Cientos de miles de hermanos que vieron la sesión del sacerdocio de la 191a Conferencia General Anual seguramente utilizan alguna aplicación de navegación en sus teléfonos celulares.
Tales aplicaciones pueden ser herramientas invaluables, que les permiten a los usuarios encontrar la forma hacia desde cualquier parte del mundo y regresar.
El conjunto de instrucciones, atemporales y específicas para esta época que se impartieron el sábado por la noche funciona como una aplicación de navegación espiritual en un momento global que puede parecer incierto y desorientador.
Para generaciones de hombres Santos de los Últimos Días, la reunión del sábado fue un poco como volver a reunirse con un viejo amigo de confianza. Han pasado dos años desde la última sesión del sacerdocio de la conferencia general. El mundo ha cambiado desde la conferencia general de abril de 2019. Algunas cosas están mejor. Otras son más difíciles. Muchos han perdido seres queridos, su salud o sus trabajos.
“Mi corazón está con cada uno de ustedes que ha sufrido estas u otras pérdidas” dijo el presidente Russell M. Nelson al concluir la sesión del sábado. “Ruego constantemente que el Señor los consuele”.
Pero la esperanza que da el evangelio, afirmó él, no se ve afectada por las pandemias, los tumultos civiles o cualquier prueba personal. “Sigan dejando que Dios prevalezca en sus vidas, yo sé que Él seguirá siendo tan optimista en cuanto al futuro de ustedes como siempre lo ha sido”.
Los mensajes que se presentaron durante la sesión del sacerdocio de la conferencia general fueron únicos tanto en su contenido como en la forma en que se comunicaron. Sin embargo, al igual que una aplicación de navegación confiable, cada orador brindó una orientación necesaria.
El presidente Nelson dijo que los últimos dos años nos han enseñado varias lecciones de gran valor, incluso la importancia del aprendizaje del Evangelio en el hogar.
En algún momento, los Santos de los Últimos Días en todo el mundo podrán, nuevamente, adorar juntos en grandes congregaciones.
“Sin embargo, su compromiso de hacer de su hogar su santuario principal de fe no debe terminar jamás”, dijo él. “A medida que la fe y la santidad disminuyan en este mundo caído, aumentará su necesidad de tener lugares santos. Les insto a seguir haciendo su hogar un verdadero lugar santo, y que ‘no seáis movidos’ de este objetivo esencial” (Doctrina y Convenios 87:8).
La importancia de cuidarse unos a otros, fortalecer los cuórums del sacerdocio y comunicarnos con Dios a través de la oración, la obra en el templo y el estudio de las Escrituras siguen siendo lesiones invaluables, agregó.
Mientras que la “voz” virtual de una aplicación de navegación es típicamente singular, la voz profética del presidente Nelson se complementó con las de otros más el sábado por la noche. Ambos consejeros en la Primera Presidencia — el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring — enriquecieron la noche con mensajes de orientación.
El presidente Oaks planteó una pregunta que se podría hacer a diario incluso antes de comenzar con la jornada más rutinaria: “¿Qué ha hecho Jesucristo por nosotros?”
Con la claridad que lo caracteriza, el veterano apóstol ofreció la respuesta. “Él ha hecho todo lo que es esencial para nuestra travesía por la vida terrenal hacia el destino señalado en el plan de nuestro Padre Celestial”.
El mensaje de la víspera de la Pascua del presidente Oaks, se centró en la Resurrección y su orientación afirmativa que da en todos los aspectos de la vida. “La resurrección nos brinda algo más que esta certeza de la inmortalidad; pues cambia la forma en que vemos la vida mortal”.
El presidente Eyring, por su parte, compartió indicaciones sobre cómo y por qué “crecer” en el servicio del sacerdocio. “El propósito de nosotros recibir el sacerdocio es permitirnos bendecir a las personas en representación del Señor, y hacerlo en Su nombre”.
Cualquiera que posea el sacerdocio probablemente haya sentido que no está a la altura de la tarea de utilizar esa autoridad asignada divinamente para bendecir a otros. Pueden encontrar consuelo en la bondadosa orientación del presidente Eyring:
“Los invito a preguntar en oración cómo los ve el Señor. Él los conoce personalmente, Él les confirió el sacerdocio, y para Él es importante que estén a la altura del sacerdocio y lo magnifiquen, porque Él los ama y confía en que ustedes bendecirán a las personas que Él ama en Su nombre”.
El deber principal de un pastor es brindar una guía segura al rebaño. Los obispados de la Iglesia, enseñó el élder Quentin L. Cook del Cuórum de los Doce Apóstoles, sirven como pastores “sobre el rebaño del Señor”.
La orientación inspirada de un obispo proporciona seguridad durante toda la vida de aquellos a quienes sirve.
“Obispos, por favor, sepan que el tiempo, aunque sea breve, que le dediquen a un joven presbítero, a una mujer joven o a un adulto joven puede ayudarles a entender el poder que tienen a su alcance mediante de la Expiación de Jesucristo”, enseñó el élder Cook. “Puede proporcionar una visión que tendrá una profunda influencia en toda su vida”.
El élder S. Gifford Nielsen, exjugador (quarterback) de fútbol americano, conoce bien la importancia de un liderazgo tranquilo en medio del caos y la incertidumbre. Un atleta que tiene dudas sobre su capacidad para afrontar todos los desafíos raramente conoce la victoria.
Y así es con aquellas pruebas que todos enfrentarán y que tienen una importancia mucho más duradera.
“Quizá no siempre nos sintamos a la altura del desafío”, dijo el élder Nielsen. “Pero nuestro Padre Celestial nos ve como intrépidos edificadores de Su reino. Por eso Él nos envió aquí durante este tiempo tan decisivo en la historia del mundo. Este es nuestro tiempo”.
Nunca olviden que muchos de los siervos más poderosos de Dios —incluyendo a Moisés, María, Moroni, Alma y Ester— eran personas comunes que enfrentaron grandes desafíos, confiaron en Dios y tomaron las decisiones correctas en momentos cruciales.
Aún las mejores aplicaciones de navegación de los teléfonos móviles fallan a veces. Las baterías se agotan. Los sistemas de red se caen. Pero el sábado, se les recordó a los que vieron la conferencia, que el viaje eterno de una persona puede recibir una guía mucho más certera.
“Recuerden que siempre hay una fuente confiable de fortaleza y valor”, dijo el élder Nielsen. “Los brazos de Jesús se extienden hacia nosotros, al igual que se extendieron hacia Pedro. A medida que nos acerquemos a Él, Él nos rescatará con amor. Nosotros somos Suyos”.
“Devolver el favor” es una expresión que se usa con frecuencia. Significa, por supuesto, responder a la amabilidad de una persona hacia uno siendo amable con alguien más. El mismo principio se aplica cuando somos un valioso navegador del Evangelio y “devolvemos” la guía al compartirla con otros que necesitan esa orientación.
El hermano Ahmad S. Corbitt, primer consejero de la presidencia general de los Hombres Jóvenes, enseñó a los jóvenes poseedores del sacerdocio reunidos en una vasta audiencia el sábado a guiar a los demás invitándolos a venir a Cristo.
“A medida que ustedes, los jóvenes, lideren en vivir el Evangelio, cuidar de los demás, invitar a todos a recibir el Evangelio, unir a las familias por la eternidad, y organizar actividades divertidas, la gran fe en Cristo que tuvieron en la vida preterrenal resurgirá y les dará el poder para hacer Su obra en esta vida”, dijo.
El profeta viviente de Dios, el presidente Nelson, concluyó la sesión del sacerdocio del sábado prometiendo un futuro brillante para todos aquellos que elijan conducir su vida por la senda del convenio.
“El Señor llamará cada vez más a Sus siervos que poseen dignamente el sacerdocio para bendecir, consolar y fortalecer al género humano y contribuir a preparar al mundo y a sus habitantes para Su Segunda Venida. Nos conviene a cada uno de nosotros estar a la altura de la sagrada ordenación que hemos recibido. ¡Podemos hacerlo!”