Cuando el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió el discurso que preparó para el Seminario para Nuevos Líderes de Misión 2023, señaló que se sintió impresionado de abordar tres preguntas importantes.
Inmediatamente me llamó la atención el hecho de que las preguntas eran para los nuevos líderes de misión, pero me parecían relevantes para mí, o para cualquier persona que acepte un llamado para servir en cualquier capacidad en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Las preguntas no solo trataban de por qué se le pide a una persona que deje de lado las obligaciones comerciales, educativas, comunitarias y familiares, sino que también detallan la capacidad de una persona para tener éxito en el servicio del Señor y la profunda amistad y el amor duradero que se produce cuando los hijos de Dios sirven juntos.
Después de su discurso, el élder Andersen tuvo la amabilidad de compartir sus notas conmigo. La página se titulaba “Notas para el Seminario”. Las notas habían sido escritas a las 3 de la mañana de ese día.
Las siguientes son las preguntas que compartió:
¿Por qué hemos sido llamados como líderes de misión?
El élder Andersen dijo que un llamado sagrado “de esta magnitud, con la responsabilidad espiritual que lo acompaña, está ligado, en primer lugar, a quién es usted”. El llamamiento sigue el modelo espiritual registrado en Alma 13:3: “habiendo sido llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios, por causa de su fe excepcional y buenas obras, habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el mal; por lo que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande, son llamados con un santo llamamiento”.
Los líderes de misión, dijo, también han demostrado por sus deseos, decisiones y sacrificios que son verdaderos discípulos del Señor Jesucristo. Sean cuales sean, “sus sacrificios son aceptables para el Señor, y Él los ha llamado a Su obra sagrada”, dijo el élder Andersen.
¿Puedo hacer esto? ¿Serán mis esfuerzos aceptables para el Señor?
La respuesta, dijo, “es un rotundo sí”.
“A los ojos del mundo, somos débiles y sencillos”, dijo el élder Andersen. “Cada uno de nosotros. Pero el Señor ha prometido: ‘Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días.... Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que el hombre no ... ponga su confianza en el brazo de la carne;’ (Doctrina y Convenios 1:4, 19)”.
El élder Andersen dijo: “El Señor, a través del maravilloso don de Su poder capacitador de Su sacrificio expiatorio, expandirá sus talentos y elevará sus capacidades. El don de la revelación los bendecirá todos los días”.
¿Por qué los líderes de misión y sus misioneros tienen una conexión especial?
Haciendo referencia a una presentación dada en el Seminario para Nuevos Líderes de Misión por el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el élder Andersen les dijo a los nuevos líderes de misión durante sus comentarios que mientras sirven, decenas de misioneros “abrirán sus corazones a ustedes y al Señor. Les enseñarán de Jesucristo y de sus incomparables dones. Adoptarán estas enseñanzas y guiarán a muchos al Salvador. Las cosas que aprendan de ustedes mientras los observan y los escuchan nunca los abandonará. ... Ellos los amarán. Ustedes los amarán. Ese amor se expandirá y crecerá a medida que vean su efecto en sus vidas y en las vidas de sus familias”.
La historia del élder Andersen
Las enseñanzas del élder Andersen se reflejan en su propia historia misional.
Criado en una granja en Idaho, el élder Andersen fue llamado como misionero a Francia, donde sirvió de 1970 a 1972. Hay una fotografía del tiempo del élder Andersen en Francia; está sentado en una bicicleta con los pies en el manubrio. Hay agujeros en ambos zapatos (en inglés).
Años más tarde, de 1989 a 1992, el élder Andersen y su esposa, la hermana Kathy Andersen, regresaron a Francia con su joven familia. El élder Andersen presidió la Misión Francia Burdeos, la misión donde sirvió como joven misionero. Tenía solo 37 años.
Más tarde serviría en la presidencia del Área Europa de la Iglesia y participaría en la dedicación del Templo de Paris, Francia.
Uno de los misioneros de Burdeos, Kurt Christensen, habló de la influencia del élder Andersen en su propia vida durante el seminario de liderazgo misional. “Solo puedo explicar mi relación con el presidente y la hermana Andersen como sentimientos espirituales profundos”, dijo. Además de su propio padre, “ningún otro hombre ha tenido una mejor influencia o una mayor influencia para bien en mi fe y en mi vida que el presidente Andersen”.
Lo más probable es que el élder Andersen experimentó las respuestas a las preguntas inspiradas que compartió en el seminario de liderazgo misional cuando era misionero y luego líder misional.
Después de recibir su llamamiento misional a los 19 años, el élder Andersen oró: “Padre Celestial, ¿cómo puedo servir en una misión si sé tan poco?”. La respuesta que recibió (en inglés) del Cielo es una para todos los que contemplamos el servicio en la Iglesia del Señor.
“No lo sabes todo, pero sabes lo suficiente”.
