Cuando era niño, el presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP por sus siglas en inglés), Derrick Johnson, escuchaba sermones anuales que destacaban el relato de Nehemías en el Antiguo Testamento — quien reconstruyó el muro de Jerusalén en 52 días.
Con el tiempo, aprendió que el sermón no se trataba solo de reconstruir un muro físico, sino que también reflejaba el asunto espiritual de reconstruir la vida religiosa de las personas.
El sermón, dijo el presidente Johnson, fue sobre el gozo. Se trataba de “construir un muro de amor, construir un muro de inclusión, construir un muro para evitar que las distracciones del mundo no nos permitan apreciar verdaderamente la experiencia de Dios”.
El presidente Johnson — junto con el élder Ronald A. Rasband y el élder Gerrit W. Gong del Cuórum de los Doce Apóstoles — habló durante una reunión sacramental que se llevó a cabo en el centro de Salt Lake City, el domingo, 13 de junio.
Al recibir al presidente Johnson en su barrio de origen, el élder Rasband llamó a los líderes de la NAACP “queridos amigos”.
Durante su discurso en la reunión sacramental, el presidente Johnson recordó un día en que su pastor combinó un sermón sobre Nehemías con un sermón sobre el amor —“construyan un muro de inclusión, construyan un muro de amor, construyan un muro para que no les distraigan las fuerzas externas que intentan separar a las personas, sino que las incluyan en el espacio de amor en el que todos estamos destinados a estar”.
El presidente Johnson dijo que el sermón concluyó con una súplica de ser lo suficientemente abiertos para amar a pesar de las diferencias “porque nuestra singularidad es en realidad nuestro genio”.
“Creo que el Señor realmente quiere que unamos todo nuestro genio… para que podamos experimentar verdaderamente Sus bendiciones”.
En breves comentarios, el élder Rasband citó Mosíah 18:21, y señaló que el Señor ha mandado a Sus hijos que eviten la contención y que todos deben tener “entrelazados sus corazones con unidad y amor el uno para con el otro”.
“Hemos experimentado esa sensación y ese sentimiento aquí esta mañana”, dijo el élder Rasband, señalando que la Iglesia, la NAACP y otras organizaciones planeaban anunciar “nuevas iniciativas maravillosas”.
La Iglesia tiene una historia de cuatro años con la NAACP. En 2017, los Santos de los Últimos Días locales ayudaron a remodelar las oficinas de la NAACP en Jackson, Mississippi. Al año siguiente, en mayo de 2018, la Primera Presidencia y los líderes de la NAACP publicaron una declaración conjunta en la que pedían una mayor civilidad y armonía racial. Dos meses después, la Iglesia anunció una colaboración histórica entre las dos organizaciones y lanzó una iniciativa de autosuficiencia. La NAACP y la Facultad de Derecho J. Reuben Clark de BYU también han colaborado en proyectos conjuntos.
El presidente Russell M. Nelson habló en la convención anual N°110 de la NAACP en julio de 2019. “Tomados del brazo y hombro con hombro, luchemos por elevar a nuestros hermanos y hermanas en todas partes, de todas las formas que podamos”, dijo.
Y el año pasado, en un artículo de opinión conjunto publicado por la plataforma en línea Medium (en inglés), el presidente Nelson y los líderes de la NAACP hicieron un llamado a una reforma racial, pidiendo a “personas de todas partes que se unan a nosotros en un viaje de comprensión y superación”.
El élder Rasband volvió a enfatizar esos mensajes el domingo, haciendo referencia a los discursos recientes sobre racismo del presidente Nelson y el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero en la Primera Presidencia.
El Salvador “mira al mundo y se regocija cuando la gente habla como lo hace el hermano Johnson sobre la unidad y de acabar con la contención y de hacer lo mejor que podemos, como han enseñado el presidente Nelson y el presidente Oaks, para erradicar el racismo y los prejuicios.
“Estas son verdaderamente nuestras iniciativas y nuestras metas y enseñanzas aceptadas de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
También hablando durante la reunión sacramental del domingo, el élder Gong dijo que hay cosas que los hijos de Dios deben hacer y que no tienen la fuerza para hacer por sí mismos. “Y es por eso que el Señor nos da la oportunidad de acercarnos a Él y acercarnos unos a otros por medio del convenio”, dijo.
“Hemos tenido la bendición de recordar que estamos conectados con Dios y que estamos conectados entre nosotros por los grandes mandamientos”, dijo el élder Gong.
El élder Gong dijo que si tuviera una llave del barrio en el centro de Salt Lake City se la daría al presidente Johnson “porque esperamos que él y cada uno de nuestros amigos sientan que este es su hogar, es una familia, es una comunidad”.
Tracy Yeulande Browning, del consejo asesor general de la Sociedad de Socorro, también habló durante la reunión sacramental. Cuando fue presentada a la Iglesia de Jesucristo a los 16 años, dijo que llegó a comprender que “el Señor estaba muy interesado en lo que yo estaba llegando a ser y lo que llegaría a ser era de vital importancia”.
Citando 1 Samuel 16:7, dijo que el Señor “no mira lo que el hombre mira”, porque el Señor “mira el corazón”.
Se hizo una pregunta importante: “¿Qué cualidades y atributos de mi corazón busca el Salvador y espera que yo adquiera?”. Su búsqueda reveló 130 escrituras sobre las “condiciones o expectativas” del Salvador para el corazón de Sus seguidores.
Descubrió que el Señor quiere “un corazón en el que se guarde Su palabra, un corazón sincero, un corazón comprensivo, un corazón con esperanza, un corazón enternecido y — lo que fue particularmente significativo para mí — un corazón que sea firme en guardar las promesas y los convenios que hice con el Señor”.
Últimamente, al observar las cosas que suceden en el mundo, la hermana Browning dijo que “ha visto fallar a veces el corazón de los hombres”.
Nos hemos vuelto un poco menos armoniosos, un poco menos unificados”, dijo. “¿Cuál es el remedio? El remedio sigue siendo el refinamiento de nuestro corazón y seguir haciendo el trabajo individual que necesitamos para adquirir estos atributos”.
En el proceso, el “latido de nuestro corazón” y el “latido del corazón de los hijos de Dios” llegarán a ser armoniosos.
Después de la reunión, el presidente Johnson asistió a una segunda reunión sacramental con el élder Jack N. Gerard, Setenta Autoridad General y director ejecutivo del Departamento de Comunicaciones de la Iglesia.