Qué bendición es tener un lema para los cuórums del Sacerdocio Aarónico. Nunca olvidaremos el extraordinario sentimiento que tuvimos cuando nos pusimos de pie y recitamos el nuevo lema junto a los hombres jóvenes en todo el mundo durante el evento Cara a Cara para Niños y Jóvenes, el 17 de noviembre.
En la reunión general del sacerdocio de abril de 2018, el presidente Russell M. Nelson dijo: “Piensen en su deber como las huestes poderosas de Dios a fin de ayudar a preparar el mundo para la segunda venida del Señor. Ese es nuestro cometido; ese es nuestro privilegio”. El nuevo lema ayuda a los hombres jóvenes a saber quiénes son, que Dios los ha llamado a una gran obra y a saber y comprender lo que Él espera de ellos.
La redacción de este lema fue inspirada. Nuestro deseo es que los hombres jóvenes no solo memoricen el lema, sino que lo internalicen, lo mediten y permitan que su significado vaya desde sus mentes hasta sus corazones:
Soy un amado hijo de Dios, y Él tiene una obra para mí.
Con todo mi corazón, alma, mente y fuerza, amaré a Dios, guardaré mis convenios y utilizaré Su sacerdocio para servir a los demás, comenzando en mi hogar.
En la medida que me esfuerce por servir, ejercer la fe, arrepentirme y mejorar cada día, seré digno de recibir las bendiciones del templo y el gozo duradero del evangelio.
Me prepararé para ser un misionero diligente, esposo fiel y padre amoroso al ser un verdadero discípulo de Jesucristo.
Ayudaré a preparar el mundo para el regreso del Salvador invitando a todos a venir a Cristo y a recibir las bendiciones de Su expiación.
Propósito y compromiso
Las palabras del lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico pueden ayudarnos a comprender y recordar quiénes somos y por qué estamos aquí, y ayudarnos a andar por la senda de los convenios. Esas palabras también nos pueden ayudar a entender que cada día es parte de la travesía de mejorar a medida que nos esforzamos por actuar mejor y ser mejores que nunca. Porque, en verdad, somos hijos de un Padre Celestial que nos conoce y nos ama.
Durante una reunión de liderazgo en una conferencia general hace algunos años, se hizo una pregunta sobre cómo ayudar a los miembros [hombres jóvenes] que luchan con desafíos personales. El entonces élder Nelson dio una respuesta simple pero profunda: “Enséñenles su identidad y propósito”.
Cuando nos hallemos en un momento de tentación o nos sintamos mal, podemos dar un paso atrás y pensar en las palabras de este lema. Estas palabras son poderosas, y nos pueden elevar hacia un lugar más alto y santo. Ya sea que estemos en casa, en la escuela, con nuestros amigos o en el trabajo, podemos recurrir a las palabras de este lema para ayudarnos a tomar las decisiones correctas y traer el Espíritu a nuestras vidas.
Una hermandad global
El Salvador dijo: “Si no sois uno, no sois míos” (Doctrina y Convenios 38:27). Este lema ayuda a acercar a una hermandad mundial compuesta por aquellos que poseen el Sacerdocio Aarónico a la fortaleza que se encuentra en un cuórum. Nuestro deseo es que esto ayude a unir a los cuórums en amor y compromiso mutuos. Esta es una de las cosas más importantes que podemos hacer a medida que nos ayudamos unos a otros a andar por la senda de los convenios.
En nuestras visitas por todo el mundo, hemos visto a los hombres jóvenes y a sus líderes recitar pasajes tales como el Estandarte de la Verdad y Doctrina y Convenios sección 4 en sus cuórums del Sacerdocio Aarónico. Los misioneros en todo el mundo obtienen fortaleza al recitar el propósito misional y Doctrina y Convenios sección 4. Ahora, los hombres jóvenes en todo el mundo pueden incrementar su unidad al recitar un lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico.
Cuando los hombres jóvenes se ponen de pie y recitan el nuevo lema de los cuórums del Sacerdocio Aarónico, prácticamente están uniendo sus brazos unos con otros en una hermandad mundial que está expresando su compromiso por seguir al Salvador.
Una invitación
Alentamos a los miembros de la Iglesia a estudiar las palabras del lema en sus familias. Quizás puedan hacer una noche de hogar para estudiar cada párrafo. Como sucede con las bendiciones patriarcales, vendrán diferentes mensajes e impresiones en diferentes momentos.
Este lema puede servir de herramienta para que los padres hablen con sus hombres jóvenes. Comiencen conversaciones sobre cómo usar el sacerdocio para bendecir su hogar y su familia y lo que significa ser un misionero diligente, un esposo fiel y un padre amoroso.
Invitamos a los hombres jóvenes a recitar el lema en cada reunión de cuórum. Consideren tener una copia a la vista en su habitación o en otro lugar en el que puedan leerlo a menudo. También invitamos a las presidencias de cuórums a enseñar a sus cuórums sobre la doctrina que se encuentra en el lema. (Pronto se pondrán a disposición recursos para ayudar en este aspecto.)
A medida que estudiemos el lema y permitamos que las palabras se arraiguen en nuestros corazones y mentes, el Espíritu nos testificará de quiénes somos en verdad y en quiénes desea el Padre Celestial que nos convirtamos.