Resumen del discurso:
Al vencer “el aguijón de la muerte física y espiritual”, Jesucristo ofrece la “gloriosa posibilidad” de la salvación eterna.
“Jesús fue el único Ser capaz de realizar este perfecto y eterno sacrificio por todos nosotros. Fue elegido y preordenado en el Gran Concilio en el cielo, aún antes de la formación del mundo”.
A través de Cristo, Sus seguidores pueden experimentar “un gran cambio en su mente y su corazón” — y esto traerá una renovada actitud hacia Dios y la vida.
Permitamos que la expiación de Cristo sea “completamente efectiva” en nuestra vida.
“Seremos libres de la esclavitud del pecado, encontraremos gozo en nuestra jornada terrenal y seremos elegibles para recibir la salvación eterna que se preparó desde la fundación del mundo para todos aquellos que creen en Jesucristo y vienen a Él”.
El Salvador también ofrece alivio de las aflicciones, tentaciones y debilidades de la vida terrenal. Él comprende toda la amargura, el dolor físico y los desafíos emocionales y espirituales que uno puede enfrentar.
“Él nos ofrece consuelo y seguridad en tiempos difíciles, como los que muchos de nosotros hemos vivido recientemente. Les aseguro que, al poner nuestra confianza en Jesucristo, … disfrutaremos de las promesas de nuestro amado Padre Celestial”.