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Lo que este nuevo setenta autoridad general aprendió sobre ministrar en tiempos de pruebas y pérdidas

El élder Jeremy R. Jaggi y la hermana Amy Anne Jaggi Crédito: Intellectual Reserve, Inc.
El élder Jeremy R. Jaggi Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

Cuando el élder Jeremy R. Jaggi era un adolescente, su hermana de 7 años, Kristen, contrajo una bacteria que le atacó el cerebro. Los doctores dijeron que no iba a sobrevivir. 

El joven Jeremy se arrodilló al lado de su cama en su hogar de Salt Lake City y le suplicó al Señor para saber por qué ella debía morir tan pronto. Su hermana recibió una bendición del sacerdocio y, contra todo pronóstico, vivió.

Esto fue un catalizador para que Jeremy, con 17 años, “se pusiera bien ante Dios”, lo que lo llevó a leer con seriedad el Libro de Mormón por primera vez. Luego, sirvió como misionero de tiempo completo en la Misión Ohio Cleveland. 

Años más tarde, volvería a ponerse de rodillas orando desesperadamente cuando su esposa, Amy, estaba en trabajo de parto prematuro con su tercer hijo.

“En ese momento, sentí una paz abrumadora — una paz que solo puede describirse como los amorosos brazos del Padre Celestial envolviéndome con la calidez del Espíritu Santo”, recordó el nuevo setenta autoridad general recientemente sostenido. 

Esa paz los acompañó durante el corto tiempo que vivió el bebé, y los meses de duelo que siguieron con otro aborto espontáneo. “Todos somos ‘probados’ a nuestra manera, pero, aun así, ‘tenemos por sumo gozo’ que el Salvador haya provisto una forma para que tengamos paz y felicidad”, dijo el élder Jaggi, citando un lema familiar que se encuentra en Santiago 1:2.

El élder Jeremy R. Jaggi
El élder Jeremy R. Jaggi | Crédito: Intellectual Reserve, Inc.

Jeremy Robert Jaggi nació en Salt Lake City, Utah, el 23 de marzo de 1973; es hijo de Robert Stanley Jaggi y Judy Anne Roos. Cuando era un joven muchacho en Salt Lake City, el élder Jaggi observó a sus padres servir a sus vecinos. Él recuerda que su padre, un cartero, daba muchas bendiciones del sacerdocio. Él comprendió a una edad temprana que el poder del sacerdocio era real.

“La forma de ver la ministración que tenemos ahora es la forma en que mis padres siempre han ministrado — uno por uno”, dijo él. 

Poco después de regresar a casa de su misión de tiempo completo en la Misión Ohio Cleveland, el élder Jaggi conoció una joven llamada Amy Stewart en la boda de un buen amigo. Ella había regresado hacía un año de la Misión Alemania Frankfurt.

“Durante todo el día, él y yo nos sorprendíamos robándonos miradas el uno al otro”, dijo la hermana Jaggi.

Más tarde esa noche, mientras jugaba al baloncesto con sus amigos, el élder Jaggi les dijo que la iba a invitar a salir. 

“Literalmente se rieron de mí y dijeron: ‘Ella ha estado saliendo con graduados de la universidad y profesionales, y tú acabas de volver de la misión. Tú eres un ayudante de mesero en el Roof Restaurant’ — lo cual era cierto”, dijo riendo. Pero él estaba determinado. 

La semana siguiente, el élder y la hermana Jaggi tuvieron su primera cita. Se casaron el verano siguiente en el Templo de Salt Lake, el 12 de junio de 1995. 

En su barrio de casados en la Universidad de Utah, el élder Jaggi sirvió como presidente del cuórum de élderes. El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, era su presidente de estaca. “Tuve la oportunidad de reunirme con él mensualmente”, dijo él.

El élder Jaggi recibió una licenciatura en ciencias y salud del comportamiento por la Universidad de Utah en 1997 y un máster ejecutivo en administración de empresas por la Universidad Pepperdine en 2002. 

Su carrera en mercadotecnia y ventas de biotecnología llevó a la familia desde Monterrey, California, hasta Issaquah, Washington; Henderson, Nevada; Salt Lake City; y Newbury Park, California. 

El élder y la hermana Jaggi tienen cinco hijos. Ellos dan gracias a los muchos obispos, miembros del barrio y vecinos que los ayudaron en tiempos de pruebas y pérdidas cuando sufrían abortos espontáneos y luchaban con la infertilidad.

“Simplemente vemos el designio divino de Dios al traer a diferentes personas a nuestra vida”, dijo la hermana Jaggi. “Fueron ángeles en esos momentos”.

La hermana Jaggi recuerda a la presidenta de la Sociedad de Socorro que la llevó al hospital cuando estaba en el proceso de trabajo de parto prematuro y a la maestra visitante que estuvo a su lado cuando el élder Jaggi no se encontraba en la ciudad. Su otra maestra visitante había perdido dos bebés que nacieron muertos y podía entender lo que ella estaba viviendo. 

Poco después de que el bebé de los Jaggi muriera, una de las mujeres de las que la hermana Jaggi era maestra visitante perdió un hijo. “Pude decirle: ‘Estoy aquí. Puedo sostenerte. Estoy quebrada igual que tú’”.

“Había una infraestructura de personas que sabían, cuyos corazones podían ponerse en ese lugar”, dijo la hermana Jaggi. “(El Padre Celestial) las puso a mi alrededor. Se me asignaron debido al programa de maestras visitantes”.

A medida que el élder Jaggi reflexionaba en las experiencias de su familia y sus llamamientos anteriores, él dijo: “Lo único que he aprendido es que Dios puede tomar a personas comunes y ayudarlas a hacer cosas extraordinarias”.

“No se trata de quiénes somos, sino de quiénes podemos llegar a ser por medio de Jesucristo”.

Mientras vivían en Newbury Park, el élder y la hermana Jaggi recibieron un llamamiento para presidir la Misión Utah Ogden. Ellos nunca olvidarán la entrevista exploratoria por videoconferencia con el entonces élder Russell M. Nelson.

“Él fue tan dulce, tan amoroso, como un abuelo”, dijo el élder Jaggi. “Al final de la llamada, él dijo: ‘¿Puedo darles un abrazo?’ y se acercó al monitor para darnos un abrazo virtual”.

Mientras presidían la Misión Utah Ogden de 2015 a 2018, el élder y la hermana Jaggi sirvieron con misioneros de todo el mundo, así como con misioneros adultos del área metropolitana de Ogden. 

“Amamos a nuestros misioneros”, dijo el élder Jaggi. “Ellos ahora son una familia extendida para nosotros”.

Servir en el norte de Utah también fue especial para el élder Jaggi, debido a que sus ancestros de Suiza se establecieron en Logan y Brigham City. Él conoció a personas en conferencias de estaca que sabían de los hermanos de su abuelo. “Íbamos a muchos lugares y siempre surgía un Jaggi de la nada”, dijo él.

El servicio del élder Jaggi en la Iglesia también incluye sus antiguos llamamientos como maestro de preparación misional, secretario ejecutivo auxiliar de estaca, obispo, consejero en una presidencia de Hombres Jóvenes de barrio, líder misional de barrio y maestro de seminario. 

“Mi llamamiento favorito ha sido el de hermano ministrante y maestro orientador”, dijo él. “Me encanta porque eso es lo que haría el Señor si estuviera aquí ahora mismo. Él saldría a ministrar uno por uno”.

El élder Jaggi servía como setenta de área en el Área Utah, trabajaba para Alkermes Inc. y administraba bienes raíces comerciales en HCA Investments LLC al momento de su llamamiento. 

A medida que miran hacia adelante a los próximos años de servicio, el élder Jaggi halla consuelo en la frase muy citada del presidente Thomas S. Monson: “A quien el Señor llama, el Señor capacita”.

“Confío en esa promesa”, dijo el élder Jaggi. “No se trata de quiénes somos, sino de quiénes podemos llegar a ser por medio de Jesucristo … a medida que recorremos esta maravillosa senda de los convenios que el presidente Nelson nos ha descrito”.

La hermana Jaggi añadió: “Estoy muy entusiasmada de avanzar y procurar escuchar, prestar atención y dar oído a la voz del Señor, tal como dijo nuestro profeta”.

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