Menos de un año después de su sostenimiento como nuevos setentas autoridades generales, el élder Ricardo P. Giménez y el élder Peter M. Johnson recibieron llamamientos para servir como presidentes de misión.
A partir de julio de 2020, el élder Giménez presidirá la Misión California San Diego y el élder Johnson, la Misión Inglaterra Mánchester.
El élder Giménez y el élder Johnson no son las únicas autoridades generales en servir como presidentes de misión. Entre otras, se incluyen el élder Taylor G. Godoy, que actualmente preside la Misión Nevada Reno, y el élder Michael John U. Teh, que regresó en 2018 de la Misión Taiwán Taichung.
¿Por qué algunas autoridades generales son llamadas a servir como presidentes de misión? ¿Con cuánta frecuencia ocurre?
No hay una respuesta principal para el “porqué”, dijo el élder Dieter F. Uchtdorf, pero el que las autoridades generales sirvan como presidentes de misión es “muy valioso” — tanto para ellos como para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles y director del Consejo Ejecutivo Misional, el élder Uchtdorf se reunió con Church News y proporcionó mejor comprensión sobre estos casos, ni tan frecuentes ni tan raros, en los que las autoridades generales sirven como presidentes de misión.
Una bendición para la autoridad general y la Iglesia
Que una autoridad general tenga experiencia sirviendo como presidente de misión no es un requisito, dijo el élder Uchtdorf, quien nunca ha presidido una misión. Ninguno de los miembros actuales de la Primera Presidencia sirvió como presidente de misión y solo cinco de los Doce lo han hecho.
“Muchas de las autoridades generales de la actualidad son más jóvenes. Tienen una larga vida para servir como autoridades generales”, explicó el élder Uchtdorf. “Así que, si encaja con sus horarios, sus antecedentes, su grupo de edad y todo lo demás, es una gran ventaja si los enviamos”.
A veces, los presidentes de misión son llamados como setentas autoridades generales — dos de los ejemplos más recientes son el élder Matthew S. Holland (Misión Carolina del Norte Raleigh) y el élder Thierry K. Mutombo (Misión Maryland Baltimore), quienes fueron sostenidos como setentas autoridades generales durante la conferencia general de abril de 2020 mientras presidían sus misiones respectivas.
Otro ejemplo anterior es el élder William R. Bradford, que solo llevaba unos meses como presidente de la Misión Chile Santiago cuando fue llamado como autoridad general en la conferencia general de octubre de 1975 — y continuó sirviendo tres años como presidente de misión en Santiago.
En otras oportunidades, se ha reasignado temporalmente a algunos setentas autoridades generales a presidir misiones debido a problemas de salud u otras circunstancias.
Desde 1975, unos doce setentas autoridades generales en funciones han sido llamados como presidentes de misión, según una lista de la Oficina de los Setenta en las Oficinas Generales de la Iglesia. Otras personas de esa lista incluyen a Marlin K. Jensen, quien presidió la Misión Nueva York Rochester de 1993 a 1995, y Yoshihiko Kikuchi, que sirvió como presidente de la Misión Hawái Honolulu de 1987 a 1989. Ahora, ambos son autoridades generales eméritas.
La experiencia de la misión beneficia tanto a la autoridad general como a la Iglesia, dijo el élder Uchtdorf. “Ellos regresan con un maravilloso cúmulo de sabiduría y experiencia, lo que nos ayudará a nosotros y a la Iglesia a mejorar la forma en que servimos a nuestros misioneros, a servir mejor a nuestros presidentes de misión y a conectar mejor a los miembros y misioneros, a los miembros líderes — presidentes de estaca, obispos — y al liderazgo de la misión en el campo”.
Las experiencias y perspectivas variadas de la misión son valiosas entre las autoridades generales, en especial debido a que las circunstancias cambian, dijo el élder Uchtdorf. Por ejemplo: “Quienes sirvieron como presidentes de misión hace 40 años tuvieron circunstancias y requisitos misionales diferentes a los de hoy en día”.
El élder Teh había estado sirviendo como setenta autoridad general durante casi nueve años cuando recibió el llamamiento a presidir la Misión Taiwán Taichung desde 2016 hasta 2018. El nativo de filipinas dijo que obtuvo un mayor amor por el pueblo chino y una mayor comprensión del plan de Dios para él de forma individual. También aprendió a reconocer la fortaleza y capacidad espirituales de los jóvenes.
“Si bien muchas de las demás autoridades generales se desempeñan perfectamente sin esa experiencia, yo no podría. Aprendí rápidamente que eso era algo que necesitaba experimentar y aprender como setenta”, dijo él. “En la misión, era muy claro que el Señor estaba al mando. Cualquier inclinación que tuviera a pensar que yo estaba al mando pronto se desvaneció. … En general, me ha hecho un mejor siervo del Señor”.
La esposa del élder Teh, la hermana Grace Teh, dijo lo siguiente sobre su experiencia en Taiwán: “Para mí, todo el propósito de nuestro llamamiento era que experimentáramos, aprendiéramos y ensancháramos nuestros corazones y mentes para ver la grandiosidad de Su obra”.
En junio, el élder Godoy finaliza su servicio en la Misión Nevada Reno y servirá como primer consejero en la presidencia del Área Centroamérica. Él describió su tiempo en el campo misional como “maravilloso” así como “intensivo y extenso”.
“Me ayudó mucho a captar la visión sobre el propósito misional”, dijo el élder Godoy. “Y, por supuesto, me ayudará mucho en futuros recorridos de misión para ministrar al presidente de misión de forma diferente y para ayudar a los misioneros a enfocarse en las cosas básicas de la obra misional, tales como obedecer, encontrar, enseñar, bautizar y hermanar”.
Similitudes y diferencias respecto de otros presidentes de misión
A pesar de los mitos comunes, no se asigna a autoridades generales a cierto lugar debido a los problemas de una misión o a asuntos de obediencia, ni se supone que una misión tenga una estima o mérito especial por tener un presidente de misión que es autoridad general.
“No es algo místico”, dijo el élder Uchtdorf acerca de la asignación misional de una autoridad general. “Es algo muy práctico”.
Se llama a las autoridades generales como presidentes de misión del mismo modo que se llama a otros presidentes de misión y misioneros, dijo el élder Uchtdorf. “Se hace por medio de inspiración. En realidad, se hace considerando para quién sentimos que sería lo correcto hacer esto”.
Tal como otros posibles presidentes de misión, el élder Giménez y el élder Johnson se reunieron con un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles para una entrevista exploratoria a fin de determinar si estaban dispuestos y capaces a servir. Luego, un miembro de la Primera Presidencia extendió el llamamiento. Cada uno recibió una carta con un llamamiento misional que detallaba dónde y cuándo prestarían servicio.
En general, las autoridades generales prestan servicio como presidentes de misión durante dos años en lugar de tres. Pero “no hay una gran diferencia”, dijo el élder Uchtdorf, entre su servicio y el de un presidente de misión tradicional.
A las autoridades generales que prestan servicio como presidentes de misión no se les llama “élder”, sino “presidente”.
“Pienso que, con todo lo que hacen en el campo misional, digieren más a consciencia lo que hacen en preparación para su futuro rol como autoridades generales”, dijo el élder Uchtdorf. “(Pero) esperamos que se enfoquen en lo que están haciendo ahora y no solo tomen notas o miren hacia adelante como autoridades generales”.
El élder Teh dijo lo siguiente sobre su servicio en Taiwán: “Solo usaba mi ‘sombrero de presidente de misión’ y dejé mi ‘sombrero de autoridad general’ en Salt Lake City. … A menudo enfatizaba que yo estaba allí como presidente de misión y no como setenta”.
Él dijo que su experiencia previa como setenta autoridad general le dio “un panorama” sobre su papel y el objetivo general de la misión. Sin embargo, las operaciones del día a día fueron diferentes de lo que esperaba.
“Aprendimos rápidamente que ese conocimiento solo puede obtenerse al hacer ese trabajo”, dijo el élder Teh. “De hecho, un par de semanas antes de entrar en el CCM, tuve una clara comprensión: Aun cuando he entrenado a muchos presidentes de misión y dirigido innumerables recorridos de misión, en verdad no sabía cómo ser un presidente de misión”.
El consejo del élder Godoy para las autoridades generales recientemente llamadas como presidentes de misión es este: “Las metas, planes e ideas deben establecerse teniendo en cuenta que contamos con dos años en lugar de tres”.
Prepararse para servir
Durante el último año desde su llamamiento como setenta autoridad general, el élder Giménez ha estado ayudando a la presidencia del Área Norteamérica Oeste. Un llamado a servir en California es “una bendición doble”, dijo él, porque él ya se siente “parte del área” — no solo debido a que está familiarizado con la presidencia de área y sus pautas, sino porque ha participado en seminarios de liderazgo de misión de área con algunos presidentes de misión y sus compañeras que prestan servicio en la actualidad.
“Tengo una imagen muy clara de lo que tenemos que hacer”, dijo el élder Giménez. “Y estará enfocado en lo básico. Predicamos el arrepentimiento. Tenemos fe. Somos 100 % obedientes. Encontramos personas todo el tiempo. Las invitamos a venir. Trabajamos con los líderes locales”.
Además, espera ansioso poder servir junto a su esposa, la hermana Kathy Giménez. “Probablemente, el 70 u 80 % del tiempo estoy solo. Ahora, el llamamiento es para ambos. Ella es mi compañera y también será una misionera”.
La hermana Giménez dijo que puso en pausa sus clases de contabilidad en línea para poder pasar más tiempo leyendo las escrituras y “Predicad Mi Evangelio” a medida que se prepara para servir. Ella espera ansiosa poder estar “realmente inmersa en el recogimiento de Israel”.
“Quiero estar tan preparada como pueda”, dijo la hermana Giménez. “Mi meta es ser un verdadero instrumento en las manos del Señor para poder hacer lo que Él quiera que haga”.
El élder Giménez añadió: “Esperamos dar nuestro mejor esfuerzo, servir al Señor y hacer muchas cosas buenas para ayudar a las estacas y los barrios allí a tener un crecimiento real”.
El élder y la hermana Johnson también se han estado preparando para su misión al estudiar el Libro de Mormón y “Predicad Mi Evangelio”. Participar en recorridos de misión antes del brote de COVID-19 les dio mayor perspectiva sobre su llamamiento.
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“Estoy agradecido por haber tenido esta capacitación adelantada, de alguna manera, para ayudarnos a prepararnos para lo que creemos que será, probablemente, uno de los mayores llamamientos que hemos compartido en nuestra vida”, dijo el élder Johnson.
La hermana Johnson nunca olvidará dos experiencias que tuvo cuando visitaban la Misión Washington D.C. Sur a comienzos de este año. La primera ocurrió en el vuelo hacia allí.
“Cuando volábamos, antes de bajarme del avión, sentí un amor abrumador por estos misioneros con los que íbamos a hablar y de los que íbamos a ser parte durante una semana. No conocía a ninguno”, dijo ella. “Pero sentí ese amor instantáneo por ellos. Así que, ni siquiera puedo imaginar ser la esposa de un presidente de misión; sentir ese amor, esa conexión instantánea por esos misioneros”.
Más tarde, durante ese viaje, mientras visitaba a las misioneras en su apartamento, la hermana Johnson recuerda que le preguntó a una misionera nueva de habla hispana cómo le estaba yendo.
La misionera respondió: “Bueno, no tengo confianza en mí misma en este momento, pero puedo tener confianza en el Señor”.
“Cuando dijo eso, pensé: ‘así me siento yo’”, dijo la hermana Johnson respecto de su llamamiento misional. “Bueno, no tengo confianza en mí misma en este momento, pero puedo tener confianza en el Señor. … Ella pensó que lo estaba diciendo para ella, pero lo estaba diciendo para mí”.
El élder Johnson añadió: “No sé cómo hacer esto. Nunca lo he hecho. Pero, como dijo Stephanie, podemos poner nuestra fe y confianza en el Señor. Él sabe cómo hacerlo. Él sabe exactamente lo que necesitan los misioneros de Mánchester. Los miembros, nuestros amigos que no son de nuestra religión — Él conoce sus necesidades. Si tan solo podemos alinearnos con Él, confiar y desarrollar nuestra fe en Él, presenciaremos los milagros”.