Con el lema de “Reunir a todos con seguridad en Cristo”, la Conferencia de BYU para mujeres de este año fue un evento digno de recordar a medida que las mujeres en todo el mundo se reunieron de manera virtual para mirar el evento digital especial que reemplazó a la típica reunión de dos días en el campus de BYU en Provo, Utah.
El evento digital transmitido en vivo, que comenzó con un discurso de Sandra Rogers (presidenta de la Conferencia de BYU para mujeres), presentó 11 oradoras en seis sesiones — todas enfocadas en el tema del recogimiento.
“El presidente Nelson ha llamado a las mujeres de la Iglesia a ayudar a recoger en Cristo a los hijos del Padre Celestial de ambos lados del velo, en preparación para Su gloriosa segunda venida”, dijo Rogers en su discurso de apertura. “Cada llave del sacerdocio, cada convenio con su correspondiente poder del sacerdocio, cada don espiritual, en especial la compañía del Espíritu Santo y cada revelación ha preparado, y aún preparará, todo lo necesario para ésta última hora de trabajo en la viña del Señor. ¿Cómo podemos nosotras, en una época de interrupciones, cambios y desafíos, recoger a todos con seguridad en Cristo?”.
El primer esfuerzo que las personas pueden hacer para llevar a cabo un recogimiento con seguridad en Cristo es acercarse a Él ellas mismas, dijo Rogers. “A medida que nos acercamos a Él en confianza y obediencia, aprendemos a amarlo. Lo amamos cuando tenemos la fe suficiente para hacer convenios sagrados con Él. Nuestro amor por Él crece a medida que hacemos fielmente todo nuestro esfuerzo por guardar esos convenios.
En el mundo solitario y lúgubre, Cristo llama a Sus hermanos y hermanas a Él y les pide que trabajen con Él para recoger a todos por última vez. “Vengamos a Él, amémoslo y trabajemos para Él con nuestro corazón, mente y fuerza”, dijo Rogers.
Luego de la sesión inicial transmitida en vivo, se compartió un evento especial Hermana a Hermana con las participantes del evento digital.
El evento pregrabado Hermana a Hermana contó con la participación de la hermana Reyna Isabel Aburto, segunda consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro; la hermana Becky Craven, segunda consejera en la presidencia general de las Mujeres Jóvenes; la hermana Lisa L. Harkness, primera consejera en la presidencia general de la Primaria; y la hermana Tracy Browning, de la mesa directiva general de la Sociedad de Socorro, como moderadora.
Reunidas por medio de una grabación de video en cuatro ubicaciones distintas, las líderes de la Iglesia abordaron las preguntas enviadas por mujeres de todo el mundo. Los temas de los que se habló incluyen: cómo usan su tiempo las personas en aislamiento durante el coronavirus; abordar desafíos con la salud mental y emocional; la maternidad; la comparación y el juicio; los llamamientos de la Iglesia; y comprender el poder del sacerdocio.
Al dirigirse a todas las que estaban escuchando o quienes habían enviado preguntas, la hermana Aburto dijo: “Nuestro ruego, a medida que conversamos, es que todas podamos acercarnos más a nuestro Padre Celestial y también a nuestro Salvador para que podamos ‘Escucharlo’, para que podamos escuchar Su voz, para que también podamos acercarnos unas a otras como santos de los últimos días, hermanas de la Sociedad de Socorro, mujeres del convenio y mujeres de fe; para que podamos trabajar juntas recogiendo a Israel y preparando la tierra para la segunda venida”.
La salud mental y emocional
Enfocándose primero en el tema de la salud mental y emocional, las líderes señalaron que, dada la situación actual, muchas mujeres están teniendo dificultades porque sus conexiones sociales y emocionales están menos disponibles a medida que se toman precauciones adicionales en medio del aislamiento.
A fin de aconsejar a quienes luchan con la depresión, la ansiedad u otras cargas emocionales, las líderes compartieron algunas de sus propias experiencias.
Sin importar nuestras circunstancias, “nuestro Padre Celestial está muy consciente de cada experiencia, incluidas estas dificultades y aflicciones emocionales”, dijo la hermana Harkness. “Hermanas, podemos tener fe en que habrá sanación. Hay esperanza para todas nosotras debido a que Cristo ha descendido debajo de todas las cosas a fin de que sepa cómo socorrernos como pueblo en cada tipo de debilidad”.
A veces, las dificultades emocionales pueden dificultar mucho nuestra experiencia en la mortalidad, continuó diciendo la hermana Harkness, pero “nuestras luchas no definen nuestro potencial como hijas de Dios. Cuando regresemos a Su presencia, estaremos completas, plenamente capaces y libres de nuestras aflicciones mortales actuales”.
Para añadir algunos consejos de lo que ha aprendido a lo largo de sus propias experiencias difíciles al perder a su padre debido al suicidio y luchar para ayudar a una hija que lidiaba con la depresión, la hermana Aburto dijo: “Siento que, cualquiera que sea nuestra situación, no deberíamos intentar lidiar con ellas en soledad. Pidamos ayuda a nuestro Padre Celestial y a quienes nos rodean. … Si sienten que no pueden dar un paso más, por favor, pidan ayuda. Mi súplica para ustedes es que no se den por vencidas”.
Aunque las cargas de la vida a menudo parecen insoportables, la hermana Aburto dijo: “Hay esperanza. Hay sanación. Hay gozo. Hay amor a su alrededor. Por favor, recurran a la gracia redentora del Señor y acudan a las personas que las rodean. No se den por vencidas. Por favor, no se den por vencidas”.
Todos los problemas de la salud mental y emocional, ya sean crónicos o circunstanciales, deberían tomarse en serio, añadió la hermana Craven.
“Algo que he aprendido es que cualquier persona que luche con dificultades emocionales necesita alguien en su vida en quien poder confiar. Y espero que nosotras podamos ser esa persona. Espero que seamos observadoras; espero que seamos comprensivas y no juzguemos. Y espero que podamos ser amigas confiables”.
La maternidad y la comparación
Al abordar el tema de la maternidad y las dificultades que a menudo conllevan la comprensión del papel que tienen las mujeres como madres, la hermana Harkness dijo: “La obra de la maternidad es un ministerio de amor y sacrificio, y todas las mujeres la llevan a cabo, independientemente de si hayan tenido hijos o no”. Las mujeres actúan como madres al discernir y satisfacer las necesidades de otras personas, dijo ella. Y la maternidad es una asociación con Dios.
La vida puede ser agotadora para todos, en especial para las madres de hijos pequeños, y puede ser fácil desalentarse, dijo la hermana Craven. Así que, en cada caso, es importante que las mujeres tengan tiempo para sí mismas.
Muy a menudo, las mujeres son duras consigo mismas, añadió la hermana Aburto. Pero si las personas están dando lo mejor, tanto al enfocarse en quiénes se están convirtiendo como al reconocer lo que están logrando en comparación con el pasado, puede que comprendan que están haciendo las cosas mejor de lo que creen.
Una de las grandes culpables del desaliento es la tendencia a comparar y juzgar, explicó la hermana Aburto.
“Por alguna razón, tenemos la tendencia a etiquetarnos a nosotras mismas y a los demás. Y sé que necesitamos maneras de describirnos a nosotras y a nuestras experiencias de la vida, pero no deberíamos permitir que nuestras experiencias nos definan. Nos pueden refinar, pero no deberían definirnos, ni tampoco a los demás”, dijo ella. “Mi consejo es que traten de evitar etiquetarse. Tenemos tanto en común. Todas tenemos una naturaleza divina y cada una de nosotras es una hija de Dios. … Todas somos discípulas de Cristo. Todas estamos tratando de volvernos como Él; estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo y necesitamos creer que eso es así”.
Si bien todas las personas son hijas de Dios, cada una es diferente y única, continuó diciendo la hermana Aburto. “Si pensamos que existe un molde, eso quizás signifique que en verdad no conocemos a quienes nos rodean”.
Algunas personas deciden no contar su historia completa porque es muy dolorosa, continuó diciendo. “Pero … cuando nos tomamos el tiempo de escuchar la historia de otras personas, de llegar a conocerlas, nos damos cuenta de que todos tenemos luchas, todos estamos sanando algo”.
Satanás tiene el objetivo de distraer a las personas a fin de que no cumplan su propia misión y propósito en la vida al distraerlas con la comparación, explicó la hermana Harkness. Y una de las mejores herramientas para ayudarnos a evitar o superar los peligros de la comparación es la gratitud.
“Cuando escojo ser agradecida, puedo conectar los dones que el Padre Celestial me ha dado con la obra que Él me ha pedido hacer. Eso me ayuda a evitar la comparación”, dijo la hermana Harkness.
Al enfocarse en la gratitud por lo que se tiene y luego centrarse en servir a otros, las personas pueden llegar a comprenderse mejor a sí mismas y su relación con Dios, añadió la hermana Aburto.
“Sé que, ahora mismo, también estamos viviendo en momentos realmente peculiares. Pero siento que esta es una época en la que debemos reflexionar y apreciar las bendiciones que hemos recibido de Dios”, dijo ella. “Siento que este es el momento de llegar a conocernos mejor a nosotras mismas y conocer a quienes nos rodean”.
Este es el momento de ministrar verdaderamente a otros, “de ver los milagros que nos rodean y tomarnos el tiempo de escuchar al Señor, de escuchar Su voz, de confiar y creer en el plan de felicidad de Dios”.
Buscar comprensión y propósito
Al abordar comentarios y preguntas de mujeres que expresaron sentimientos de desaliento al cumplir con sus llamamientos de la Iglesia, la hermana Harkness dijo: “Salvo en muy pocas excepciones, cada llamamiento en la Iglesia es temporal. Tendremos muchos durante nuestra vida. E incluso puede haber espacios de tiempo en los que no tengamos ningún llamamiento designado”.
Y continuó diciendo: “Cuando nos enfoquemos en la obra y no en el título de nuestro llamamiento temporal, veremos que hay trabajo suficiente por hacer. Está a nuestro alrededor. Y podemos participar sin importar nuestras circunstancias, estado civil, edad o experiencia en el liderazgo de la Iglesia”.
Algunos llamamientos de la Iglesia, comparados con los estándares del mundo, parecen más o menos importantes, explicó la hermana Harkness. Pero, en realidad, dijo ella, “cada llamamiento en la Iglesia está involucrado en esta misma obra”.
En esta vida, hay muchas cosas que “no sabemos o comprendemos”, dijo la hermana Harkness. Pero “siempre podemos saber las verdades más esenciales”.
La hermana Craven dijo que hay muchas cosas que ella aún no entiende o sobre las que tiene preguntas. “Pero eso simplemente no sacude mi fe”, dijo ella. “He tenido experiencias espirituales en el pasado a las cuales recurro cuando lo necesito. Y ahora busco intencionalmente experiencias espirituales a las cuales pueda recurrir en el futuro. Esas experiencias me ayudan a permanecer arraigada en el evangelio”.
Al reconocer que muchas preguntas no se pudieron responder durante el evento Hermana a Hermana, la hermana Aburto aconsejó a las mujeres de la Sociedad de Socorro de todo el mundo que sigan buscando la revelación en su propia vida. Al procurar la revelación continua, dijo la hermana Aburto, “sé que la recibiremos”.