Esta es la segunda parte de una serie de dos partes. Lea la primera parte sobre cómo los Primeros Auxilios Psicológicos pueden ayudar a los líderes e individuos de la Iglesia a ser un apoyo para los demás durante una crisis.
En octubre de 2020, una misionera de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que servía en Suiza trágicamente resbaló y cayó, y murió en un accidente de senderismo mientras caminaba con otros cinco misioneros.
La tragedia afectó a muchas personas quienes necesitaron ayuda en la forma de Primeros Auxilios Psicológicos. Esta es una respuesta basada en evidencia que se desarrolló para satisfacer las necesidades inmediatas de una crisis.
Pero la supervisora de la agencia de Servicios Familiares de la Iglesia para Europa, María del Rocío Gutiérrez Ramírez, no contaba con un equipo de respuesta profesional ni con los recursos suficientes para desplegarse rápidamente en una crisis de este tipo.
Fue entonces cuando comenzó a intercambiar ideas con Kevin Broderick, el supervisor del programa de respuesta a emergencias de Servicios Familiares en las Oficinas Generales de la Iglesia en Salt Lake City.
“Kevin compartió con nosotros información y recursos asombrosos que habían desarrollado para brindar apoyo psicosocial a las personas en crisis”, dijo Gutiérrez.
Gutiérrez y el equipo de Servicios Familiares llevaron este cuidado de ministración especializado a un nivel superior, desarrollando un folleto publicado para el Área Europa (en inglés), que incluye la guía de análisis titulada ¿Cómo puedo ministrar a otros durante una crisis? y una guía de autoayuda llamada Enfrentando desafíos, así como guías para ayudar a niños y jóvenes a enfrentar desafíos.
Ahora están brindando capacitación en toda Europa para miembros y líderes de la Iglesia interesados en aprender cómo brindar atención emocional durante una crisis. Los cursos introductorios y una guía de análisis están disponibles en 14 idiomas europeos.
Europa también ha lidiado con grandes inundaciones en julio de 2021 y la actual crisis de refugiados causada por el conflicto en Ucrania. La capacitación para ministrar en crisis está ayudando a los miembros y líderes de la Iglesia a responder a las necesidades emocionales, espirituales y sociales inmediatas causadas por estos eventos.
El programa
El élder Mark Rencher y la hermana Lizbeth Rencher, una psicóloga licenciada con un doctorado, recibieron la tarea de implementar el programa con la ayuda de profesionales locales de la salud mental. Eran voluntarios de tiempo completo en la sede europea de la Iglesia en Fráncfort, Alemania.
“‘Ministrando en Crisis’ es un enfoque basado en el Evangelio para el apoyo psicosocial”, explicó el élder Rencher a la Sala de Prensa de la Iglesia en el Reino Unido (en inglés).
La hermana Rencher dijo: “A menudo, cuando interactuamos con alguien que está en una crisis, no sabemos qué decir. Esto nos enseña qué decir y cómo relacionarnos con las personas que están en problemas”.
Ella dijo que estos recursos no pretenden reemplazar la ayuda profesional. “No estamos aquí para ofrecer psicoterapia o intervención terapéutica. Solo estamos aquí para brindarles un poco de apoyo emocional para evitar más daños”, dijo la hermana Rencher.
Gutiérrez le dijo a Church News que, en algunos casos, se necesitará un terapeuta más adelante. “Pero al menos superamos este primer momento donde nadie sabe qué hacer. Al menos la gente sabrá cómo manejarlo hasta que la persona pueda conectarse con los recursos necesarios”.
En septiembre de 2021, Teresa Raposo, asesora y terapeuta de Servicios Familiares que también trabajaba con la Cruz Roja en Lisboa, Portugal, puso a prueba el programa de capacitación en su estaca. Gutiérrez dijo que los comentarios fueron muy positivos.
“Los líderes dijeron: ‘Esto es bueno porque ahora sabemos qué hacer’”, dijo Gutiérrez. Ellos le dijeron, “el 90% de las veces que nos llama una persona es porque está en algún tipo de crisis. Así que ahora podemos aplicar estas sencillas preguntas, frases y habilidades. Y luego, a partir de eso, estamos tratando de implementar esto en otros países y ofrecerlo a los líderes”.
El élder Rencher dijo: “Hemos recibido muchos comentarios de obispos y presidentas de la Sociedad de Socorro que dicen que desearían haber tenido esto antes”.
Eva Diez, de Alemania, dijo que siempre se consideró una persona cercana y empática, con deseos de aliviar a los afligidos. Después de tomar el curso de capacitación, dijo: “He llegado a comprender más profundamente y a aplicar herramientas específicas de resiliencia con las personas que están pasando por dificultades a mi alrededor”.
Las habilidades que ella aprendió la han ayudado en su propia familia. “Creo que poder tener estos conceptos claramente presentes y estructurados en mi mente me ha ayudado a orientar conversaciones, escuchar con más paciencia y acompañar con compasión de una manera más cristiana y sanadora”.
Capacitación de ministración en tiempos de crisis y refugiados
Gutiérrez dijo que esta capacitación se ha adaptado a la crisis de refugiados de Ucrania. Voluntarios y misioneros que hablan ruso y ucraniano han podido utilizar la capacitación específica del Área Europa (en inglés) para responder a necesidades emocionales, mientras que otros brindan apoyo temporal a personas que abandonan Rusia y Ucrania y buscan refugio en otros países.
Antonio Guerra, miembro del sumo consejo de estaca en la Estaca Oeiras Portugal, se ha ofrecido como voluntario semanalmente con la Cruz Roja Portuguesa en el Refugees Reception Center [Centro de recibimiento a refugiados] en Lisboa. El centro recibe refugiados y se ocupa de sus registros dentro de Portugal.
Guerra y otros voluntarios proporcionan ropa, ropa de cama y comidas a los que se alojan en el centro hasta que se les encuentra un lugar donde alojarse en Portugal.
Guerra participó en las capacitaciones de Ministrar a otros durante una crisis (en inglés), y ahora usa esos consejos cuando ministra a otros. “Mostrar compasión, escuchar es algo que hemos estado haciendo todo el tiempo con los refugiados”, dijo él. “Hemos visto diferentes situaciones que me hicieron darme cuenta de lo difícil que puede ser esta situación para nuestros amigos ucranianos”.
Por ejemplo, unos niños ucranianos venían de una ciudad que fue bombardeada. El centro de recibimiento de Lisboa está cerca del aeropuerto, y cuando los niños escuchaban despegar o aterrizar aviones, tenían miedo de que los bombardearan, dijo Guerra.
Él también habló con una mujer ucraniana que huyó con su hija, pero tuvo que dejar atrás a su esposo e hijo y ha estado triste y preocupada por saber si los volverá a ver con vida.
“Me he dado cuenta de que podemos brindar apoyo emocional y podemos ministrar haciendo cosas sencillas, no tiene que ser complicado. Este programa se trata de cómo ayudar emocionalmente, se trata de cómo comprender las necesidades de los demás”, dijo Guerra.
Él hizo las preguntas de la guía de análisis y escuchó, mostró compasión, habló sobre la esperanza y la fe y respondió a sus preguntas.
“Las personas necesitan un mínimo de amor, ser escuchados, eso es lo que quieren. Ser escuchados. Es posible que algunos ni siquiera quieran compartir sus experiencias; es demasiado traumático en algunos casos, pero está bien”, dijo Guerra. “Ellos solo quieren recibir amor y compasión y un abrazo, recibir una sonrisa y recibir seguridad emocional también”.
Guerra dijo que la experiencia de ministrar a personas que no conocía antes lo hizo reflexionar sobre lo que está haciendo para ministrar a personas que sí conoce, como las de su rama en la Iglesia.
“Si tengo la motivación para ministrar a extraños, refugiados, debería tener la misma motivación para ministrar a las personas que conozco, también puedo usar estos principios con ellos”, dijo él. Él cree que cada miembro de la Iglesia se beneficiaría del curso.
Que sigue
El folleto (en inglés) puede ser descargado y estudiado por uno mismo o con miembros de la familia. Gutiérrez también ofrece capacitación para líderes y miembros, ya sea una capacitación rápida que repase los principios básicos o cinco semanas de sesiones más profundas.
Los conceptos son útiles no solo para grandes eventos como una gran crisis, sino también para ministrar, como un obispo que encuentra las preguntas correctas para hacerle a un miembro de un barrio con dificultades, o una madre que valida las emociones de su hijo cuando estaba triste por salir de casa para un viaje escolar (ver la primera parte).
“Es simplemente cómo brindar apoyo emocional a las personas que luchan contra la angustia emocional”, dijo Gutiérrez.
Broderick dijo que este gran equipo — Gutiérrez, Raposo, los Renchers y otros — han logrado que esta información se imprima y se traduzca a 14 idiomas permitiendo más
oportunidades para compartir. Ellos están ayudando con la capacitación tanto de consejeros para las conferencias de Para la Fortaleza de la Juventud (PFJ), como de los maestros de Seminario e Instituto.
Gutiérrez dijo que tiene sentido enseñar estas habilidades a esos grupos porque trabajan mucho con los jóvenes, muchos de los cuales hoy enfrentan muchos problemas de salud mental.
“Algunas veces, los jóvenes comparten más con su maestro de Seminario que con sus padres, y es posible que los maestros de Seminario no sepan cómo responder, qué decir o qué hacer”, dijo ella. “Entonces, en la capacitación para los jóvenes, hemos incluido algunos consejos y temas más específicos”.
Los misioneros de tiempo completo también están aprendiendo algunas de estas habilidades en Europa ahora, a medida que se encuentran con personas en crisis o personas a las que están enseñando que vienen a ellos con angustia emocional. Y dondequiera que ocurran desastres naturales en todo el mundo, es probable que hayan hermanas o élderes afectados.
Broderick dijo: “No les vamos a enseñar a ser terapeutas, y no les vamos a enseñar ni siquiera a profundizar en los desafíos de las personas. Pero podemos enseñarles Primeros Auxilios Psicológicos. Y esa es una habilidad que realmente los beneficiaría en su ministerio como nos beneficia a todos nosotros, líderes y miembros”.
Gutiérrez dijo que su equipo ahora está tratando de implementar el programa en todos los países de Europa y traducirlo a más idiomas. Ella no quiere que se vea como otro programa más que los líderes locales abrumados sienten que tienen que hacer en su estaca; ella quiere que lo vean como un beneficio al que pueden acceder.
“Tendrán más confianza si saben qué decir y qué hacer para ayudar a las personas en crisis”.
Más recursos: Consejos para la preparación emocional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días