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Ayudando a las personas sin hogar a navegar hacia nuevas oportunidades en el área de San Francisco

Los miembros de la Iglesia encuentran gozo en la preparación de nuevas viviendas de transición para las personas sin hogar cerca de Silicon Valley

Un nuevo refugio para ayudar a las personas sin hogar cerca de San Francisco, California, abrió sus puertas el martes, 18 de abril con la ayuda de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Según ChurchofJesusChrist.org (en inglés), la Iglesia y sus miembros contribuyeron financieramente y con horas de servicio para preparar el complejo de 240 camas para personas sin hogar. El objetivo del refugio, llamado Centro de Navegación, es ayudar a las personas que viven en las calles a mudarse a un lugar de alojamiento y hacer la transición a opciones de vivienda permanente, según LifeMoves (en inglés), una organización sin fines de lucro con la que la Iglesia se asoció para este proyecto.

Aubrey Merriman, CEO de LifeMoves, dijo: “La gente quiere ser parte de la solución. En general, las personas quieren pasar de estar al margen siendo espectadores a participar en el juego de cambiar vidas. Y de eso se trata hoy”.

Casi 150 Santos de los Últimos Días del área se encontraban entre los que buscaban dejar de ser espectadores y ser parte de la solución, ofreciéndose como voluntarios para terminar el centro durante las últimas dos semanas.

Los voluntarios ayudan a preparar el Navigation Center en el Condado de San Mateo para sus primeros residentes en Redwood City, California, el sábado, 15 de abril de 2023. | La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El presidente Philip Fletcher, segundo consejero de la presidencia de la Estaca Menlo Park, California, dijo que la Iglesia ha trabajado con LifeMoves en otros proyectos.

“De hecho, tenemos planes para que nuestros obispos sean capacitados por algunas de las personas que trabajan con aquellas personas que pasan por este centro, para que estemos conscientes de los recursos que están disponibles en la comunidad”, dijo.

Mary George, miembro de la Iglesia que vive en el área, ayudó a coordinar el trabajo voluntario de los miembros de la Iglesia. Ella dijo que el gozo llega tanto a los que sirven como a los que reciben el servicio.

“Los miembros, sin importar lo que estén haciendo, siempre tienen una sonrisa en la cara”, dijo ella. 

Kristine Taylor, otra voluntaria que ayudó a preparar el centro para su apertura, dijo que la comunidad también se beneficia del servicio.

“Creo que todos encuentran un gran gozo en ayudar a los demás, estar juntos y ver lo que podemos hacer como comunidad para ayudar a edificar a los demás”, dijo ella.

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