Después de tomarse dos meses de descanso de las asignaciones y reuniones oficiales de la Iglesia para enfocarse en su salud, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, está lentamente regresando a sus asignaciones.
El élder Holland escribió en Facebook, Instagram y Twitter cómo ha estado ausente debido a algunos problemas graves de salud. Dijo que él y su esposa, la hermana Patricia T. Holland, se sintieron conmovidos por las tarjetas, las notas, los pensamientos y especialmente por las oraciones que las personas ofrecieron en su favor.
“Sus dulces gestos durante este tiempo desafiante nos han recordado que Dios vela por nosotros, que siempre podemos confiar en Él y que Él contesta nuestras oraciones muy a menudo por medio de otras personas”, escribió el élder Holland.
Él dijo que a menudo son los momentos difíciles y exigentes de la vida los períodos de crecimiento y los períodos decisivos.
“En los días en que sentimos que se nos ha empujado al límite, se nos recuerda que no seremos empujados más allá de nuestra fe”, dijo. “No descubriremos cuánta fortaleza tenemos hasta que esta se pruebe, se refine y se vuelva a probar”.
El élder Holland ha estado lidiando con una afección renal y se sometió a diálisis, explicó una declaración de la Iglesia el 6 de abril. Tampoco asistió a ninguna sesión de la conferencia general de abril de 2023 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días después de que él y su esposa fueran diagnosticado con COVID-19.
Su ausencia de las asignaciones y reuniones de la Iglesia por un período de tiempo fue para permitir que sus tratamientos médicos y su recuperación surtieran efecto.
El élder Holland escribió en las redes sociales el 1 de abril que se perdería la conferencia general por primera vez y que estaría mirandola tomado de la mano de su esposa. También aprovechó la oportunidad para testificar de Jesucristo el fin de semana del Domingo de Ramos y avanzando hacia la Semana Santa.
“Espero que se unan a mí para reconocer y apreciar que todos los pecados y dolores, toda desilusión y depresión, toda tentación y todas las lágrimas pueden ser superadas mediante la divinidad, el sacrificio expiatorio y la resurrección triunfante del Señor Jesucristo”.