Para Jennifer Fortuné, una joven de 17 años en Haití, la conferencia virtual Para la Fortaleza de la Juventud de la semana pasada en el Caribe fue un testimonio del amor del Señor durante una época de dificultades y aislamiento en medio de la pandemia del COVID-19.
“Esto me enseñó que el Señor no nos olvidó”, dijo Fortuné, que vive en la Rama de Saint Marc, distrito de Saint Marc, Haití. “Inspiró a los líderes a encontrar una manera de comunicarse con nosotros, porque Él sabía que necesitábamos mucho esta conferencia”.
Ampliamente dispersos en 27 países y territorios, más de 3.000 jóvenes en el Caribe participaron en una conferencia virtual PFJ del 22 al 26 de junio.
Los oradores incluyeron al élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y su esposa, la hermana Ruth Renlund; el élder José A. Teixeira, de la Presidencia de los Setenta, y su esposa, la hermana Filomena Teixeira; el presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund, y su esposa, la hermana Kalleen Lund; la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Bonnie H. Cordon, y su esposo, el hermano Derek Cordon; así como la presidencia del Área Caribe, varios setentas de área y sus esposas.
Los jóvenes se reunieron virtualmente en pequeños grupos durante la semana a través de la tecnología para el estudio diario de las escrituras, análisis y actividades. Dos jóvenes consejeros adultos solteros dirigieron a cada grupo. Los jóvenes también participaron en programas musicales y devocionales transmitidos en el sitio web del área en inglés, español, francés, criollo haitiano y holandés. Se les animó a invitar a amigos no miembros.
El élder Renlund, quien visitó el Área Caribe en febrero y pronunció el discurso final del devocional el viernes por la noche, dijo que la conferencia PFJ fue una bendición oportuna para los jóvenes —muchos de los cuales están en unidades pequeñas y son miembros de primera generación, y que además se han sentido aún más aislados durante la pandemia.
“Si hubiéramos hecho esto de la forma en que normalmente hacemos las PFJ, no hay forma de que hubieran escuchado a cinco autoridades generales y sus esposas, a dos oficiales generales y sus cónyuges, y a cuatro setentas de área y sus esposas”, dijo el élder Renlund. “Esto es mejor, de alguna manera, que si se hubieran reunido en persona”.
“Hemos aprendido una forma diferente en la que no habíamos pensado antes”, continuó diciendo. “Incluso en una situación estresante como esta, buscando la ayuda del Señor, como lo hizo la presidencia de área, y fueron inspirados grandemente del cielo para hacer esto —hemos aprendido algo que no es solo un substituto, hasta cierto punto, es mejor. Y si combinamos lo mejor con lo mejor, es realmente fantástico”.
Cuando los jóvenes en el Caribe se reunieron virtualmente durante la conferencia, “ganaron fortaleza, una comunidad y un sentido de pertenencia”, dijo la hermana Renlund.
La inspiración detrás de la PFJ
Hace un año, antes de que el mundo supiera qué era el COVID-19, la presidencia del Área Caribe se reunió con el Cuórum de los Doce Apóstoles y con otros líderes de la Iglesia para presentar un informe del área.
“Analizamos con ellos un tema en particular: cómo fortalecer a los jóvenes de 27 países e islas con tanta diversidad en cultura, idiomas, barreras económicas, distancia y transporte”, dijo el élder José L. Alonso, un setenta autoridad general que sirve actualmente como presidente del Área Caribe.
El élder Alonso dijo que los líderes de la Iglesia les aconsejaron buscar formas de incluir a la mayor cantidad posible de jóvenes en las conferencias PFJ.
“Tuvimos la clara impresión de que, para lograr ese objetivo, tendríamos que celebrar una conferencia PFJ en línea para aquellos que no pudieran participar en una regular, debido a la distancia, el costo del viaje, el desafío de obtener un pasaporte y una visa, apoyo de los padres, etc.”, continuó diciendo el élder Alonso. “Hace un año, no sabíamos que una pandemia nos pondría en la posición de que la única forma de celebrar dicha conferencia sería a través del uso de la tecnología”.
Cuando el virus golpeó, la presidencia de área recibió la aprobación para seguir adelante con la conferencia. “Sentimos que, en medio de la pandemia, con tanta dificultad, lo mejor que podíamos hacer por los jóvenes era brindarles una experiencia espiritual para ayudarlos a acercarse más a Él y ‘Escucharlo’”, dijo él.
La conferencia PFJ ha sido una respuesta a las oraciones de muchos jóvenes, líderes y padres, dijo el élder Alonso. “Mirando hacia el futuro, creo que hemos sentado las bases para acortar las distancias que separan a los jóvenes del área”.
El élder Jorge M. Alvarado, segundo consejero en la presidencia del Área Caribe, agregó: “Nuestra esperanza es que nuestros jóvenes se mantengan conectados a través de la maravillosa tecnología disponible, con presidencias de clase y de cuórum bien organizadas, para que así abracen el crecimiento de la Iglesia, y esto será ideal para contribuir a su preparación misional, dando buenos frutos para la sociedad como hombres y mujeres de Dios”.
Una experiencia que nunca se olvidará
El jueves, 25 de junio por la noche, el presidente Lund se sentó junto a su esposa, Kalleen, en su casa en Utah, y habló con los miles de jóvenes de todo el Caribe que estaban sintonizando la transmisión. No podían ver ninguno de sus rostros, sin embargo, “fue una hora intensamente emotiva para nosotros, ya que parecía que sentíamos el espíritu de cada uno”, dijo él.
“Queríamos que supieran mejor lo que ya sabemos: Que verdaderamente son amados hijos e hijas de Dios y que Él tiene una obra particular para cada uno de ellos”, dijo el presidente Lund. “Espero que todos se hayan comprometido aún más a servirse mutuamente y a guardar sus convenios. La conferencia tuvo ese efecto en nosotros”.
La presidenta Cordon habló a principios de la semana con su esposo, Derek, sobre el lema de la juventud 2020: “Iré y haré” de 1 Nefi 3:7. “Me encanta cómo dice la escritura, que el Señor preparará ‘una vía’, no ‘la vía’. Cada uno de esos jóvenes es único, con diferentes talentos, familia, intereses y oportunidades, pero todos han sido preparados”, dijo ella. “Dios envió a esos jóvenes para este día, y no los envió aquí para fracasar”.
Ella prosiguió: “Me encantó imaginar a los jóvenes reunidos en sus hogares, dispersos por varias islas, escuchando en cinco idiomas diferentes, pero todos nosotros centrados en nuestro Salvador, Jesucristo”.
Lo más destacado de PFJ para Rebekah Suhani Ramdhanie, de 15 años, del Barrio Curepe, Estaca Puerto España Trinidad, fue el aprender nuevas formas de hacer historia familiar. “Normalmente solo iría directamente a mi árbol genealógico o simplemente indexaría. Pero así aprendí mucho más sobre las actividades y cómo encontrar información para poner en mi árbol genealógico”, dijo ella.
Sae-Young Achee, de 16 años, de la Rama Nueva Ámsterdam, Distrito Berbice Guyana, dijo que planea mantenerse en contacto con los amigos que hizo en PFJ. “En esta generación, tenemos la suerte de tener esta tecnología para conectarnos durante esta pandemia”, dijo ella. “He podido conectarme con otros. He podido sentir el Espíritu Santo. … sentí una conexión muy espiritual con el Padre Celestial”.
Jerri-Ann Jenkins, de 23 años, fue consejera en el grupo de Rebekah y Sae-Young. Ella dijo que los jóvenes de su grupo provenían de varios países diferentes. “Sentí que se dieron cuenta y se dijeron: ‘Mira, no somos los únicos santos en el Caribe. Hay chicos con diferentes acentos, diferentes idiomas, diferentes culturas que creen de la misma manera que yo’.
“Y pensé que eso era increíble”, dijo Jenkins, quien vive en la Rama Bahía Montego, Distrito Mandeville Jamaica. “Creo que cualquier sentimiento de soledad que existía en el mundo fue erradicado, solo por saber que hay alguien más de la edad de ellos que están pasando exactamente lo mismo y con la misma fe”.
Otro consejero, Fer Franklin, de 22 años, de la Rama Wanica, Distrito Paramaribo Surinam, dijo que estaba sorprendido de lo mucho que la juventud lo fortaleció y lo alentó a vivir el evangelio.
“Ellos son el futuro de la Iglesia y liderarán la Iglesia”, dijo él. “Los veo como los 2.000 jóvenes guerreros de Helamán, y son muy rectos. Luchan valientemente y ayudan a edificar el reino del Señor”.
A pesar de haber tenido exámenes durante toda la semana, Diamond Delecia Johnson, de 15 años, de la Rama Mandeville, Distrito Mandeville Jamaica, dijo que hizo un esfuerzo por unirse a las reuniones de PFJ en línea para aprender más en cuanto al Salvador.
“Hicimos un estudio de las escrituras sobre las diferentes formas en que podíamos ‘Escucharlo’, así como lo hicieron Nefi y Mosíah”, dijo ella. Ella aprendió de uno de los oradores que “no podemos permitir que los pecados del mundo nos impidan escuchar la voz del Padre Celestial”.
Spencer Wendy Casimir, de 15 años, de la Rama Gressier, Estaca Carrefour Haití, dijo que aprendió sobre la importancia de la oración y el papel del Espíritu Santo. “Necesitamos ser dignos para que podamos recibir el apoyo del Espíritu Santo, de modo que cuando lo necesitemos, Él pueda inspirarnos para que podamos hacer lo correcto”, dijo él.