Debido a las preocupaciones y restricciones mundiales por la actual pandemia de COVID-19, la conferencia general de octubre de 2020 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días seguirá el modelo de la pasada conferencia de abril de 2020, y las sesiones generales se transmitirán sin público.
En una carta del 4 de junio de 2020, dirigida a los líderes y miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Russell M. Nelson y sus consejeros, el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring, anunciaron los planes para la conferencia general de octubre de 2020, programada para el 3 y 4 de octubre, con cuatro meses de antelación.
“Si bien algunas partes del mundo continúan experimentando los efectos de una grave pandemia, otras áreas no”, escribió la Primera Presidencia. “Como organización mundial, tenemos la obligación de ser buenos ciudadanos y actuar con precaución en lo que respecta a un escenario tan único como la conferencia general, el cual, tradicionalmente, atrae a miles de visitantes de todo el mundo a Salt Lake City.
“Debido a nuestra preocupación por la salud y seguridad de los demás, hemos decidido que la conferencia general de octubre de 2020 seguirá el mismo modelo que la conferencia llevada a cabo en abril de este año”, continuó la Primera Presidencia. “Las sesiones generales se transmitirán como de costumbre. Sin embargo, no estarán abiertas al público”.
A medida que se definan, se compartirán detalles adicionales sobre la conferencia de octubre de 2020, concluyó la Primera Presidencia, añadiendo: “Oramos para que las bendiciones más selectas del Señor estén sobre ustedes”.
El 19 de marzo, la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles hicieron un anuncio similar acerca del cambio de formato de la conferencia general de abril de 2020, menos de un mes antes de su inicio.
Las sesiones de abril de 2020 fueron la única vez en la historia de la Iglesia que una conferencia general se compartió con una congregación exclusivamente remota.
Las transmisiones se emitieron desde un pequeño teatro en el Edificio de las Oficinas Generales de la Iglesia, y la conferencia general de abril de 2020 fue la primera en dos décadas en la cual los eventos no tuvieron lugar en el Centro de Conferencias de 21.000 asientos, el lugar de todas las conferencias generales desde el momento en que abrió, en abril del año 2000.
La Primera Presidencia presidió y dirigió las sesiones, y solo asistieron quienes habían sido invitados a discursar u orar. Además, la música para la conferencia estuvo pregrabada.