Para los misioneros de tiempo completo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y sus líderes, la mera mención de la pandemia del COVID-19 podría generar pensamientos relacionados con relevos anticipados, regresando al país de origen, asignaciones a otros lugares, cuarentenas y refugios en el lugar — simplemente algunos de los impactos importantes y repentinos en los misioneros y su trabajo.
Pero al mirar hacia atrás en el último año de la obra misional, el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles dice que la mano de Dios ha sido evidente — tanto antes como durante la pandemia.
“Nos dimos cuenta de que podríamos habernos sorprendido, pero Dios no se sorprendió. Nos había preparado de una manera maravillosa — nos había preparado con tecnología. … Entonces aprendimos que el Señor nos ha proporcionado los medios que abrieron nuevas dimensiones”.
El élder Uchtdorf — quien preside el Consejo Ejecutivo Misional de la Iglesia, detalló durante una entrevista reciente con el Church News, los impactos y avances de la obra misional durante la pandemia.

Con una generación de misioneros conocedores de la tecnología que crecieron con teléfonos celulares, tabletas y Wi-Fi, llevar la obra misional a una era digital no fue difícil. “Simplemente los ayudamos a usar eso para el propósito correcto, para llevar y compartir el evangelio de Jesucristo con aquellos que buscan un propósito en la vida”, dijo el élder Uchtdorf, y agregó: “Sólo necesitamos usar la tecnología y lo que El Señor nos ha dado de la manera correcta”.
Se espera que los aprendizajes y las modificaciones continúen mucho después de que la pandemia termine, dijo. “Tenemos que conservar y cultivar esos principios y formas probadas de cómo lo hacíamos antes de la pandemia. Pero también tenemos que añadir y adaptarnos — tenemos que volver al futuro”.
Cumpliendo expectativas
Con unos 62.000 misioneros de tiempo completo esparcidos por todo el mundo, el ataque de la pandemia del COVID-19 en marzo de 2020 fue impactante y algo petrificante para los líderes de la Iglesia y de la misión, dadas las preocupaciones de salud y seguridad de los misioneros de tiempo completo y aquellos a quienes enseñaban, así como las preocupaciones de las familias de los misioneros, dijo el élder Uchtdorf.
“En 10 días, teníamos cerca de 30.000 misioneros viajando — por aire, por automóvil, por tren, por barco, por todo”, dijo. Los relevos anticipados debido a problemas de salud, las limitaciones de permanencia y el hecho de que ningún misionero viajaba a nuevas asignaciones resultó en una reducción de la fuerza misional a 42.000.
Expresó su agradecimiento a todos los involucrados e impactados por los primeros relevos, los regresos y las nuevas asignaciones, reconociendo a los misioneros por su compromiso entusiasta y por su sacrificio y a sus familias por su comprensión y apoyo.
“Cumplieron lo que el Señor esperaba de ellos”, dijo, y agregó: “El Señor acepta su sacrificio y los bendecirá, no sólo por ahora — sino para siempre. Y los bendecirá a ellos y a sus familias”.
Una generación resiliente
El élder Uchtdorf dice que ve una generación actual de misioneros — hermanas y élderes resilientes que se han hecho más fuertes a causa de las cuarentenas, los cambios de asignaciones, los relevos anticipados y más cosas relacionadas con la pandemia actual.
“Cuando eran niños en la Primaria les dijimos: ‘Pueden hacer cosas difíciles’”, dijo. Sin embargo, sus familiares y amigos han estado preocupados, apesadumbrados o decepcionados por su confinamiento del año pasado en apartamentos, por las interacciones y reuniones limitadas, sintiendo que sus misioneros están perdiendo experiencias misionales percibidas como “tradicionales”.
“Estamos tan abrumados compadeciéndonos por ellos que no nos damos cuenta de la oportunidad que es para ellos el poder hacer cosas difíciles. … Las generaciones futuras mirarán hacia atrás a esta generación y dirán: ‘Caray, ¿cumplieron su misión durante la pandemia del 2019, 2020, 2021? Vaya, son uno de nuestros grandes héroes”.

Al expresar su amor y admiración por los misioneros que enfrentan y superan las dificultades, el élder Uchtdorf dijo: “Permítanles hacer cosas difíciles y hacerlo con gozo, y estarán agradecidos por ello por el resto de sus vidas”.
Enfóquense en lo posible
Desde los primeros días de la Iglesia la obra misional se ha realizado mediante el contacto en persona, yendo de puerta en puerta o reuniéndose en la calle. Sin embargo, las comunidades privadas, los enormes complejos de apartamentos y otras restricciones han limitado la interacción de los misioneros en persona.
Con la pandemia mundial que primero eliminó el contacto en persona y luego lo restringió durante meses, los élderes y las hermanas se vieron obligados a recurrir a la tecnología para cumplir con su propósito misional de encontrar, enseñar y convertir. Los misioneros y aquellos a quienes enseñan encontraron que el contacto virtual y la enseñanza son seguros, convenientes, cómodos — y muy posibles.
“Durante la pandemia, aprendimos rápidamente — no se concentren en las cosas que no pueden hacer. Concéntrense en las cosas que pueden hacer”, dijo el élder Uchtdorf.

Así como los misioneros en los últimos años han aprendido a trabajar con las restricciones gubernamentales en partes de Europa del Este, la pandemia obligó a los misioneros y a sus líderes en todo el mundo a buscar nuevas formas de seguir contactando y enseñando — utilizando dispositivos digitales, mensajes de texto y redes sociales.
“Si trabajan dentro de este parámetro, se puede ser creativo y el Señor nos guiará”, dijo el élder Uchtdorf. Cuando los misioneros confían en el Espíritu, siguen los mandamientos, siguen las reglas de la misión y se esfuerzan por tener el Espíritu con ellos, “su creatividad realmente florecerá y traerá grandes bendiciones a la obra”.
El élder Uchtdorf tiene ejemplos personales. Una de sus nietas se unió a sus compañeros de misión en París para crear un video en Facebook que fue muy bien recibido en el día de San Valentín con ellos cantando una canción de la Primaria sobre el amor. Y un nieto que trabajaba en Alemania ayudó con un converso al otro lado del mundo. “Su primer bautismo durante la pandemia no fue en Berlín — fue en Provo (Utah), porque la tecnología no tiene fronteras”, dijo el élder Uchtdorf.
‘Una situación cambiante’
El asignar a misioneros hoy en día “es una situación cambiante — en realidad un ‘blanco’ en movimiento”, dijo el élder Uchtdorf. Se han enviado más misioneros directamente a sus campos asignados, en lugar de a asignaciones provisionales, con asignaciones internacionales que dependen de la disponibilidad de visas, fronteras abiertas y oportunidades de viaje.

El apóstol dijo que los misioneros y los futuros misioneros deben “darse cuenta de que el Señor quiere que le sirvamos” y no preocuparnos por las limitaciones relacionadas con la pandemia en cuanto a tiempo, idioma y ubicación. Más bien, debemos dedicarnos a servir, aceptar el llamamiento y seguir adelante — en dondequiera que seamos asignados.
Hizo hincapié en la confianza, la credibilidad y la gratitud por los misioneros y los futuros misioneros en todo el mundo. “Confíen en el Señor y prepárense … para ver que lo que están a punto de enseñar o lo que están enseñando es lo que sienten en su corazón”, dijo.
“Los deseos de nuestros corazones marcarán la diferencia. … Si sentimos que el Evangelio y la Iglesia de Jesucristo es lo que amo y quiero compartir, entonces no necesito ser perfecto en mis palabras. No necesito ser perfecto en mis actividades, porque el Espíritu Santo me preparará y me dará el resto, para llegar al corazón de la gente”.
Conectando los puntos
El élder Uchtdorf compara la obra misional durante una pandemia con una actividad infantil popular. Pero en este caso, conectar los puntos funciona mejor cuando se mira hacia atrás, no hacia adelante.
“En el momento en que suceden cosas, se hacen preguntas. Confíen en el Señor y den todo lo que tienen — lo que el Señor les ha dado — para resolver la situación, por más desafiante que sea”, dijo. “Pero confíen en el Señor, sigan el consejo que llega a su mente — especialmente si es un consejo del Espíritu — y sigan adelante.
“Y he aprendido que cuando miran hacia atrás, ven cómo se conectan los puntos. … El Señor nos permite avanzar con fe y confianza en Él, utilizando lo que nos está otorgando”.