Como un joven de 19 años entrando al Centro de Capacitación Misional, el élder James Richard Rasband se sentía inadecuado y estresado ante la perspectiva de predicar el Evangelio con poder, en un idioma extranjero y en una tierra extraña.
En su tercer día en el CCM de Provo, Utah, el nervioso élder escribió en su diario: “Por fin pude dormir anoche”.
Sintió el mismo azoro muchos años después cuando fue llamado como presidente de estaca.
En ambos casos se preguntó: “¿Soy inadecuado para el llamamiento?”. Y en ambos casos la respuesta fue la misma. “Permanece, el gozo viene”. O, como su madre le dijo una vez cuando él expresó sus sentimientos sobre no ser lo suficientemente bueno para un nuevo llamamiento: “Oh, Jim, el Señor no usa gente perfecta, solo ve a trabajar”.
Él siente un poco de eso ahora después de ser sostenido en la Conferencia General de abril de 2019 como un nuevo Setenta Autoridad General. Entrevistado después de su sostenimiento, el élder Rasband sonrió y dijo: “Al menos esta vez pude dormir un poco, a diferencia de cuando estaba en mi misión”.
Y esta vez él sabe de la experiencia para persistir y confiar. “El Padre Celestial solo necesita que vayamos a trabajar y compartamos el mensaje de sanación y gozo de Su Hijo y el sacrificio expiatorio de Él”.
A pesar de sus temores iniciales, su misión fue una maravillosa y formativa parte de su vida, dijo el élder Rasband, quien sirvió en Seúl, Corea, de 1982 a 1984. “Amé mi misión. La gente coreana fue extraordinaria, muy generosa, amable y afectiva”.
Al pensar en la misión que sirvió, un recuerdo vívido es la oportunidad que tuvo de testificar que José Smith fue un profeta de Dios. “Cada vez que tuve una oportunidad de enseñar o testificar de la Primera Visión, sentí su poder, y siempre he estado agradecido por ese testimonio”.
Sus experiencias de enseñar y de testificar a la gente coreana, se edificaron bajo principios que aprendió primero en su juventud. Nació en Seattle, Washington, el 20 de marzo de 1963, pero creció en Pebble Beach, California, a unos 183 metros de la orilla del océano.
Él y su hermano, que es 20 meses más joven, iban a casa desde la escuela y pasaban horas en la playa, o entre los robles, pinos y cipreses; jugando y explorando. Hasta este día, el élder Rasband dice que el olor del océano o el sonido de una sirena lo ponen nostálgico.
A su padre, James E. Rasband, le encantaba llevar a sus hijos de campamento y escursionar en los parques nacionales del oeste de los Estados Unidos.
El joven James era “un atleta superestrella de 5º. grado”, pero después de eso “todo fue colina abajo”, dijo el élder Rasband con una sonrisa, aunque en la preparatoria él jugó básquetbol, béisbol y lacrosse.
“Fue una niñez gozosa”,dijo.
Sus padres enseñaron a sus hijos el Evangelio mediante el ejemplo. Su padre, un radiólogo, es un hombre humilde que le enseñó sobre la integridad, la absoluta honestidad y el trabajo duro.
Su madre, Ester Johnson Rasband, le enseñó a ser pronto en perdonar. El amor profundo de ella y su conocimiento de las Escrituras hacía que fueran una fuente natural de conversación en el hogar de ellos. “Fue simplemente como ella era. El Evangelio significa todo para ella”.
Como un hombre joven, él desesperadamente quería una experiencia espiritual de un “magnífico y celestial coro de angeles” para tener evidencia de la verdad del Evangelio. “No encontré ese gran evento en mi vida, así que seguí preguntándome: ‘¿Tengo un testimonio?’. Sentía paz acerca del Evangelio, pero cuestionándome”.
Debido a que se saltó un año de escuela, se graduó de la preparatoria a los 17 años, y estuvo 2 años en la Universidad Brigham Young antes de ir a su misión. Durante ese tiempo él también participó en un estudio en Israel. Al estar visitando los lugares en donde el Salvador caminó y enseñó, estudió la vida del Salvador y sus enseñanzas mediante la lectura de todos los Libros Canónicos; así como del libro “Jesús el Cristo” y “Los Artículos de Fe”, de James E. Talmage.
Finalmente, una tarde él encontró un lugar tranquilo cerca del kibutz donde vivía, y volvió a orar. Esta vez él recibió un testimonio seguro de que Jesús era el Cristo y de que eran verdaderos los relatos de las Escrituras sobre Su vida y Su sacrificio expiatorio.
“Esa fue la primera experiencia en mi vida en donde sentí algo muy poderoso y fuerte. Había sentido paz antes, y había sido consolado, pero esto fue inequívoco”, recuerda.
Desde entonces, dijo el élder Rasband, ha tenido otras experiencias de paz cuando, por solo un momento, él ha “comprendido y sentido con claridad la asombrosa sinfonía del Evangelio y del Plan de Salvación”, pero más que nada ha aprendido la paz sencilla que viene de vivir el Evangelio.
Conoció a Mary Diane Williamsen en las instalaciones de BYU, cuando era un estudiante de primer año, pero le tomó hasta su segundo año para reunir el valor de pedirle salir en una cita. Ella le escribió durante los 5 meses en que él estuvo en Israel estudiando, y también durante la misión de él en Corea. Se casaron seis meses después de que él regresó de Corea, el 11 de agosto de 1984, en el Templo de los Ángeles, California. Tienen cuatro hijos y dos nietos.
La hermana Rasband dijo que ellos todavía tienen organizadas cronológicamente en una carpeta las cartas que se escribieron. “Son muy entretenidas”, dijo ella.
Inculcado por el amor de su madre por la lectura y por la literatura, el élder Rasband obtuvo su bachillerato en BYU en inglés y en estudios del Cercano Oriente. Al mismo tiempo la hermana Rasband estaba terminando su maestría en ingeniería química.
El élder Rasband meditó y oró acerca de cuál carrera seguir. “Pensé en ser un profesor de inglés, pero finalmente decidí que estudiar leyes me permitiría aplicar mi amor por la lectura y un análisis textual de los problemas reales del mundo”.
Después de obtener su grado de Doctor en Derecho de La Escuela de Leyes de Harvard, él fue ayudante del juez J. Clifford Wallace durante un año, en San Diego, California, en la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de los Estados Unidos. Y entonces se mudaron a Seattle, Washington, donde él practicó con las leyes de recursos naturales antes de unirse a la facultad de la Escuela de Leyes J. Reuben Clark de la Universidad Brigham Young en 1995. Más tarde sirvió como Rector de la Escuela de Leyes, y estaba sirviendo como Vicepresidente Académico de BYU cuando fue llamado como Autoridad General.
Desde su mudanza a Utah, las noches de domingo han sido reservadas para la cena familiar, donde a sus hijos se les anima a traer su última “broma de papá” para compartir. “A los Rasband les gusta reir”, dijo el élder Rasband.
El élder Rasbando ha transmitido a su familia su amor por la naturaleza, con muchas vacaciones familiares pasando el tiempo explorando las espectaculares tierras del oeste de los Estados Unidos. Él y la hermana Rasband disfrutan especialmente el excursionismo y explorar los rojos cañones del sur de Utah.
El élder Rasband dijo que él sabe que este nuevo llamamiento realmente no es acerca de él. “La hermana Rasband y yo somos gente sencilla, pero haremos lo mejor que podamos”.
Él espera poder compartir su convicción y gratitud por la Expiación de Jesucristo. “El poder sanador del sacrificio expiatorio del Salvador es más amplio y más grande de lo que la mayoría de nosotros comprende”, dijo.