En estos días de restricciones y del mandato de quedarse en casa debido a la pandemia del COVID-19, la mayor parte de la experiencia de capacitación misional de la Iglesia permanece igual.
A los nuevos misioneros se les asignan compañeros, distritos y zonas. Se reúnen unos con otros y con los instructores para las clases, y se dividen para las interacciones de compañerismos o grupos pequeños. Participan de devocionales, el estudio dominical del evangelio y un día de preparación semanal.
Y, sin embargo, capacitar a los misioneros ahora es muy diferente.
En lugar de que los misioneros se reúnan en los 10 centros de capacitación misional internacionales de la Iglesia, los nuevos misioneros se pueden encontrar en literalmente cientos de “CCM” a lo largo del mundo, ya que la capacitación se lleva a cabo en línea como parte de uno de los muchos ajustes misionales debidos a la pandemia del coronavirus. El estudio en compañerismo y las clases se llevan a cabo por medio de videoconferencias, y la residencia del nuevo misionero o misionera se convierte en su “CCM virtual”.
La capacitación en el hogar que se lleva a cabo en estos momentos es el cumplimiento de una declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, que hizo hace menos de un año, al sintetizar, en la conferencia general de abril de 2019, las implicaciones básicas de que el aprendizaje del evangelio se volviera cada vez más centrado en el hogar y apoyado por la Iglesia: “El centro de capacitación misional principal es nuestro hogar; hay centros de capacitación misional secundarios ubicados en Provo, Manila, Ciudad de México y otros lugares”.
El élder Brent H. Nielson, un setenta autoridad general y director ejecutivo del Departamento Misional, dijo lo siguiente acerca de la capacitación por medio de la tecnología en línea: “La capacitación virtual del CCM sigue un modelo similar. Es maravilloso verlo”.
En este artículo, Church News da un breve vistazo a la actual capacitación misional en línea — desde las perspectivas del Departamento Misional, los misioneros capacitados, sus familias y los instructores.
El Departamento Misional
Con la suspensión actual de la capacitación tradicional en los 10 CCM de la Iglesia, los nuevos misioneros reciben capacitación en línea por parte de instructores que trabajan ya sea desde su hogar o desde el aula de un CCM.
“En verdad no hay diferencia entre el tipo de cosas que ocurrían en persona con los misioneros y lo que ocurre en línea, a excepción de no estar cara a cara”, dijo David N. Weidman, director general del Departamento Misional.
Según datos del 30 de marzo, 820 misioneros — que representan dos semanas de “comienzos misionales” — están recibiendo capacitación en línea proveniente de seis CCM, dijo Kelend Mills, el director administrativo de CCM del departamento.
Para el final de esta semana, los números serán 1.400 misioneros y ocho de 10 CCM, con unos 410 instructores involucrados, añadió. Los números aumentarán hasta que se alcance un pico inesperado en alrededor de siete semanas.
“Estamos intentando brindar la experiencia tradicional del CCM de una forma nueva y asombrosa, incluida la capacitación sobre la doctrina, las habilidades misionales, el idioma y más”, dijo Mills.
Los distritos se componen de ocho a 12 misioneros — tal como en un CCM. A los misioneros se les asigna un compañero en línea y participan de capacitación guiada por el maestro, actividades de práctica, instrucción en grupos grandes y divisiones en grupos pequeños y compañerismos, dijo él. El horario de capacitación incluye el estudio diario personal y en compañerismo, y asignaciones diarias a completar, con un día de preparación semanal y la posibilidad de participar de la adoración dominical en el propio hogar del misionero.
Los misioneros
La hermana Hannah Hargrave, de San Tan Valley, Arizona, comenzó su entrenamiento el 18 de marzo, decepcionada de que su preparación de seis semanas para servir en la Misión España Madrid no fuera a ocurrir en el CCM de Provo como ella esperaba. La decepción y las lágrimas fueron consoladas gracias a las oraciones y a una bendición de su padre, a medida que comenzaba su entrenamiento en línea en su propio hogar.
El primer correo electrónico que envió a su familia y amigos indicaba que había encontrado el gozo y el poder del CCM virtual, junto con una pizca de humor.
“Llegué sana y salva al CCM, y me encanta el lugar. Sin embargo, para ser honesta, mis compañeras de cuarto son ruidosas y un poco extrañas …”, escribió. “Poder ser apartada como misionera de tiempo completo, con placa de identificación y todo, en mi hogar con mi familia es lo más genial del mundo (y siempre tener acceso a un bocadillo no está mal)”.
Ella describió cómo es un día normal — una clase de tres horas con su distrito en la plataforma Zoom; luego el estudio personal; luego el estudio por Facetime con su compañera, la hermana Amy Noval, de Dana Point, California, también asignada a España; luego el estudio del idioma y, finalmente, otra clase de tres horas con su distrito hasta cerca de las 8 p. m.
“Las lecciones y devocionales que he tenido esta última semana han sido algunas de las cosas más espirituales que he experimentado”, escribió. “En verdad existe poder al hacer la obra del Señor. Al principio me preocupaba que no pudiera sentir el Espíritu tan fuerte como lo haría si estuviera en un CCM real, pero en verdad creo que es lo mismo. Cuando estamos en la obra del Señor, tenemos derecho a Su ayuda, y definitivamente he sentido eso”.
Otra preocupación era perderse de crear vínculos fuertes con otros en un aula del CCM tradicional, reconoció la hermana Hargrave a Church News.
“Me he dado cuenta de que, aunque es diferente y tomará más tiempo, aún he podido llegar a conocerlos y quererlos”, dijo acerca de quienes están en su aula virtual. “Espero con ansias el resto de las semanas que tendremos juntos para llegar a conocerlos”.
En una reciente encuesta anónima llevada a cabo por el Departamento Misional acerca de la experiencia de capacitación en línea, otros misioneros expresaron lo siguiente:
- “Me encanta cuán involucrados están los instructores. Ayudan a hacer que la experiencia en línea sea más espiritual y me ayudaron a sentir que en verdad estaba en el CCM. También pude darme cuenta de que en verdad se preocupan por nosotros”.
- “Practicar situaciones con mi compañero en línea es una de las cosas más difíciles, pero lo aprovecho al máximo”.
- “Los recursos son extremadamente útiles. Poder contactar a mis maestros y mis compañeros, y poder usar libros de idiomas y otros recursos en línea es muy útil”.
- “Tener el CCM en línea es definitivamente una experiencia interesante, pero está funcionando bien hasta ahora”.
Los instructores
Kimber Young, una instructora del CCM de Provo y misionera retornada de la Misión Nueva York Nueva York Sur, enseña chino mandarín a una clase en línea de seis nuevos misioneros situados en sus hogares en los Estados Unidos, quienes están asignados a servir en misiones de Taiwán y EE. UU.
Ella extraña las interacciones en persona y la presencia combinada de misioneros en un CCM. “Es inspirador ver la gran cantidad de misioneros en el CCM que pasan cada minuto de cada día esforzándose por el mismo propósito: traer a otros a Cristo”, dijo ella. “En el CCM virtual, es lo mismo, pero los misioneros no están rodeados físicamente por personas de todo el mundo con ese mismo propósito”.
Los instructores del CCM de Provo al principio anticiparon preocupaciones que iban desde las programaciones hasta los problemas tecnológicos al cambiar a la enseñanza en línea, pero la transición ha sido bastante fluida, señaló Young.
“Honestamente, el proceso se ha sentido increíblemente tranquilo”, dijo ella, añadiendo su sorpresa acerca de cuánto más están dispuestos a participar los misioneros. “Las conversaciones que tenemos están llenas del Espíritu, y parece que los misioneros se sienten aún más cómodos expresándose a través de la tecnología”.
Uno de sus élderes le dijo que, luego de participar de la clase el primer día, quiso que su habitación fuera un lugar donde pudiera sentir el Espíritu. Así que, antes del segundo día, hizo una limpieza profunda de su habitación.
“Dijo que hizo una gran diferencia en cómo podía concentrarse en la clase y actuar como un misionero en general, y que era un lugar donde podía aprender del Espíritu”, dijo Young. “Incluso me mostró por la pantalla cuán limpia estaba. En lo personal, esto edificó mi testimonio porque me ayudó a ver las aplicaciones prácticas de vivir una vida centrada en Cristo.
“Creo que esta generación de misioneros será la mejor que hayamos visto simplemente debido a que están aprendiendo ahora — en el cómodo entorno de su hogar — lo que significa ser un discípulo de Jesucristo y lo que realmente deben cambiar para estar a la altura de ese modelo”.
Las familias
La hermana Hargrave es la segunda hija de Jim y Wendy Hargrave — y su segunda misionera en ser afectada por los ajustes en el servicio misional relacionados con el COVID. El élder Adam Hargrave, su hermano mayor, que está sirviendo en la Misión Utah Ogden, tuvo un adelanto en su fecha de relevo de octubre de 2020 al 27 de julio.
Jim Hargrave expresa “cuán maravilloso es contar con su personalidad y a la vez con una misionera”, con la hermana Hargrave capacitándose en su hogar de San Tan Valley.
“Intentamos hacer silencio y no interrumpirla durante su entrenamiento”, dijo él, comentando que notó, luego de su primera semana, su crecimiento personal y un aumento en la comprensión del idioma español. “Está siguiendo todas las reglas como si estuviera en el CCM. Incluso se va a dormir a horario, lo cual, honestamente, era nuestra única preocupación”.
Además, añadió: “Creo que se necesitan misioneros especiales que tengan suficiente disciplina para convertir un dormitorio, oficina o pequeño espacio de una casa en su extensión del CCM”.
Hannah Arnold, de Eagle Mountain, Utah, documentó con fotografías cuando su familia acompañaba a su hija, la hermana Aubrey Arnold, al “ingresar” al CCM el 25 de marzo. La hermana Arnold fue asignada a servir en la Misión Nevada Las Vegas Oeste.
“El lado positivo de todo esto es poder ser parte de su experiencia del CCM y verla comenzar a crecer como misionera”, dijo Hannah Arnold. “Ha sido una experiencia muy dulce”.