Los conocimientos adquiridos durante la actual pandemia mundial del COVID-19 pueden ayudar a los misioneros con futuros éxitos, y el élder Dieter F. Uchtdorf aconsejó a los misioneros de tiempo completo a “concentrarse en las cosas que pueden hacer y no en las que no pueden hacer”, repitiendo el cometido para darle más énfasis.
“Este principio es especialmente cierto durante este tiempo de incertidumbre”, agregó el miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles y presidente del Comité Ejecutivo Misional de la Iglesia mientras hablaba en un devocional misional virtual transmitido hoy, el 13 de agosto, para todos los que sirven en todo el mundo, incluidos los que asisten a las sesiones del CCM en línea desde casa.
Destacó la tecnología —incluyendo los teléfonos inteligentes y las redes sociales— como una herramienta de muchos usos inspirados para compartir el evangelio del Señor de maneras normales y naturales, diciéndoles a los misioneros que no subestimen su valor.

El tema de la tecnología se repitió a lo largo de su discurso en el devocional, a medida que el élder Uchtdorf destacó el impacto de la pandemia en la fuerza misional de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y recordó un discurso histórico de 1974 sobre la obra misional y asimismo recordó a los misioneros su papel en la Gran Comisión de “hacer discípulos”.
También dio una amonestación.
“Cuando se levanten de nuevo las restricciones públicas, sean prudentes en resistir la tentación de volver a las ‘viejas costumbres’, que con demasiada frecuencia no funcionaban muy bien de todos modos. Necesitan ‘regresar al futuro’ —y les prometo un futuro muy brillante con oportunidades nuevas y emocionantes. Este trabajo avanzará y crecerá”.
El impacto de la pandemia
El élder Uchtdorf comenzó dando “una idea de la situación en la que nos encontramos en este momento” —una breve mirada a cómo la pandemia impactó a los misioneros y líderes de misión.
A principios de febrero, antes del brote mundial, casi 68.000 misioneros estaban sirviendo de tiempo completo. A fines de abril, después de relevos efectuados para adaptarse a la pandemia, se redujo el número a aproximadamente 42.000. El número total de hoy supera los 52.000 misioneros.
Cuando la Iglesia regresó a los misioneros a sus países de origen, casi 32.000 fueron reubicados en un período relativamente corto.

En la actualidad, unos 400 misioneros en misiones de todo el mundo no han podido regresar a casa y han extendido su servicio misional, dijo el élder Uchtdorf. Además, 24 presidentes de misión y sus compañeras han extendido sus asignaciones para adaptarse a las restricciones de viaje y visas, y a su vez, se han llamado a 21 parejas locales para que sirvan como líderes de misión interinos hasta que lleguen los reemplazos.
Misioneros en más de 200 misiones de las 407 misiones de la Iglesia están trabajando principalmente desde sus apartamentos utilizando la tecnología y otros medios para compartir el evangelio.
“Estos son tiempos desafiantes para nuestro servicio misional mundial”, dijo, y agregó que Dios no se ha sorprendido por los eventos que han puesto al mundo en conmoción. “Él ha preparado los medios para ayudarnos a llevar el evangelio a las personas de este mundo en estos días extraordinarios”.
Discurso del presidente Kimball en 1974
El élder Uchtdorf evocó el discurso del presidente Spencer W. Kimball de abril de 1974 sobre la obra misional, “Cuando el mundo se convierta”. El ya fallecido presidente de la Iglesia pidió “mejores y adicionales métodos de enfoque” para los misioneros, diciendo: “Creo que el Señor está ansioso por poner en nuestras manos inventos de los que los laicos apenas hemos vislumbrado”.
El presidente Kimball también expresó su expectativa por los avances en nueva tecnología satelital, así como por el tiempo en que las personas de todo el mundo pudieran “escuchar el sonido [del evangelio] en su propio idioma y de una manera que puedan captar y comprender”.
El élder Uchtdorf dijo: “Él visualizó el día en que los misioneros podrían recibir dispositivos portátiles que les ayudarían a enseñar el evangelio. Hace cincuenta años, estaba pensando en pequeños dispositivos de grabación, pero el Señor tenía planes mucho más grandes, conociendo lo que es posible hoy”.
El apóstol subrayó el uso misional actual de teléfonos inteligentes, redes sociales y otras tecnologías. “Se ha dicho que la reciente pandemia puede haber sido un ‘reinicio divino’ que podría ayudarnos a recalibrar nuestros esfuerzos para llegar a más personas —y especialmente a un público más joven”.
Es posible que los misioneros anteriores hayan limitado su pensamiento sobre cómo llevar el evangelio al mundo usando la tecnología solo cuando las distancias geográficas lo obligan a hacerlo, dijo él.
“Ahora, a raíz de lo que hemos aprendido durante estos momentos difíciles, nos damos cuenta de que el uso de la tecnología es una bendición de formas que no habíamos considerado. En lugar de ser el último recurso, la tecnología debe considerarse desde el principio como una opción para que podamos ser más eficientes y efectivos”.
Hacer discípulos
El élder Uchtdorf enfatizó el significado de “la Gran Comisión” de “hacer discípulos”: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).
Ser comisionado por el Salvador significa que Él ha elegido formalmente discípulos para llevar a cabo la obra del Padre, dijo el élder Uchtdorf, y la comisión recae en los apóstoles vivientes hoy, como lo hizo en la antigüedad. “Ustedes, misioneros, han sido llamados, apartados y comisionados para ayudar al Salvador y a los apóstoles vivientes en esta gran obra”.
Al instar a sus oyentes a compartir el evangelio “de maneras normales y naturales”, el élder Uchtdorf dijo que los misioneros eficaces de las escrituras y a lo largo de la historia moderna de la Iglesia se han conectado con personas, se han relacionado con ellas, han mostrado interés y han compartido lo que sienten en sus corazones.
Alentó a los misioneros de hoy a usar las habilidades sociales y tecnológicas que ya habían aprendido en su juventud y a aplicarlas para llegar a la gente en persona o mediante la tecnología moderna.

“El cambio de lo que hacían antes de sus misiones de tiempo completo a lo que hacen como misioneros será más fácil de gestionar si interactúan con las personas de maneras normales y naturales. Recuerden que, al igual que ustedes, son hijos del Padre Celestial. Son sus hermanos y hermanas”.
El apóstol también invitó a los misioneros a servir y a ministrar a los demás, ayudando a los miembros de la Iglesia en sus esfuerzos por invitar a otros a “venir y ayudar, venir y ver, y venir y pertenecer”.
Mencionó dos de las muchas bendiciones que provienen del servicio desinteresado —que aquellos que sirvan, sienten que son parte de una causa mayor, y que el servicio a los demás ayuda a fomentar el interés de las personas en los misioneros y su propósito.
Una invitación y una promesa
El élder Uchtdorf concluyó mostrando la pintura de Frans Schwartz de 1898 “Agony in the Garden” [Agonía en el Jardín], una copia que se encuentra en la oficina de su casa. Citó la profecía del Antiguo Testamento sobre el sufrimiento de Jesús en Getsemaní —“He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo” (Isaías 63:3)— y el versículo del Nuevo Testamento, “Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:43).
![Un primer plano de la pintura original de BYU, “Agony in the Garden” [Agonía en el Jardín], de Frans Schwartz, como muestra una diapositiva del discurso del devocional misional virtual del 13 de agosto del 2020 por élder Dieter F. Uchtdorf.](https://es.thechurchnews.com/resizer/v2/XSD3DNLVW6B6BSJJGYMJHESZ5U.jpg?auth=8462bee64481783f7a74020c5c91da74ceab06a914f7fde8ccb1bb4a354e6478&focal=512%2C288&width=800&height=450)
“Debido al grande e infinito sacrificio del Hijo viviente de Dios, ustedes y yo nunca tendremos que recorrer un camino tan solitario”, dijo el élder Uchtdorf. “El arrepentimiento y el perdón, la esperanza y la felicidad, están disponibles para ustedes y para mí, gracias a Jesucristo nuestro Maestro. Él caminará a su lado y enviará ángeles para fortalecerles en la hora de necesidad.
“El Salvador del mundo les invita a confiar en Él. Promete esperanza y paz a sus almas. Les pide que no tengan temor sino valor. Esta invitación y promesa son específicamente para ustedes. Son llamados a servir y compartir las buenas nuevas del evangelio restaurado de Jesucristo con todas las personas y naciones”.