SINGAPUR — Al comenzar a llover en la República de Singapur, AC y Helen Ho dan la bienvenida a visitantes en su hogar, en esta próspera y multicultural ciudad. Localizada en el corazón del sureste de Asia, entre Malasia e Indonesia, altos edificios y un muelle lleno de grandes barcos cargueros con contenedores y cajas de carga esbozan la floreciente economía de esta nación-isla.
AC Ho describe a su ciudad de “rápido movimiento progresivo”, donde la gente de “diferentes religiones, diferentes culturas y diferentes razas viven en armonía”.
Han pasado 50 años desde que dos misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tocaron a la puerta de Ho; creyendo que eran vendedores de libros, y sabiendo de la afición de su esposo por la lectura, Helen Ho los invitó a regresar.
La pareja, que tenía muy pocos antecedentes del cristianismo, se unió a la Iglesia seis meses después, el 25 de enero de 1970 — solo meses después de que el entonces élder Ezra Taft Benson ofreciera una oración de “paz, prosperidad y libertad” para la tierra y el pueblo de esta nación.
En los primeros años, un puñado de miembros de la Iglesia se reunían temporalmente en lugares por toda la ciudad, dijo AC Ho. “En aquellos días tratábamos solamente de aprender acerca de la doctrina y de cómo funcionaba la Iglesia; y hoy estamos completamente desarrollados con estacas y líderes fuertes. … Hemos crecido. Somos conocidos por el gobierno como una Iglesia que apoya, y que sale de lo convencional para hacerse de amigos en otros grupos religiosos. Hemos recorrido un largo camino”.
Emoción por el futuro
En contraste con esas pequeñas y humildes reuniones de hace 50 años, los Santos de los Últimos Días llenan la capilla y los salones adyacentes en el Centro de Estaca Singapur Bukit Timah, aquí, el miércoles 20 de noviembre, para dar la bienvenida a Singapur al presidente Russell M. Nelson, durante su gira ministrante al sureste de Asia, que incluyó visitas a cuatro países en siete días.
“Ahora, no es para nosotros solo un tiempo de mirar hacia atrás, sino también es un tiempo de que veamos hacia el futuro, con emoción”, dijo el presidente Nelson.
Presidente Nelson estuvo en Singapur acompañado de su esposa, la hermana Wendy Nelson; del élder D. Todd Christofferson y su esposa, la hermana Kathy Christofferson; del élder David F. Evans, presidente del Área Asia y setenta autoridad general, y de su esposa, la hermana Mary Evans; y del élder Peter F. Meurs, un setenta autoridad general.
El presidente Nelson visitó Singapur por primera vez en 1966, como un cirujano del corazón, justo después de que esta nación llegara a ser una república independiente en 1965.
En su oración para esta nación — que el presidente Nelson dijo que llegó a ser un punto de apertura para el sureste de Asia — élder Benson vislumbró el futuro de Singapur. “Padre, sentimos que debemos pedir una bendición adicional para esta tierra: que en su debido curso esta nación pueda servir como un centro desde el cual el Evangelio sea dirigido a otras tierras que sean el medio de esparcir, aun más allá de esta nación, las verdades del sempiterno Evangelio, y la edificación de Tu Reino entre Tus hijos”.
A principios de este año, AC y Helen Ho organizaron una reunión del 50 aniversario “para recordar lo que hemos hecho en el pasado y lo que ha pasado desde aquéllos primeros días”.
Los nietos de los Ho asistieron a la reunión con el presidente Nelson. La visita de él dio a los miembros aquí la “confianza de que lo que la Iglesia está enseñando es verdad, que cada uno de nosotros es importante”.
AC Ho dijo que el presidente Nelson es alguien que ama a las personas como Cristo lo hizo. Se siente agradecido (AC) por el tiempo que se tomó de viajar al sureste de Asia “para darnos de su presencia, y su presencia significa mucho para nosotros”.
“Al estar aquí hoy con nosotros, usted nos está confirmando que somos una familia”.
Familias miembros de tres generaciones
En un pequeño salón atrás del Centro de Estaca Bukit Timah, dos familias miembros de tres generaciones representan la gran fortaleza de la Iglesia en Singapur.
Para reunirse con el presidente Nelson, Hailey, de 7 años, Robin, de 5 y Danielle Lim, de 3, se sientan junto a sus padres, Lim Yi y Germaine Yee, y junto con sus respectivos abuelos: AC Lim y Lilian Lim; y Yee Wing Kong y Jean Yee.
También en espera de reunirse con el profeta, Ian, de 6 años y Tate Chan, de 3, están con sus padres: Paul Chan y Jermaine Chua, y con sus abuelos: Charlie y Sarah Chan.
Cuando el presidente Nelson entra al salón, él inmediatamente envuelve a Tate Chan entre sus brazos. Mientras los rodean los niños, el presidente y la hermana Nelson los invitan a cantar “Soy un hijo de Dios”.
Muchos en el salón hablan acerca de la bendición que es en sus vidas la Iglesia restaurada, y en las vidas de su posteridad.
Cuando era joven, Lim Yi temporalmente perdió la ruta en el camino de los convenios. Y fue su abuela, una cristiana, que lo invitó a “poner a Jesús en primer lugar”.
“Le prometí que regresaría a la Iglesia la siguiente semana”, dijo él.
Y regresó a la Iglesia en un día que era el Año Nuevo Chino. Su futura esposa estaba entre la congregación. Sus hijos ahora se regocijan con todos los frutos del Evangelio, dijo él.
“Puedo sentir el amor del presidente Nelson”, dijo Jean Ye. “Él está tan lejos y aún así nos tiene presentes; viajó muchos kilómetros a Asia para darnos de su tiempo”.
El evangelio en su plenitud
“Hace cerca de 200 años — en 1820 — Dios el Padre y Su amado Hijo, Jesucristo, aparecieron al Profeta José Smith para inaugurar la Restauración de la plenitud del Evangelio”, dijo el presidente Nelson. “Solo piensen en esos 200 años de crecimiento y progreso increíbles que empezaron con aquélla Primea Visión”.
Hoy, continuó el presidente Nelson, esa Restauración sigue en marcha, todavía desplegándose. “Eso es una bendición para cada uno de nosotros, y especialmente para nuestras familias”.
Con esperanza en el futuro, el presidente Nelson habló acerca de los 166 templos de la Iglesia en todo el mundo. “La fortaleza de la Iglesia viene de las familias fuertes; las buenas familias vienen de la investidura y las bendiciones del templo”, dijo él.
Y entonces agregó para deleite de la congregación: “Ahora, ustedes tal vez se pregunten si el presidente de la Iglesia va a decir algo acerca de un templo en Singapur, y eso es todo lo que voy a decir, pero les puedo comentar que: anhelamos el día en que tengamos un templo en Singapur.”
Presidente Nelson pidió a la congregación comunicarse con su Padre Celestial en oración, leer las Escrituras y enseñar la importancia de la restauración del Sacerdocio. Les pidió vivir la Palabra de Sabiduría, pagar sus diezmos y obtener una educación.
“El Padre Celestial ha declarado que esta es Su obra y Su gloria, el llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna de Sus hijos. Ambos objetivos fueron posibles por la expiación de Jesucristo”.
Le pidió a la congregación dejar que las bendiciones del templo sean el objetivo supremo para sus familias. “Yo oro por el día en que tengamos un templo aquí en Singapur”, dijo.
Vivir ‘en tiempos maravillosos’
Élder Christofferson habló de vivir “en tiempos maravillosos”, la grande y última dispensación del Evangelio. “Esta es la primera dispensación que no terminará en apostasía, sino con éxito — la única dispensación que cumple totalmente el propósito del Señor y que prepara Su Segunda Venida. Que bendición es vivir en este tiempo”.
Hermana Christofferson dijo a los jóvenes y a los jóvenes adultos que ellos harán decisiones en su vida que afectarán a su posteridad. “La fe de sus padres será lo que ustedes llevarán consigo, será lo que ustedes verán y dirán: ‘Yo sé quien soy y lo que es mi DNA porque esto es lo que mi familia hace… Y entiendo lo que significa ser un discípulo de Jesucristo porque los he observado’”.
Élder Evans dijo que él espera que la congregación entienda que el éxito de Singapur, y el éxito de los logros personales — aunque son maravillosos — “no proporcionan finalmente la mayor felicidad y el gozo de la vida”.
La Proclamación sobre La Familia ayuda a los Santos de los Últimos Días a darse cuenta de que el matrimonio celestial trae mayores posibilidades de felicidad, más que cualquier otra relación, dijo él.
Hermana Evans habló acerca de haber visto, como niña, al profeta David O. McKay. “No recuerdo nada de lo que él dijo, pero recuerdo bien cómo me sentí al ver al profeta”.
Élder Meurs habló de la transformación que está teniendo lugar en la Iglesia, en esta Área, donde solo apenas hace cinco décadas la Iglesia estaba formada principalmente por adultos solteros jóvenes. Y ahora incluye a hermosas familias de miembros multi-generacionales.
Eso es algo que AC Ho expresó también. Mirando a través de su ventana los modernos rascacielos de Singapur, y contemplando los 50 años de la Iglesia en esta vibrante ciudad, él dijo: “Las bendiciones que hemos recibido como miembros de la Iglesia han sido formidables”.