ST. GEORGE, Utah – El élder Jeffrey R. Holland “regresó a casa” a la tierra de su infancia y a sus raíces de tierra roja el sábado, 7 de noviembre, para dedicar el sitio de un nuevo templo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la región conocida como la Dixie de Utah.
Allí, con su esposa, la hermana Patricia T. Holland, y su familia, los pensamientos del élder Holland se volvieron hacia el futuro templo —el segundo de la Iglesia en St. George— y el “regresar a casa” a la casa del Señor.
“Cuando hablamos del hogar, la seguridad, la paz y las personas que nos aman, esa es una descripción del templo —es el lugar más seguro, acogedor y tranquilizador del mundo”, dijo el élder Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Los templos, dijo él, están llenos de amor y de personas que les “ayudarán y animarán”.
“El simbolismo de nuestro regreso a casa es, para mí, una metáfora bonita de regresar a la casa del Señor y estar rodeado de personas a ambos lados del velo —ángeles, vivos y fallecidos— que te aman y velan por ti. Eso es el verdadero hogar. Ese es el lugar más seguro, feliz y el más centrado en la familia del mundo”.
Fue difícil saber quién estaba más emocionado por la ceremonia de la palada inicial del Templo de Red Cliffs, Utah —el élder y la hermana Holland o los muchos viejos amigos, vecinos y asociados de los Holland en el suroeste del estado.
El élder Holland reconoció que, aunque él y la hermana Holland felizmente aceptaron la asignación en “casa”, el presidir, hablar y ofrecer la oración dedicatoria en la ceremonia de la palada inicial fue una asignación del presidente Russell M. Nelson y la Primera Presidencia.
La propiedad de Red Cliffs en el condado de Washington, Utah, es uno de los dos últimos sitios de la Iglesia en espera de construcción; líderes de la Iglesia participaron en la ceremonia de palada inicial de un templo similar el mismo día para el Templo de Bentonville, Arkansas. El evento en St. George se llevó a cabo en condiciones climáticas de mucho viento y frío —una caída poco común de unos 25 grados (15 grados centígrado) en la temperatura desde los días cálidos, soleados y sin nubes que precedieron a la ceremonia.
El presidente Nelson anunció el Templo de Red Cliffs, Utah durante la conferencia general de octubre del 2018. Los planes para el templo son de un edificio de tres pisos de aproximadamente 8.361 metros cuadrados.
Donde hubo una vez campos de heno y grano, ahora hay urbanizaciones residenciales en rápido crecimiento, el sitio del templo de 5,7 hectáreas al noreste de 3000 Este y 1580 Sur en St. George fue identificado públicamente hace un año, cuando la Primera Presidencia anunció el nombre oficial del templo como Red Cliffs en junio de este año.
El élder Holland relató cómo él y la hermana Holland conducían en el área propuesta para el nuevo templo, conociendo la necesidad de un nombre ya que St. George ha tenido su templo homónimo durante casi un siglo y medio. Recordó a su esposa mirando hacia el norte hacia Pine Valley y mencionó Red Cliffs como una posibilidad debido a la característica geológica dominante en la vista panorámica.
Más tarde, sugirieron Red Cliffs como una opción de nombre a la Primera Presidencia, dijo el apóstol, y agregó que el nombre representa no solo el área inmediata, sino que también honra gran parte de todo el distrito del templo que abarca la región de Virgin River.
El extenso distrito del templo recibió tanto menciones como representaciones en la palada inicial, que fue dirigida por el élder Craig C. Christensen, setenta autoridad general y presidente del Área Utah. Junto con su esposa, la hermana Debbie Christensen, cuyos antepasados asentaron la ciudad cercana de Ivins, Utah, él se unió a los Holland para hablar.
Otras dos personas que compartieron breves comentarios ayudaron a representar lo extenso del distrito del templo y la diversidad de los miembros —Jacquelin Espinoza Ramos de Kanab, originaria de México y conversa de hace cuatro años con su familia; y David T. Hinton de Hurricane, cuyo tatarabuelo ayudó a establecer el pueblo cercano de Virgin, Utah, y fue carpintero de acabados en el templo de St. George.
A la ceremonia asistieron varias docenas de líderes y miembros locales santos de los últimos días, así como alcaldes de seis ciudades desde Page, Arizona, hasta St. George y otros representantes gubernamentales, educativos y religiosos.
Como resultado de la pandemia actual del COVID-19, el distanciamiento social, las limitaciones de asistencia, las mascarillas y otras medidas de precaución definieron la pequeña reunión.
En sus breves comentarios antes de ofrecer la oración dedicatoria, el élder Holland explicó que la Primera Presidencia y otros líderes de la Iglesia han indicado que las ceremonias de palada inicial deben ser breves en duración y enfoque. La palada inicial es para dedicar la propiedad y el proceso de construcción y sirve como un precursor para cuando el templo esté terminado y listo para su verdadera oración dedicatoria y mensajes.
“Ese será el momento para la gran dedicación, con discursos más extensos”, dijo él.
En su oración, el élder Holland reconoció los sacrificios pioneros para el templo de St. George y su presencia simbólica que representa la fe y el compromiso del área durante el último siglo y medio. Se refirió al templo de Red Cliffs como “un sitio hermano” —y aunque los santos de los últimos días locales no enfrentan los mismos sacrificios y luchas, tienen sus propios desafíos modernos, con “la asistencia y la adoración en el templo como la respuesta a nuestros problemas”.
La hermana Holland, quien se crio en el pueblo cercano de Enterprise, Utah, antes de que su familia se mudara a St. George cuando ella era una adolescente, habló de estar en “nuestra casa” para el evento con su esposo y sus tres hijos —David Holland, Mary Holland McCann y el élder Matthew S. Holland, setenta autoridad general. Ella destacó el gozo y la seguridad de que su familia había sido sellada junta por las eternidades.
Ella recordó haber escuchado historias de sus abuelos viajando en carruaje tirado por caballos al templo de St. George, y relató haber visto a sus padres conducir en automóvil para servir semanalmente como obreros de ordenanzas en el mismo templo.
La hermana Holland habló entonces de viajar con el presidente Nelson y otros líderes de la Iglesia, dándole la vuelta al mundo en avión para llevar el mensaje del evangelio y la adoración y bendiciones del templo a todo el mundo.
“Y ahora hoy, hemos completado el círculo para estar de vuelta en casa en el sur de Utah —y con un vagón”, dijo ella, señalando con la cabeza la réplica del vagón cubierto colocado al frente de la reunión, cerca de una gran representación enmarcada del Templo de Red Cliffs, Utah.
El élder Christensen habló de los lugares santos en la tierra y de cómo a los templos, como tales lugares, se les están uniendo los hogares, que se están convirtiendo en centros de aprendizaje del evangelio, y las capillas, que se están utilizando nuevamente para los servicios de adoración y la ordenanza del sacramento.
Si bien la asistencia al templo actualmente está siendo limitada debido a las precauciones contra la pandemia, el élder Christensen invitó a los oyentes a pensar en sus experiencias previas en el templo y “a repasarlas y relatarlas mientras vemos este templo surgir de la tierra”.
Los Holland y los Christensen encabezaron la primera ola ceremonial de remover la tierra para la palada inicial, y los Holland se unieron luego a sus tres hijos adultos; la hermana Paige Holland, esposa del élder Matthew Holland y varios nietos.
El élder Jeffrey R. Holland invitó a todos los presentes que quisieran tomar un turno con la pala y ser parte de la experiencia de la palada inicial.
Si bien la asistencia en el lugar estaba restringida, muchos espectadores estacionaron sus autos a lo largo de las calles adyacentes y otras áreas abiertas para observar los procedimientos desde lejos. Algunos incluso subieron al sitio elevado mucho después de la palada inicial para una visita rápida antes de que la propiedad se convierta en un área de construcción restringida.
Después del evento, los Holland y los Christensen se unieron a las dos docenas de líderes locales de la Iglesia —setentas de área y presidentes de estacas y sus respectivas esposas— quienes habían visto una transmisión en vivo de la ceremonia en un centro de estaca cercano debido a las limitaciones de asistencia en el lugar.
James A. McArthur —quien, con su esposa, Denise, presidió el comité de ceremonia de palada inicial— señaló que la palada inicial del templo de Red Cliffs se produjo a solo dos días del 149º aniversario de la palada inicial del Templo de St. George, Utah. Se realizó la ceremonia de palada inicial para el templo en funcionamiento más antiguo de la Iglesia el 9 de noviembre de 1871.
“Pensé que los que están al otro lado del velo tienen que estar gritando de alegría —porque el resto de nosotros estamos aquí gritando de alegría”, dijo él.
McArthur contó que el élder Holland pasó por el sitio del templo el día antes de la palada inicial, para echar un vistazo y comunicarse con los miembros del comité y otras personas que estaban allí.
“Cuando vino, él pudo ver a muchos de sus amigos de su ciudad natal con los que iba a la escuela —comenzó a llamarlos por sus nombres de pila, sus apodos”, dijo McArthur. “Él estaba encantado con eso, porque esta es su tierra natal”.