¿Cómo es que Arequipa, la ciudad sureña de Perú, obtuvo su nombre peculiar?
Esa es una pregunta cuya respuesta, aparentemente, sigue siendo tema de debate. Sin embargo, una tradición centenaria sugiere que el nombre “Arequipa” deriva de la frase andina: ari qquepan — que, en términos generales, significa “sonido de trompeta”.
Esa es, posiblemente, la etimología preferida para miles de santos de los últimos días peruanos que ahora llaman a Arequipa su “ciudad del templo”. Con la prominente estatua del Ángel Moroni haciendo sonar su trompeta en lo alto, el templo más nuevo de la Iglesia — el Templo de Arequipa, Perú — emite un gozoso llamado de restauración y posibilidades eternas para todos los que entren allí.
El domingo, el élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicó el tercer templo de Perú — y el primer edificio de este tipo en el extremo sur de este país sudamericano.
Puede que falte más de una semana para la Navidad, pero la apertura del templo No 167 de la Iglesia en esta ciudad famosa por su gente amistosa y su rica historia inca es considerada un eterno regalo navideño.
“No encuentro las palabras para describir el gozo y la alegría que desbordan mi alma”, dijo Ticona Alan Vargas, que preside la Estaca Arequipa Perú Selva Alegre. “Nunca he sentido algo así en mis 15 años de miembro de la Iglesia”.
La dedicación del domingo “abrió las ventanas del cielo en nuestro país”, añadió Aida Ezratty Socolich, residente de Arequipa. “El Señor bendecirá a las familias debido a la fidelidad y obediencia de nuestros miembros”.
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El élder Soares no es ningún extraño en la segunda ciudad más grande de Perú.
Mientras servía en la Presidencia de los Setenta, acompañó al élder D. Todd Christofferson a Arequipa durante el período inicial de construcción del templo. Se fue de Arequipa elevado por la fe de los miembros locales y su “deseo de seguir al Señor”.
“Las personas en esa área son muy devotas y el templo les traerá un sentido de mayor responsabilidad de vivir de acuerdo con los mandamientos del Señor para merecer ser aceptados en Su casa”, informó desde Perú. “Pude sentir cuán entusiasmados estaban de prepararse para el templo al alinear sus vidas con los requisitos del Señor para participar en Sus ordenanzas”.
Construir un templo en Arequipa, añadió, implicó algunos desafíos.
“Pero el Señor abrió el camino [porque] inspiró a un profeta de Dios a proceder con la construcción del templo”.
En la ceremonia de la piedra angular, el domingo por la mañana, bajo el cielo soleado fuera del templo, el élder Soares dijo que era “un día glorioso para todos los que viven en el distrito del Templo de Arequipa — y para todos los que viven en este hermoso país”.
La ceremonia de la piedra angular es sagrada y simbólica, añadió.
“Jesucristo es la piedra angular de esta obra y debería ser la piedra angular de nuestras vidas”.
El domingo, en la dedicación del templo, el élder Soares tuvo la ayuda del élder Enrique R. Falabella, setenta autoridad general y presidente del Área Sudamérica Noroeste; el élder Kevin R. Duncan, setenta autoridad general y director ejecutivo en el Departamento de Templos; y el obispo Dean M. Davies, primer consejero en el Obispado Presidente.
Las autoridades generales visitantes estuvieron acompañadas de sus esposas — las hermanas Rosana Soares, Ruth Falabella, Nancy Duncan y Darla Davies.
La dedicación del templo se llevó a cabo en tres sesiones y se transmitió en vivo a los centros de reuniones en todo el distrito del Templo de Arequipa. El nuevo edificio presta servicio a 70 000 miembros en el sur de Perú.
El élder Fernando P. Del Carpio, peruano y setenta de área, dijo el domingo que está lleno de alegría al saber que tiene un papel “en esta gran obra”.
“Tener un templo tan cerca nos ayudará a prepararnos para recibir a nuestro Salvador Jesucristo en Su segunda venida”, dijo él.
El élder Falabella dijo que el domingo fue “un día de júbilo” para los santos de los últimos días del área de Arequipa — y para muchísimos más que han dejado la mortalidad antes de recibir sus propias ordenanzas salvadoras en un templo dedicado.
“Todavía están esperando nuestra ayuda para recibir esas ordenanzas y hacer esos convenios que les permitirán continuar en la senda de la eternidad”.
El élder Falabella compartió con los miembros peruanos sus propias experiencias familiares al hacer sacrificios para asistir al templo. Cuando crecía en Guatemala, el templo más cercano estaba en Arizona. Sin embargo, los Falabella finalmente lograron llegar al Templo de Mesa luego de pasar por grandes pruebas.
Sus sacrificios trajeron bendiciones. El Señor bendijo a los Falabella, a menudo por medio de la bondad de otros.
Tal devoción hacia el templo, dijo él, define a los santos de los últimos días de Arequipa.
“Los miembros han demostrado su fe al viajar 14 horas para visitar el Templo de Lima. Ahora, sus sacrificios tienen recompensa. El Señor los ha bendecido con Su casa cerca de sus hogares”.
Los rostros de los santos de los últimos días peruanos que participaron de la dedicación del domingo “hablan por sí mismos”, observó el élder Falabella.
“Tienen lágrimas de gozo y ojos llenos de luz y esperanza. Sus sonrisas testifican de lo que están sintiendo en sus corazones”.
Entre aquellos que se regocijaban el domingo estaba Rocío Sango, de la provincia Ilo de Perú.
Al comienzo de cada año, Rocío se ha puesto una meta de hacer el viaje de 18 horas al norte para servir durante uno o dos días en el Templo de Lima, Perú. Ahora, tiene un templo a una distancia de medio día en coche. Recientemente, fue llamada como consultora de historia familiar y tiene una nueva meta: asistir al templo una vez al mes.
“El Templo de Arequipa nos traerá más bendiciones y mayor espiritualidad”, dijo ella. “Nuestro pueblo se acercará más al Señor y las personas verán las bendiciones en sus vidas.
“Esto es una señal de que el evangelio está llegando a todas las personas en el sur de Perú”.
Un templo diseñado para Arequipa
El Templo de Arequipa, Perú está ubicado a una corta distancia en coche al norte del centro de la ciudad de Arequipa, en el distrito histórico Carmen Alto. El templo cuenta con 2508 metros cuadrados y descansa entre campos de terraza de la era inca. Además, la vista de los tres volcanes que rodean el valle es digna de una postal.
Los arquitectos utilizaron los estilos de construcción barroco y de España colonial que se encuentran en muchos de los edificios históricos más reconocibles de Arequipa. El granito blanco grisáceo del exterior del templo es un guiño a la suave y blanca piedra de sillar que se usa comúnmente en la arquitectura local.
Las características interiores del templo también son claramente arequipeñas. Además, se utilizó una versión estilizada de la flor peruana del texao en todo el templo — que se deja ver en madera tallada, ventanas de vitrales, accesorios de metal, piedra y pisos y en pinturas decorativas.
Un par de pinturas originales del artista Albin Veselka muestran el ministerio de Cristo entre los lamanitas y Sus tiernas interacciones con Marta y María.
Sin embargo, los líderes locales del sacerdocio y la Sociedad de Socorro — así como los misioneros y misioneros retornados que han servido en el sur de Perú — dicen que la verdadera belleza del templo se encuentra en las personas que servirán dentro del edificio recientemente dedicado.
Dominique Stout, de Utah, que recientemente sirvió una misión en Arequipa, recuerda que un setenta visitó su misión y les recordó a los jóvenes élderes y hermanas los deberes esenciales que estaban llevando a cabo.
“Él dijo que la obra que estábamos haciendo era un testimonio de que muchos de los familiares fallecidos de aquellos a quienes enseñábamos estaban esperando [a nuestros investigadores] — y esperando que se hiciera la obra”, dijo ella. “Es muy emocionante que haya un templo en Arequipa. La obra continuará en gran medida”.
El presidente de la Misión Perú Arequipa, Richard Marsh, dijo que la casa abierta del templo les brindó a los misioneros oportunidades inestimables de enseñar sobre el matrimonio eterno y otras ordenanzas de salvación.
“Repetidas veces, tuvimos investigadores y miembros menos activos que quisieron hacer cambios en sus vidas para poder recibir las bendiciones del templo”, escribió el presidente Marsh en un correo electrónico. “En el templo puede sentirse un espíritu real y palpable. Los miembros, menos activos e investigadores por igual — todos mencionaron el maravilloso espíritu que sintieron”.
Rolando Sandoval, que preside la Estaca Arequipa Perú Zamacola, dijo que el Templo de Arequipa, Perú cambiará corazones — volviendo a las personas tanto de la Iglesia como fuera de ella más amables, generosas y honestas.
“Tener el templo en Arequipa significa tener la casa de Dios en nuestro vecindario”, dijo él.
Una ciudad histórica mira hacia adelante
En Arequipa hay un templo dedicado y en funcionamiento. Su anuncio, ceremonia de palada inicial, construcción, casa abierta y dedicación tan celebrados, ahora son parte de la historia.
Un apóstol de los últimos días que grabó su nombre en la historia de la Iglesia en Arequipa este domingo comprende que el templo más nuevo de Perú ofrece tanto bendiciones eternas como una responsabilidad sagrada.
La asistencia frecuente al nuevo templo, enseñó el élder Soares, asegurará “las bendiciones prometidas por un amoroso Padre Celestial”.
“Primero, necesitamos reconocer que debemos ser dignos de nuestra recomendación para el templo al vivir los mandamientos y honrar nuestros convenios con el Señor”.
Y segundo, a medida que los miembros sirven en el nuevo Templo de Arequipa (o en cualquier otro templo), “obtenemos más conocimiento y comprensión sobre las ordenanzas sagradas que recibimos en el templo. Ellas guían y dirigen nuestras vidas hacia la bondad”.
El apóstol brasileño recuerda una época, no hace mucho tiempo, en que no había templos en Sudamérica. Ahora, luego de la dedicación del domingo en Arequipa, hay 21 templos en funcionamiento en su continente nativo.
El Templo de Arequipa, Perú, prometió, será un refugio de paz durante las épocas de pruebas. Su apertura marca un futuro brillante.
“A medida que nuestras mentes se expanden acerca de lo que el Señor tiene preparado para nosotros, nos volvemos más resilientes y dispuestos a perseverar”.