–11; Doctrina y Convenios 20:47, 59). La Primera Presidencia dijo que los miembros y líderes deben “continuar ministrando y realizando entrevistas de ministración, incluyendo el cuido para las personas con necesidades especiales. Utilizando prácticas seguras, bajo la dirección y las llaves del obispo, administren regularmente la Santa Cena en los hogares de aquellos que deseen recibirla, si es posible”.
Elevarse unos a otros y crear unidad mediante actividades (véanse Mosíah 18:21; Doctrina y Convenios 121:9). Los líderes pueden “llevar a cabo reuniones, actividades y proyectos de servicio para los jóvenes, de manera virtual o en persona de modo seguro, según las condiciones locales, los domingos u otros días”, de acuerdo con la carta. “Ayuden a los jóvenes a conectarse y crecer a través del programa Niños y Jóvenes en el hogar y en la iglesia. Muchas familias están enseñando y cantando en casa con sus hijos en edad de la Primaria utilizando los recursos disponibles para los niños de la Primaria”.
Reunir a los miembros con frecuencia para ayunar, orar y hablar acerca del bienestar de sus almas (véanse Alma 6:6; Moroni 6:6). Bajo la dirección y las llaves del obispo, los líderes pueden “llevar a cabo la reunión sacramental semanal, de forma virtual, en persona de manera segura o mediante una transmisión híbrida en persona y virtual, de acuerdo con las necesidades y regulaciones locales”. Las reuniones no deben ser grabadas.
Los líderes también deben apoyar a los miembros que necesitan continuar la adoración dominical en casa durante las circunstancias actuales. Dado que una transmisión sacramental no incluye la administración de la Santa Cena, los líderes deben considerar comenzar la transmisión después de la Santa Cena o, alternativamente, tener la porción del sacramento al final de la reunión, de modo que quienes vean la reunión sacramental virtualmente puedan ver el programa sin interrupción.
“Los líderes locales deben asegurarse de que todos los que deseen recibir la ordenanza de la Santa Cena en persona puedan recibirla, administrada por poseedores autorizados del sacerdocio”, según la Primera Presidencia.