HANÓI, VIETNAM — Aunque los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aquí son pocos, están teniendo un impacto significativo en esta vibrante nación asiática, dijo el presidente Russell M. Nelson.
El presidente Nelson viajó 12 111 kilómetros por el mundo para dirigir la palabra a un grupo de 432 Santos de los Últimos Días en Hanói, Vietnam, el domingo 17 de noviembre por la noche, en la primera parada de su ministerio de siete días a lo largo de cuatro países en el sudeste de Asia.
La reunión fue muy diferente a los estadios y centros de convenciones llenos de decenas de miles de Santos de los Últimos Días en las grandes reuniones que han definido al ministerio mundial del presidente Nelson previamente.
“Es una inversión”, dijo el presidente Nelson. “Comienzas con un pequeño número y lo nutres”.
Al mirar a una congregación de jóvenes adultos solteros y algunas familias jóvenes, el élder D. Todd Christofferson, que acompañó al presidente Nelson al sudeste de Asia, dijo que sintió “una sensación de futuro”.
“La Iglesia es joven”, dijo el élder Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Pero es vibrante.…
“El Señor en verdad se acuerda de los miembros de la Iglesia aquí. Son cruciales para el futuro. Son pioneros”.
El presiente Nelson participará de un segundo devocional vietnamita el lunes 18 de noviembre, en el sur de Vietnam, en la Ciudad Ho Chi Minh — que, junto a Hanói, es una de las dos áreas fuertes en esta nación.
El élder Christofferson dijo que el hecho de que el presidente de la Iglesia haya venido a ver a un grupo relativamente pequeño de Santos de los Últimos Días en Vietnam envía un “importante mensaje”, “y con su presencia él les dijo: ‘Ustedes son importantes. Están en nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras oraciones. El Señor se acuerda de ustedes. Nosotros los tenemos presentes’”.
Esta es una “tierna época, un comienzo para la Iglesia aquí”, dijo él. “Pero sucederá. Crecerá. Será fuerte”.
Primer viaje a Vietnam
La visita marca el primer viaje del presidente Nelson a Vietnam, una “tierra especial” donde el presidente Gordon B. Hinckley ofreció “una importante oración” en 1966. Pidiéndole al Señor que “derrame (Su) Espíritu” en la tierra, el presidente Hinckley volvió a Vietnam en 1996 y ofreció una oración adicional a la oración original. El Gobierno vietnamita y la organización benéfica Latter-day Saint Charities han trabajado juntos desde 2003, distribuyendo miles de sillas de ruedas y patrocinando proyectos de visión y agua potable, entrenamientos de resucitación de recién nacidos y respuestas a emergencias en el país.
El presidente Nelson se reunió en Salt Lake City el pasado verano con una delegación dirigida por el Comité de Asuntos Religiosos de Vietnam.
“Les extendimos una cálida bienvenida. Nos invitaron a venir a visitarlos. Así que, aquí estamos”, dijo él. “Les expreso nuestra gratitud sincera a los líderes del Gobierno y a todos los líderes de Vietnam por la oportunidad de que nuestros miembros de la Iglesia adoren aquí de forma digna”.
El domingo por la noche, el presidente Nelson y el élder Christofferson usaron pequeños prendedores — símbolos de la ciudad de Hanói — que les regaló un líder del Gobierno local.
El presidente Nelson dijo que, durante la velada, sintió la influencia del presidente Hinckley — quien “tenía tanta afinidad por este lugar”.
“Él pudo prever lo que nosotros estamos viendo esta noche”, dijo él.
‘Sentimos su gozo’
Los miembros de un pequeño coro cantaron durante la velada. Las mujeres vestían Áo Dàis rojos y los hombres corbatas rojas en combinación con ellas.
Acompañado por su esposa, la hermana Wendy Nelson, el presidente Nelson dijo que fue un gran gozo observar a la congregación.
En esta nación, lo antiguo y lo nuevo se fusionan, representando un pasado histórico y una economía moderna en progreso.
Reconociendo que algunos pueden haber pasado por momentos difíciles en el pasado, incluido el abuso o maltrato, la hermana Nelson dijo: “Sentimos su gozo — aun en medio de situaciones realmente duras en sus vidas. … Nos sentimos humildes de estar en su presencia. Nos hacen desear ser mejores y hacer más”.
También participaron en el devocional el élder Christofferson y su esposa, la hermana Kathy Christofferson; el élder David F. Evans, setenta autoridad general y presidente del Área Asia, y su esposa, la hermana Mary S. Evans; y el élder David P. Homer, setenta autoridad general y consejero en la presidencia del Área Asia, y su esposa, la hermana Nancy D. Homer.
Durante sus palabras, el élder Christofferson agradeció a la congregación por su servicio, amor y sacrificio. “Estamos agradecidos por el gozo que traen a los demás”, dijo él. “Nos representan muy bien”.
La hermana Christofferson le recordó a la congregación que el año pasado el presidente Nelson invitó a todos los jóvenes de la Iglesia a unirse “al desafío más grande, la causa más sublime y la obra más grandiosa” de la tierra hoy en día, la de recoger a Israel.
“Ustedes, jóvenes, pueden ser una gran fuente de bien en las vidas de quienes los rodean”, dijo ella. “Ustedes conocen las grandes verdades del evangelio que traen tanta paz, gozo y felicidad a sus vidas”.
El élder Evans también elogió a los jóvenes Santos de los Últimos Días vietnamitas. “Nunca he estado con un grupo de jóvenes que pongan su confianza en Dios tal como ustedes”, dijo él.
La hermana Evans recuerda haber vislumbrado al presidente David O. McKay de niña, cuando él dedicó un nuevo centro de reuniones cerca de su hogar.
“Esta noche, estamos aquí con el presidente Nelson y el élder Christofferson”, dijo ella. “Estamos en presencia de profetas”.
El élder Homer contó la leyenda del Emperador Hùng Vương, que tenía muchos hijos. El emperador les dijo a sus hijos que quien le trajera la comida más especial e inusual sería el nuevo emperador. Uno de los hijos fue premiado cuando trajo “las más básicas y puras” tartas de arroz.
“A veces, las cosas simples y básicas son las mejores”, dijo él.
La hermana Homer dijo que, mientras leía el Libro de Mormón recientemente, una palabra le llamó la atención: dispuesto. “Estar dispuesto es una actitud”, dijo ella. “Describe a alguien que está ansioso y listo para hacer algo. … Estar dispuesto conlleva un sacrificio, pero siempre vale la pena”.
La Iglesia ‘cambió mi vida’
Giang Truong Le, 22 años, de la Rama Hai Bà Trưng en Hanói, se unió a la Iglesia hace dos años, luego de asistir a las clases de inglés que enseñaba una pareja de misioneros adultos. Le no podía quitarse el sentimiento de que se conocían desde hacía mucho tiempo. Entró a las aguas del bautismo el 17 de junio de 2017, y salió del agua envuelto en un sentimiento de paz. “Ha cambiado mi vida”, dijo él.
La Iglesia también está impactando las vidas de otra gente en este país de 97 millones de personas. “La asistencia a la reunión sacramental sigue aumentando”, dijo él. “Tenemos un montón de jóvenes adultos solteros que son fieles y activos en la Iglesia”.
Quing Cio se unió a la Iglesia hace siete años. Se casó con Nhung Phin; están criando a su hija de 3 meses, Han, en la Iglesia.
“La reunión con el presidente Nelson es muy importante para nosotros porque podremos escuchar al profeta”, dijo él. “Comenzamos aquí. Que nos hable es una motivación”.
En esta nación donde la Iglesia es muy joven, las cosas son difíciles, añadió él.
El presidente Nelson nos trajo “revelación importante para que edifiquemos la Iglesia aquí, para que sigamos intentando”.
El élder Christofferson comparó a Giang Le y a familias como Quing Cio y Nhung Phin en Vietnam a la levadura del pan. Solo se necesita una pequeña cantidad para hacer una gran diferencia.
“Somos la levadura del pan, en lugar del pan”, dijo él.
“Pueden sentirlo, ¿no es así? — lo que viene debido a su influencia en esta sociedad, en esta nación”.
Hablando sobre la Iglesia en Vietnam, el presidente Nelson añadió: “La obra es eterna. Será fascinante ver el progreso de la Iglesia desde su infancia hasta su madurez en esta nación”.