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Lo que significa #Escúcharlo para la medallista olímpica MyKayla Skinner

Cuando la gimnasta MyKayla Skinner no se clasificó para las finales de los recientes Juegos Olímpicos se sintió desolada, según escribió en su post del 14 de agosto en las cuentas de la Iglesia en las redes sociales.

no se clasificó para las finales de los recientes Juegos Olímpicos se sintió desolada, según escribió en su post del 14 de agosto en las cuentas de la Iglesia en las redes sociales. 

“No podía haber esperado el aplazamiento debido a la COVID-19, haber sido suplente más de cuatro veces y haber pasado por múltiples lesiones solo para que todo terminara ahora. … No me parecía justo”, admitió Skinner.      

A medida que oraba por comprensión y paz, sintió que una voz persistente le decía: “No es la hora de irte. No hagas las maletas todavía”. Ella escuchó. Y esperó.

Entonces recibió una llamada telefónica en la que se le comunicaba que su compañera de equipo no competiría y que ella ocuparía su lugar. 

Así que, cuando Skinner realizó su rutina por última vez, se encontró reflexionando sobre su jornada hacia los Juegos Olímpicos — las victorias y los fracasos. 

“Sin los desafíos del pasado, no habría sido capaz de llegar”, escribió Skinner. “Necesitaba ese refinamiento.”

A pesar de lo increíble que fue conseguir la medalla de plata en la final de salto femenino, sabía que ese no era el único objetivo.  

“Sentí la impresión abrumadora de que pasé por todas esas pruebas para ser un ejemplo mejor y más fuerte de Jesucristo. El consuelo, el valor y la motivación para levantarme y volver a intentarlo venían siempre de Él.

“Saber que soy hija de padres celestiales me sigue motivando a no rendirme nunca y a dar siempre lo mejor de mí, sin importar las probabilidades. Nunca sabes cuando te llamarán”, escribió, al concluir su post con el hashtag #Escúchalo.  

Lea más sobre cómo el salto de Skinner al podio olímpico fue impulsado por la oración, la perseverancia y un propósito.

Publicación de Instagram

MyKayla Skinner compite en salto durante las pruebas de gimnasia olímpica femenina de Estados Unidos el domingo, 27 de junio del 2021 en St. Louis. | Jeff Roberson, Associated Press

churchofjesuschrist “Cuando no me clasifiqué para la final en los recientes Juegos Olímpicos, caí de rodillas. No podía haber esperado el aplazamiento debido a la COVID-19, haber sido suplente más de cuatro veces y haber pasado por múltiples lesiones solo para que todo terminara ahora. Estaba desolada. No me parecía justo. Sin embargo, seguía sintiendo emoción por mis compañeras de equipo, así que oré por comprensión y paz. La sentí casi de inmediato, a pesar de que ésta gran parte de mi vida había terminado — o al menos eso creía. Cuando empecé a hacer las maletas, una voz me decía que todavía era mi oportunidad y que todo iría bien. La rechacé pensando que era una falsa esperanza, pero la voz seguía diciendo: ‘No es la hora de irte. No hagas maletas todavía’. Escuché y esperé. Y entonces recibí una llamada telefónica; mi compañera de equipo no competiría y yo ocuparía su lugar.      

“Nunca olvidaré cuando realicé mi rutina por última vez. Reflexioné sobre mi trayectoria para llegar allí, las victorias y los fracasos que me prepararon para esto. Sin los desafíos del pasado, no habría sido capaz de llegar. Necesitaba ese refinamiento. A pesar de lo increíble que fue conseguir la medalla de plata, sabía que ese no era el único objetivo. Sentí la impresión abrumadora de que pasé por todas esas pruebas para ser un ejemplo mejor y más fuerte de Jesucristo. El consuelo, el valor y la motivación para levantarme y volver a intentarlo venían siempre de Él. Saber que soy hija de padres celestiales me sigue motivando a no rendirme nunca y a dar siempre lo mejor de mí, sin importar las probabilidades. Nunca sabes cuando te llamarán". —MyKayla#Escúchalo  

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