Los misioneros retornados pueden hacer la diferencia en la vida de los jóvenes.
Un obispo compartió con nosotros cómo llamó a un misionero recién regresado como asesor de los Hombres Jóvenes, aunque sabía que este joven adulto estaría en el barrio poco tiempo antes de irse a la escuela.
El miércoles siguiente, el misionero retornado llevaba a un grupo de jóvenes a una actividad y pasó el tiempo en el automóvil hablando de su misión. Uno de los jóvenes en el auto le dijo más tarde al obispo, “Cuando me subí al auto, no pensaba servir en una misión. Cuando salí del auto, sí”.
Deseamos ver que esa experiencia se repita en toda La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Con ese fin en mente, compartimos con ustedes tres preguntas que todo misionero retornado debe escuchar de sus presidentes de misión cuando regresan a casa, de los presidentes de estaca cuando son relevados y de obispos y padres que están ansiosos por ayudarlos a hacer una transición sin problemas a casa.
1. ¿Pasan tiempo en el templo?
Servir en el templo nos ayuda a tener presente nuestra relación de convenio con Dios y con Cristo. Además, el templo es el entorno ideal para centrarnos en el Salvador y buscar Su gracia — Su poder divino — en nuestra vida. No podemos edificar a otros si no estamos en un terreno más elevado. El templo es ese terreno más elevado.
2. ¿Cómo pueden ser mentores de jóvenes y niños en su barrio y familia?
No necesitamos una placa con nuestro nombre o un llamamiento para llegar a los jóvenes que necesitan buenos ejemplos y mentores. Los misioneros suelen viajar lejos de casa para enseñar a sus amigos. Cuando regresen a casa, encontrarán jóvenes que los necesitan al igual que esos amigos lejanos. Podemos aprender nombres y saludar a los jóvenes y niños antes y después de las reuniones. Los misioneros retornados pueden encontrar caminos a través de las barreras que los adolescentes a veces construyen a su alrededor tal como lo hicieron con los amigos que encontraron y enseñaron en sus misiones.
3. ¿Han considerado ser un consejero de PFJ?
Más de 122 000 adolescentes asistieron a las conferencias Para la Fortaleza de la Juventud en toda Norteamérica — 200 000 en todo el mundo — durante el verano pasado.
Cuando se les preguntó qué les gustaba más, las respuestas variaron desde juegos y bailes hasta reuniones de estudio de las Escrituras y testimonios. Sin embargo, una respuesta consistente en todos los casos es “¡Amamos a nuestros consejeros!”.
A los jóvenes les encanta tener “compañeros cercanos” a los que pueden tener como modelos a seguir. Los consejeros les ayudan a ver que pueden divertirse y vivir el Evangelio al mismo tiempo. Los consejeros aún son lo suficientemente jóvenes como para que sus palabras resuenen con los jóvenes. Los jóvenes saben que sus consejeros enfrentan los mismos desafíos y tentaciones que ellos, y eligen mantener la fe. Los adolescentes vuelven a casa después de PFJ diciendo: “Si mi consejero puede hacerlo, yo también”.
Los consejeros descubren que la experiencia tiene beneficios que va más allá de ayudar a los jóvenes. Les da la oportunidad de trabajar con más compañeros JAS que se convierten en buenos amigos. También encuentran felicidad y satisfacción teniendo un enfoque externo y dedicándose a algo más grande que ellos mismos.
Obtenga más información sobre cómo convertirse en un consejero de PFJ en ChurchofJesusChrist.org (en inglés).