Toni Sleight y su esposo, Thomas, recibieron un sobre mientras estaban sentados en el banco antes de la reunión sacramental.
Dentro había una invitación para que la pareja mayor formara parte del curso de finanzas personales, uno de cuatro programas de autosuficiencia que ha desarrollado la Iglesia para ayudar a los miembros con las necesidades espirituales y temporales de la vida.
En un principio, Toni Sleight, de 70 años, se resistió a la idea. ¿Por qué ellos? ¿Qué tal si tenía que compartir los detalles vergonzosos de su situación financiera? Ella no quería que las personas supieran esos detalles. También era un compromiso de tiempo considerable, dos horas a la semana por 12 semanas. Era demasiado.
Entonces Toni Sleight consideró la alternativa: más noches en vela dando vueltas en la cama, preocupada por su situación. Ella se había jubilado hace cuatro años, y se habían mudado a una casa más pequeña en Garland, Utah. Pero los problemas de salud de su esposo de 73 años alteraron sus planes y se vieron forzados a dirigirse a su obispo para pedir ayuda.
Sus perspectivas a largo plazo eran desalentadoras. Su esposo no podía trabajar. Ella no tenía una licencia de conducir y ¿quién la iba a contratar a su edad? Estaba claro que necesitaban ayuda.
Confiando en que su obispo entendía su situación, Toni Sleight se hizo fuerte y aceptó la invitación, una decisión que ha cambiado todo para ella y para su esposo.
“La fe me llevó a aceptar la oportunidad y el curso me ayudó a tener la fe de que lo podía lograr”, dijo Toni Sleight. “La autosuficiencia me ha cambiado. Mi fe ha sido fortalecida porque sé que soy capaz de mucho más que antes. Hay paz y un sentido de gratitud que viene con todo esto”.
Sleight es solo una de cientos de miles de vidas que se han bendecido y enriquecido por medio de la iniciativa de autosuficiencia de la Iglesia. El servir como facilitadora no solo ha ayudado a otra mujer a regresar a la actividad, sino que también resultó en que ella y su esposo se sellaran en el templo.
El élder Michael Ringwood, un Setenta Autoridad General y director ejecutivo de los Servicios de Autosuficiencia de la Iglesia, dijo que desde que comenzaron a llevar un registro en 2015, los cuatro programas de Finanzas personales, Buscar un empleo, Educación para un mejor empleo, y Cómo iniciar y hacer crecer un negocio, han ayudado a más de 670 000 personas en todo el mundo.
"Para mí, esta es una de las cosas más extraordinarias que he visto que hace la Iglesia", dijo el Elder Ringwood. "Una de las bendiciones para mí es ver a las personas en todo el mundo que están dispuestas a ayudarse unos a otros, dispuestos a ministrar unos a otros de una manera que permite a las personas valerse por sí mismos. Permite a las personas llegar a un nivel espiritual diferente en su relación con el Padre Celestial y con el Salvador. Ayuda a aligerar la carga de los obispos".
La iniciativa de autosuficiencia, desarrollada por la Iglesia hace menos de cinco años, funciona bajo la dirección de líderes locales del sacerdocio. Se invita o alienta a que los miembros asistan a uno de los cuatro cursos de 12 semanas en los que aprenden a practicar principios de fe, trabajo arduo, educación y confianza en el Señor. Cada participante es responsable ante los otros miembros de su grupo y en el proceso reciben lo que el presidente Gordon B. Hinckley dijo que cada converso necesita: un amigo, una responsabilidad y ser nutridos por la buena palabra de Dios, dijo el élder Ringwood.
La iniciativa está marcando una diferencia. Por medio de una encuesta para dar seguimiento al progreso de los graduados seis meses después de haber completado el curso entre enero de 2016 y junio de 2018, la Iglesia aprendió que:
- el 41 por ciento mejoró su capacidad de valerse por sí mismos y por sus familias para las necesidades de la vida.
- el 61 por ciento mejoró su capacidad de trabajar directamente con el Señor para solucionar sus propios problemas.
- el 40 por ciento aumentó sus ingresos.
- el 38 por ciento aumentó sus ahorros.
- el 59 por ciento disminuyó sus deudas del consumidor pendientes.
Al dar seguimiento a los resultados de los grupos en particular seis meses después de haber completado el curso entre enero de 2016 y junio de 2018, la Iglesia encontró que:
- el 61 por ciento inició o hizo crecer su propio negocio.
- el 47 por ciento encontró un empleo nuevo o mejor.
- el 52 por ciento entró a una nueva escuela o programa de educación.
- el 58 por ciento de las personas que no tenían un presupuesto antes de asistir al curso ahora lo tienen y lo utilizan.
Al comunicar las muchas historias de éxito temporales, muchos también han indicado un cambio espiritual, dijo el élder Ringwood.
“Siempre incluyen lo que les sucedió espiritualmente. Lo llamamos autosuficiencia temporal y espiritual, pero en realidad nos concentramos en las personas que necesitan una educación, que necesitan empleos, que necesitan iniciar o hacer crecer un negocio y que necesitan ayuda al manejar sus finanzas. Por eso existimos, para ayudar a esas personas”, dijo el élder Ringwood. “Pero es alentador que las personas compartan el efecto que ha tenido para ellos de forma espiritual. Lo escuchamos todo el tiempo: ‘No tenía idea que al Padre Celestial le importara mi empleo’, o ‘No tenía idea que a Él le importara mi educación’. Ellos comienzan a orar, reflexionar y trabajar juntos, y es maravilloso lo que les ocurre espiritual y personalmente”.
A medida que el programa de autosuficiencia sigue creciendo, el élder Ringwood espera que se pueda utilizar como una herramienta para ministrar.
"Esta es una de muchas herramientas que la Iglesia tiene que realmente ayudan a un hermano o hermana ministrante a ministrar”, dijo el élder Ringwood. “Por ejemplo, visitan a una familia y se enteran que ellos tienen dificultades con sus finanzas. Una excelente oportunidad para ministrar sería invitarlos a que vayan con ellos a esta clase. Pueden darles una herramienta que les ayuda a satisfacer sus necesidades”.
Para Carol Hyatt, el prestar servicio como facilitadora de autosuficiencia en su barrio de Oregón cambió su vida.
Después de más de 40 años de haberse alejado de la Iglesia, Carol y Ted Hyatt comenzaron su regreso. Ya que tanto él como su esposa tenían 70 y tantos años, Ted Hyatt sintió la urgencia de sellarse a su esposa en el templo, pero ella tenía dudas en cuanto a pagar diezmo y no estaba lista. De hecho, ella le dijo a su obispo que no le pidiera discursar o aceptar un llamamiento. Ella solo quería asistir a la Iglesia por un tiempo, dijo ella.
Su obispo, Todd A. Josi, conocía a la pareja desde que era un niño. Él estaba emocionado de verlos regresar a la Iglesia y no quería precipitar las cosas. Un día, mientras estaba en un largo viaje, el obispo tuvo una fuerte impresión de que si le pedía a Carol Hyatt prestar servicio como facilitadora, eso solucionaría sus dudas en cuanto al diezmo, dijo él.
En un principio, Carol Hyatt se mostraba reticente. Ella se considera una persona tímida y le resulta incómodo estar en frente de las personas. Pero cuando se dio cuenta que no tenía que enseñar, solo dirigir una conversación, ella aceptó hacerlo.
"A veces te encuentras en el lugar indicado en el momento indicado", dijo Carol Hyatt. "Era el grupo y el momento indicado para mí. Ellos me ayudaron a recuperar mi fe que necesitaba para pagar diezmo".
Durante sus conversaciones, Carol Hyatt se dio cuenta que ella era la única en el grupo que no pagaba diezmo. Los miembros del grupo compartieron sus experiencias y sus testimonios sobre el diezmo y para la semana 11 del curso, Carol Hyatt le dijo al obispo Josi que estaba lista para pagar su diezmo, dijo ella.
El 26 de mayo, un día después de su aniversario de boda número 58, Ted y Carol Hyatt se sellaron en el Templo de Portland, Oregón. Compartieron ese día especial con los miembros del grupo de finanzas personales de Carol, el obispo Josi y otros amigos del barrio.
“Fue increíble”, dijo Carol Hyatt. “Fue muy emotivo para nosotros que la clase haya estado allí para apoyarnos. Estuvimos encantados de que pudieran haber estado todos allí”.
El obispo Josi dijo que ver cómo se desarrolló la experiencia fue una “experiencia espiritual y maravillosa”. También fue lindo ver el vínculo especial que formó el grupo durante el transcurso del curso.
“El Padre Celestial sabía justo lo que ella necesitaba y cómo tenía que ocurrir”, dijo el obispo Josi. “Lo diseñó perfectamente para ella. Ella es una persona especial”.
Hablando del programa de autosuficiencia en general, el obispo Josi observó que él solía tener una fila afuera de su oficina de personas con problemas de bienestar. A medida que cada una ha aceptado la invitación de participar en el programa de autosuficiencia, la línea ha desaparecido gradualmente, dijo él.
“Ya no están”, dijo el obispo Josi. “Ese programa me ha quitado un gran peso de encima como obispo. No lo puedo poner en palabras. El programa es hermoso”.
El seguir los principios de autosuficiencia también ha causado una mejor situación para Toni y Thomas Sleight.
Después de completar el curso, Toni Sleight encontró un empleo en Logan, a 30 minutos de su casa en auto. Ya que no tenía una licencia de conducir, los miembros del barrio que trabajaban cerca de ella y su esposo la llevaban y la traían del trabajo. Después se presentó la oportunidad de trabajar en un supermercado cerca de casa como cajera, lo cual eliminó el gasto de transporte. Su esposo ha bajado de peso y se siente mejor ahora. Con los ingresos adicionales que proporciona su empleo, el futuro se ve más prometedor, dijo ella.
Su obispo, Bradley Rhodes, ve un cambio positivo en su semblante.
"Estaban bastante derrotados", dijo el obispo Rhodes. "Ahora hay luz y esperanza en su semblante, no solo para su futuro y situación familiar, pero lo veo aquí también. Ella tiene confianza. Ella tiene luz y felicidad que no tenía antes".
Aprenda más sobre la iniciativa de autosuficiencia al visitar LDS.org.