“Di ‘Gracias.’”
“¿Eh? está bien. ¿Gracias?”
“No, no, dilo sinceramente”.
“Bueno. … ¡Gracias!”
“Bien hecho. Siempre di gracias.”
Este simple intercambio de palabras entre padres e hijos es familiar para muchos, ya sea desde la perspectiva de un padre o una madre, o del hijo o la hija. Pero en este intercambio de palabras, el niño solo aprendió a decir “gracias”, no a ser agradecido.
“Como padre, a pesar de caer a veces en este tipo de intercambio de palabras, quiero que nuestros hijos hagan más que decir ‘gracias’”, dijo el presidente de BYU-Hawái, John S.K. Kauwé III. “Quiero que nuestros hijos lo digan sinceramente y que lo sientan. Quiero que mis hijos no solo digan ‘gracias’, sino que sean agradecidos”.
De manera similar, el Padre Celestial desea que cada persona desarrolle y demuestre gratitud genuina y coseche las bendiciones que esto trae.
Durante un devocional el martes 22 de febrero (en inglés) el presidente Kauwe y su esposa, la hermana Monica Kauwe, hablaron a los estudiantes reunidos en el Centro de Actividades Cannon en el campus de BYU–Hawái en Laie, Hawái.
Los beneficios de practicar la gratitud son numerosos y aumentan con el tiempo, dijo el presidente Kauwe. “Algunos de estos beneficios incluyen aliviar el estrés, crear más emociones positivas, fortalecer las relaciones sociales, dormir mejor, estar más saludable físicamente, reducir el riesgo de depresión y mantener una mayor autoestima, entre muchos otros”.
Cultivar la gratitud
El presidente Kauwe citó el mensaje de noviembre de 2020 del Presidente Russell M. Nelson sobre la gratitud: “He llegado a la conclusión de que es mucho mejor contar nuestras bendiciones que contar nuestros problemas. Sea cual sea nuestra situación, el mostrar gratitud por nuestros privilegios es una receta espiritual de efecto rápido y duradero”.
Cuando reflexionó sobre esta cita, el presidente Kauwe pensó en el océano y en uno de los tipos de pesca más desafiantes, la pesca con mosca del ‘o’io, o macabí, en las llanuras oceánicas poco profundas. Entre las escamas plateadas y reflectantes del pez, la arena blanca y la superficie del agua picada por el viento, los peces son prácticamente invisibles.
Una herramienta que marca la diferencia son los lentes de sol polarizados, que filtran la luz horizontal y permiten que la luz vertical pase a través de las lentes, lo que elimina gran parte del resplandor y aclara la imagen. El presidente Kauwe dijo: “Sin ellos, uno podría pasar fácilmente y asustar a una docena de macabís sin siquiera darse cuenta de que están allí. Con ellos, puedes ver las oportunidades de pescar a pesar del resplandor creado por el sol, el viento y la arena”.
Contar bendiciones es como ponerse lentes de sol polarizados, dijo él. “A través de la lente de la gratitud, podemos ver claramente los privilegios de los que disfrutamos, las bendiciones y oportunidades que nos rodean, incluso en las condiciones más difíciles. La gratitud nos permite ver la felicidad y la satisfacción a través del resplandor de los eventos desafiantes de la vida”.
Cultivar la gratitud requiere un poco de esfuerzo. El presidente Kauwe sugirió “dedicar unos minutos cada día para disfrutar del mundo que te rodea, escribir una nota de agradecimiento, sonreír conscientemente con más frecuencia, llamar a tus padres y otros miembros de la familia, no chismear y ayudar a tus amigos a ver el lado positivo de su vida. Tal vez intentar dar un paseo breve y en forma consciente por el campus o los terrenos del templo, teniendo cuidado de notar su gratitud por lo que encuentran, piensan y sienten en el camino”.
Una de las formas favoritas del presidente Kauwe para cultivar la gratitud es expresarla en un texto de agradecimiento. “Si en algún momento tengo un pensamiento de gratitud por alguien en mi vida, presente o pasado, les envío un mensaje de texto y lo digo”.
La gratitud nos hace conscientes de nuestros privilegios. El presidente Kauwe dijo: “Es posible que a veces se les recuerde ‘verifica tu privilegio’. Esto no es motivo para ofenderse. Es una oportunidad para que cada uno de nosotros reevalúe nuestras vidas a través de la lente de la gratitud”.
También nos motiva a seguir el ejemplo de Jesucristo y a aumentar el deseo y la capacidad de demostrar esa gratitud a Dios y al prójimo, dijo él.
Cultivar la gratitud no debería aplastar a uno ni crear una carga de culpa. “Mientras buscamos cultivar la gratitud, debemos evitar las comparaciones, debemos ser sinceros, debemos asegurarnos de que nuestros esfuerzos sean prácticos y sostenibles y debemos aceptar todo progreso, incluso si es pequeño, como un éxito”, dijo el presidente Kauwe.
“Ver la vida a través del lente de la gratitud nos da una visión clara de nuestros privilegios, su fuente y la mayordomía resultante. Este conocimiento nos permite ver a través del resplandor del mundo y encontrar alegría en nuestras propias bendiciones y las bendiciones que otros reciben. Nos permite prosperar temporal y espiritualmente en medio de nuestros desafíos”.
Fortalecer nuestros cimientos
Durante los últimos 18 meses, la familia Kauwe experimentó una gran transición cuando se mudaron de Utah a Laie durante la pandemia de COVID-19. Cada día se sentía difícil e incómodo.
“A pesar de esa incomodidad, el Espíritu me confirmó que aquí es donde nuestro Padre Celestial quería que estuviéramos”, dijo la hermana Kauwe.
Desde entonces, la familia Kauwe ha podido adaptarse a su nueva vida en Hawái. “En un momento en que parecía que todo lo que nuestra familia sabía estaba cambiando, hemos podido encontrar estabilidad y fortaleza en nuestras actividades, amor mutuo y amor por nuestra Ohana (familia) de BYU–Hawái”, dijo la hermana Kauwe.
Reconoció que los estudiantes han pasado o están pasando por experiencias similares, incómodas y desorientadoras. Ella dijo: “Les aseguro que las cosas pueden y van a mejorar. La clave es tener una base espiritual sólida”.
La hermana Kauwe basó sus comentarios en la invitación hecha por el presidente Nelson el día de Año Nuevo de 2022 para que construyamos nuestra base espiritual, esto es lo que escribió en las redes sociales: “Esto podría implicar el fijar un tiempo y un lugar específico para estudiar las Escrituras, orar con más frecuencia, hacer que la adoración en el templo sea una mayor prioridad y dejar que Dios prevalezca en todos los aspectos de su vida”.
Al estudiar las Escrituras a diario, uno edifica la fe y los testimonios y aprende a reconocer doctrinas y principios importantes que guían la vida de uno, dijo ella. El estudio de las Escrituras “es esencial para nuestra salvación eterna. Necesitamos ser guiados por las palabras de las Escrituras y las palabras del profeta y los apóstoles vivientes”.
La oración personal diaria ayuda a tomar decisiones correctas cada día. “A través de la oración diaria también llegamos a conocer mejor al Padre Celestial y podemos sentir Su gran amor por nosotros”, dijo ella.
Los convenios que se hacen en el templo fortalecen el fundamento espiritual de uno. La hermana Kauwe dijo: “Cuando visitamos el templo con frecuencia, recordamos las promesas y las bendiciones que recibimos allí. Hagan de los convenios del templo su meta y esfuércense por vivir dignos de entrar en Su santa casa”.
Uno puede dejar que Dios prevalezca en su vida al “esforzarse por guardar nuestros convenios con Dios y al buscar Su revelación”, dijo la hermana Kauwe.
Estas cuatro sugerencias del presidente Nelson parecen fáciles, pero cada persona se quedará corta en un punto u otro. “Y es por eso por lo que tenemos un Salvador”, dijo la hermana Kauwe.
“El arrepentimiento es parte de la vida y es como aprendemos. El Señor está pidiendo nuestro mejor esfuerzo. Si nos esforzamos y damos todo lo que podemos hacer para hacer lo correcto y honrar nuestros convenios y compromisos, eso es suficiente para nuestro Salvador. Si estamos tratando honestamente de mejorar nuestras debilidades y defectos de manera continua, entonces podemos estar felices con nosotros mismos y saber que nuestro Salvador también está feliz con nosotros”.