Nota del editor: Esta es la undécima parte de una serie de consejos de los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles durante el brote de COVID-19. Lea el consejo del presidente M. Russell Ballard, el élder Jeffrey R. Holland, el élder Dieter F. Uchtdorf, el élder David A. Bednar, el élder Quentin L. Cook, el élder D. Todd Christofferson, el élder Neil L. Andersen , el élder Gary E. Stevenson, el élder Dale G. Renlund y el élder Gerrit W. Gong.
Durante esta época de gran vulnerabilidad provocada por la pandemia mundial del COVID-19, los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han hallado fortaleza y protección por medio de la observancia del día de reposo, dijo el élder Ulisses Soares.
El COVID-19 “está cambiando mi modo de pensar”, dijo el élder Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Estoy aprendiendo nuevas maneras de prepararme mejor para otros desafíos futuros de la vida que me puedan sobrevenir. Estoy viendo cosas que antes no veía. Me siento inclinado a pensar más en otras personas y acercarme a ellas en vez de enfocarme en mis propias necesidades”.
Al hablar por videoconferencia como parte de una serie de Church News que destaca el consejo y la dirección de los apóstoles de los últimos días durante la crisis del coronavirus, el élder Soares dijo que la adoración dominical ha ayudado y continuará ayudando a los santos de los últimos días que viven en una era de duda y miedo a aumentar la fe en su Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo.
El COVID-19 ha creado desafíos que estremecen al mundo —causan enfermedades, muerte e inseguridad económica, e impactan el ministerio de los líderes y miembros de la Iglesia, dijo él. En medio de la tragedia, “también ha habido bendiciones y aprendizajes”.
Una de esas bendiciones ha sido encontrar “formas creativas de acercarse a las personas” —en especial durante el día de reposo. Él y su esposa, la hermana Rosana Soares, han podido “ministrar a quienes queremos mucho y que no hemos visto últimamente, que jugaron un papel en nuestra historia y formaron parte de nuestra vida”.
Otros aprendizajes incluyen olvidarme de mí mismo, ser humilde, pedir ayuda y ofrecer apoyo a quienes están desesperados.
Como discípulos de Jesucristo, los miembros pueden elevarse y fortalecerse unos a otros. Esa es una forma en la que el Señor cuida de Sus hijos, dijo él.
“Estas lecciones nos ayudarán a establecer un marco para el futuro”, dijo él. “No podemos ver esta pandemia como una barrera, sino como algo que tiene el potencial de ayudarnos a volvernos mejores en cada aspecto de nuestra vida”.
El día de reposo
Al reflexionar sobre sus experiencias personales durante los últimos tres meses, el élder Soares enfatizó la importancia de hacer del día de reposo una delicia.
“Delicia significa algo reconfortante, algo agradable, algo que trae regocijo, algo que nos acerca más al Salvador y nos ayuda a desarrollar más espiritualidad”, dijo él. “El Salvador es una delicia. A medida que nos acercamos más a Él, experimentamos ese deleite”.
El apóstol recordó que, hace unos años, el presidente Nelson pidió a los santos de los últimos días que meditaran en dos preguntas importantes: “¿Realmente el día de reposo es una delicia para ustedes y para mí? ¿Cómo pueden asegurarse de que su comportamiento en el día de reposo les traiga gozo y regocijo?”.
El élder Soares dijo que la pandemia del COVID-19 “nos está dando la oportunidad de aumentar el poder del día de reposo en nuestra vida”. Además, dijo que la adoración dominical es “una de las cosas más influyentes y significativas que podemos hacer en nuestro hogar a fin de acercarnos más al Salvador”.
“El Salvador es una delicia. A medida que nos acercamos más a Él, experimentamos ese deleite”.
A lo largo de la historia, los profetas siempre han proclamado la importancia de guardar el día de reposo.
“El enfoque en el significado del día de reposo y en su aplicación en nuestra vida es en verdad una medida de protección y prevención”, dijo el élder Soares. “¿Por qué lo digo? Porque, cuando nos enfocamos en santificar el día de reposo, edificamos y fortalecemos nuestra fe en Dios y en Sus promesas, y profundizamos nuestra conversión. … Podremos hacer frente a los desafíos de este mundo tan confuso”.
Nutrición espiritual
El mandamiento de observar el día de reposo es un recordatorio de la necesidad de “nuestra nutrición espiritual” y del deber de recordar al Salvador. Esto es tan fundamental para cada individuo o familia en estos días, dijo el élder Soares.
En meses recientes, el élder Soares dijo que él y la hermana Soares han estado ansiosos para que llegue el domingo. “Tratamos de no hacer nada más antes de prepararnos y participar de la Santa Cena”. Luego, “preparamos actividades que amplifiquen las cosas que acabamos de aprender y sentir”.
El élder Soares dijo que la palabra “sábado” (del inglés “Sabbath”) viene de una palabra hebrea que significa “descanso”. La palabra “santo” significa algo que “es sagrado o dedicado a Dios”.
Así que, el séptimo día es un día santo, un día que se supone que debe ser diferente al resto de los días de la semana, enfatizó.
El día de reposo es un “regalo del Señor para nosotros. No nos es una carga. … Es una oportunidad de renovación espiritual y de reflexionar sobre lo que ocurrió durante la semana”.
El hogar es el lugar ideal para enseñar y aprender acerca de esto. “Nuestro hogar es nuestra protección. Es un lugar donde podemos ayudarnos a nosotros mismos y a aquellos en nuestra casa a tener experiencias espirituales”.
Retener ese mismo espíritu durante la semana ayuda a los santos de los últimos días a conservarse “sin mancha del mundo” (Doctrina y Convenios 59:9).
“¿Por qué santificamos el día de reposo? ¿Por qué participamos de la Santa Cena? ¿Por qué pasamos por este proceso? Para conservarnos sin mancha del mundo”.
El élder Soares dijo que, si hubiera sabido en el principio de su matrimonio lo que sabe hoy, probablemente habría disfrutado aun más del día de reposo.
“El propósito del evangelio es ayudarnos a aumentar nuestra fe en Dios y Su plan, y en Jesucristo y su sacrificio expiatorio”, dijo él.
La Santa Cena
Al élder Soares no le gusta pensar en una lista de cosas que se pueden y no se pueden hacer los domingos. En lugar de ello, dice él, los santos de los últimos días deben asegurarse de que sus actividades dominicales no los alejen del Espíritu. “Hay muchas cosas buenas que podemos hacer”, dijo él. “El Señor nos bendice de acuerdo con nuestra fe, y nuestra fe se demuestra mediante las acciones”.
En Levítico 26:2 y 6, Moisés escribió: “Guardad mis días de reposo y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová. … Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante”.
Aplicar esta promesa al hogar es algo profundo, dijo el élder Soares. “Ninguna cosa maligna penetrará nuestro hogar. Esta es una promesa. Si quieren protección espiritual para su hogar, santifiquen el día de reposo”.
Participar de la Santa Cena es una parte fundamental y central de la adoración en el día de reposo, añadió.
“Hacemos eso en memoria del cuerpo y de la sangre del Hijo. Y recordamos Su sacrificio”.
Los líderes de la Iglesia quieren que cada miembro de la Iglesia tenga esa oportunidad —aun cuando saben que eso no siempre es posible debido a circunstancias específicas. Algunos miembros no han participado de la Santa Cena al estar aislados durante varias semanas seguidas por la pandemia, o por cualquier otro motivo.
Cuando no sea posible participar de la Santa Cena, los miembros, aun así, podemos “tomarnos un momento y elevar nuestros pensamientos y mentes”, dijo el élder Soares. “Podemos hacer que ese momento sea sagrado. Podemos, en nuestro corazón, volvernos al Señor y reflexionar sobre nuestra semana. Aún tenemos la oportunidad de renovar nuestro compromiso y de recordar al Salvador”.
Por ejemplo, el élder Soares dijo que él, en ocasiones, ha pasado algunos domingos en un aeropuerto lejos de casa. En una de esas ocasiones, se sentó en una silla, intentó aislarse de la mejor forma que pudo, “cerró sus ojos y volvió su corazón al Señor”, dijo él. “Sentí que la calidez del Salvador me rodeaba y sabía que Él había aceptado mi ofrenda ese día, aun estando en un aeropuerto abarrotado”.
El élder Soares dijo que el COVID-19 ha sido una época para llenar su almacén espiritual.
Una de las grandes bendiciones es un aprecio más profundo por las escrituras, explicó. “Lo que es más importante, creo que mi esposa y yo hemos aumentado nuestro aprecio por nuestro querido Salvador Jesucristo ya que hemos pasado más tiempo estudiando Su vida y desarrollando una mayor comprensión de Su mente y corazón, apreciando aun más lo que Él hizo por nosotros.
“Debido a eso, hemos amplificado nuestra fe, hemos aprendido más sobre la veracidad de este evangelio y los dos hemos fortalecido nuestro testimonio personal”.
Acercarse a otros
En meses recientes, el élder y la hermana Soares han permanecido físicamente distantes de su familia y amigos —pero aun así están pasando tiempo con ellos. “Usamos la tecnología. Compartimos escrituras. Compartimos sentimientos y hablamos unos con otros”.
Compartir experiencias es una forma importante de mantenernos conectados con amigos y familiares, dijo él.
La hermana Soares es muy diligente en escribir cartas a sus nietos en el día de reposo, dijo el élder Soares. Él y su esposa han descubierto que una carta es más significativa que un simple mensaje de texto, porque escribir una carta requiere que “nos sentemos, pensemos, reflexionemos, y escribamos nuestros sentimientos”.
Durante la pandemia del COVID-19, el élder y la hermana Soares han pasado más domingos juntos, ya que el élder Soares ha participado de muchas de sus asignaciones por medio de videoconferencia y no tiene frecuentes asignaciones de viaje de la Iglesia que requieran que se vaya los fines de semana.
“Nuestra fe ha aumentado”, dijo él. “Hemos fortalecido nuestra relación. Nuestra perspectiva está cambiando”.
Santificar el día de reposo durante la pandemia del COVID-19 —y siempre— es una forma de mostrarle al Señor que “estamos viviendo por los convenios que hicimos con Él y que somos merecedores de Sus promesas”.
Él ofreció consejo a los santos de los últimos días de cómo hacer del día de reposo una delicia.
“Primero, nos conservamos sin mancha del mundo. Segundo, ofrecemos nuestros sacramentos, nuestros sacrificios y nuestro corazón a nuestro Padre Celestial. Y tercero, descansamos sobre las bendiciones que el Señor tiene para nosotros”.
Las revelaciones proféticas en años recientes han preparado a los santos de los últimos días para la actualidad, dijo el élder Soares. “Las revelaciones que estamos recibiendo hoy en día son parte de la preparación para el mañana, o el año próximo, o los años que vendrán”.