Resumen del discurso:
Mientras practicaba rapel (descenso rápido por superficies verticales mediante el deslizamiento de cuerdas) en una cueva oscura con sus hijos, el élder Duches adquirió un gran aprecio por la luz.
La luz espiritual del Salvador es tan importante como la luz del sol para toda vida en la tierra. La luz de Cristo, a menudo llamada conciencia, lleva a recibir la influencia del Espíritu Santo, la cual es la mayor fuente de luz del Padre Celestial en la vida terrenal.
“Así como la luz del sol baña a la tierra todos los días para renovar y mantener la vida, ustedes pueden aumentar su luz interior diariamente cuando eligen seguirlo”.
Agregamos “la luz del sol” al buscar a Dios en oración, estudiar las escrituras, actuar según la guía y revelación de los profetas vivientes y obedecer y guardar los mandamientos.
Otras formas de “agregar la luz del sol al alma” incluye el arrepentimiento, participar de la Santa Cena, dar testimonio, compartir el evangelio, servir a los demás, asistir al templo y actuar con bondad, perdón y caridad.
Si el pecado [les] ha llevado a un lugar inesperado e indeseable, es posible descorrer la cortina de oscuridad al acercarnos al Padre Celestial con un corazón quebrantado y un espíritu contrito.
“Jesucristo es la Luz eterna que ‘brilla en la oscuridad’. No existe oscuridad que pueda suprimir, extinguir, dominar o derrotar esa Luz”.